Ayer, domingo día 18 de abril, todos los asistentes al partido que nos enfrentó ante la selección de Gabón se marcharon muy disgustados a sus respectivos hogares. La selección nacional sub-20 perdió por 0-3 ante las panteras, un resultado aceptable en cualquier partido.
Ahora bien, los que acudieron ayer al estadio quedaron disgustados no por la derrota, sino por la muy mala calidad de fútbol de nuestros jugadores, demostrando a todas luces que no tenían la preparación adecuada para un partido de esa envergadura. La selección nacional jugaba peor que cualquier equipo de un barrio de aquí en la ciudad. En el primer minuto nos dimos cuenta de que no podían jugar porque por cada balón que uno quería tocar se lo arrebataba el enemigo sin dificultad alguna. Antes del minuto quince ya entraba el primer gol, por falta de coordinación por parte de nuestros futbolistas, que abandonaban sus respectivos puestos para dirigirse a cualquier parte donde se encontraba el balón. Antes de finalizar la primera parte, el entrenador ya había realizado tres cambios.
Un muchacho, sólo un muchacho tenía pinta de poder hacer algo, pero al final se lesionó al intentar meter un gol en forma de tijeras, razón por la cual tuvo que abandonar el campo. Este fue nuestro único acercamiento hacia la portería enemiga.
Después del partido, unos jugadores seleccionados pero que no habían jugado iban comentando que el entrenador prefirió que jugaran los que lo hicieron por que hizo un convenio con ellos, según el cual cada jugador alineado tendría que entregarle un tanto por ciento de lo que le pagara la federación.
Sea cierta o no la versión es fácil que la gente crea en ella dado a que es la clase de sociedad en la que vivimos. Los puestos de trabajo se compran; las becas se compran; la emisión de un programa televisivo en la televisión nacional se paga, aunque eso ya corre a cargo del reportero que ha ido a cubrir la noticia. Y ahora ya son las alineaciones. Todo eso conduce a un verdadero perjuicio de la nación.
Pero el problema proviene de las autoridades deportivas del país, que no acaban de darse cuenta de que realmente, a pesar de lo que tratan de decir, no han podido dar una buena imagen al país. Hace sólo una semana, nuestra selección sub-17 durmió sobre las baldosas y las banquetas del aeropuerto de la capital congoleña. El año pasado otra selección viajó a Centroáfrica para jugar la copa de la CEMAC y no fue acompañada por un solo reportero que pudiera informar a la población.
Uno de los prohombres del ministerio tutor es RUSSO, que ayer recibió la ovación del público asistente, el cual gritaba RUSSO, RUSSO, RUSSO, ante el cachondeo que hacían los jugadores en el terreno de juego. Para los que no lo conocen, su verdadero nombre es Ruslan Obiang, ya se imaginan de quién es hijo. Este tuvo problemas con el entrenador de la selección, el brasileño Dumas, quien dijo que en un partido, el entonces director general de educación física y deportes (RUSSO) le llamaba por teléfono durante un encuentro de fútbol contra la selección de Liberia para que cambiara a ciertos jugadores. Después de ese problema la afición nacional esperaba el cese del director general y ¡oh sorpresa! El entrenador fue despedido y poco después RUSSO fue promovido por su padre a Secretario de Estado encargado de deportes. En este puesto, ni siquiera el ministro de educación puede darle orientaciones. Claro, alguien ya dijo en este foro que en España nadie se mete con la familia del rey, lo mismo que debería pasar en Guinea. La verdad es que desde entonces, el deporte nacional va de mal en peor. Lo que hicieron nuestros atletas durante los juegos de Beijing y en los juegos de la francofonia de Beirut sólo ha servido para dar muy mala imagen al país. Apenas existe una liga nacional que merezca tal nombre. Y muchas otras cosas más.
En definitiva, con el cachondeo de ayer, es mejor que dimitan las autoridades deportivas si es que tienen vergüenza. Y como no lo tienen, seguirán en sus puestos ganando su dinero. Ahora bien, no sé si pedir la dimisión de Ruslan Obiang es meterme con el hijo del presidente. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.
ES PEDIR LA DIMISION DEL SECRETARIO DE ESTADO ENCARGADO DE DEPORTES.


Fuente: TARZAN

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