“A gloria huele el dinero, aunque se saque del estercolero” y cuando pienso en todos los males que sufren los guineanos, a causa de la soberbia, avaricia, gula, maldad, de sus líderes espirituales y temporales; me digo que todo ello descansa sobre una odiosa mentira: el amor a la patria y la fidelidad al evangelio. Muchos, sobre todo, aquellos que dirijo esta reflexión, es la iglesia guineana, personificada en sus pastores y ministros, aquellos que llevan el sacerdocio ministerial, el carisma de servicio, a una Iglesia tan necesitada y humillada, pero que sus ministros desviados completamente del anuncio del evangelio de Cristo, están ya enardeciendo y demarcando el día, para ofrecer el vasallaje, obediencia y servicio al Rey de Guinea Ecuatorial en su sexagésimo octavo cumpleaños y que con ello pronostican ya unas cuantiosas sinecuras que les hacen mantener el estatus.
Es el 5 de Junio de cada año, donde se lucen los obispos y sacerdotes guineanos para tributar pleitesía al cumpleañero de siempre, todo parado, quieto y estancado, porque aquel 5 de Junio de 1942, nadie vislumbraba que iba a llegar al mundo, unas de las mayores desgracias y maldiciones para Guinea Ecuatorial. En una situación donde nadie quiere quedar indiferente. La Esperanza de un pueblo creyente esta disipando como una luz tenue en un oscuro desierto, a través de unos sacerdotes que aman el dinero por encima de todas las cosas, a cambio, el servidumbre espiritual y otras prestaciones al señor feudal guineano.
Algunas de estas celebraciones, me refiero a las del próximo cinco de Junio, faltarán como siempre palabras de aliento y esperanza al sufrido pueblo de Guinea, y exigencia al cambio espiritual del sátrapa y recordarle una vez más que, “más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios”, sin embargo, abundarán en las tergiversaciones y homologaciones de expresiones dictatoriales que trizan el mensaje evangélico y empequeñecen esta vocación sacerdotal, que dicen tener. Una vocación sacerdotal no puede entenderse fuera del servicio a los demás y más concretamente a los pobres, a quienes la iglesia guineana da la espalda y devuelve la cruda realidad del sufrimiento.
La Iglesia guineana, en su contexto más genuino, se ha vuelto un latifundio donde su gran misión a día de hoy es cubrir las necesidades del Señor Feudal que les garantiza coches de lujo, sinecuras, nóminas sin ejercicio, títulos sin carreras universitarias, rentas o funciones públicas.
El binomios beneficio/vasallaje, tuvo siempre grandes repercusiones sobre el ejercicio de la jurisdicción eclesiástica y del ministerios espiritual en la Edad Media. Todo cargo o institución eclesiástica fue considerado en el medievo como un beneficio en el que se incluían tanto los bienes anejos como la propia función eclesiástica; fue bastante notorio en los obispados los famosos “episcopatus” no solo englobaba el patrimonio territorial; mueble y dinero, sino también incluía la misma diócesis como entidad eclesiástica y el propio oficio episcopal, esto que hace siglo ocurría en la Edad Media, ha tomado tintes nuevos con su peculiaridad en Guinea Ecuatorial, basada en un mismo principio el “vasallaje”. Pero el ser humano da siempre lo que recibe, por eso, este clero guineano que al mismo tiempo es vasallo del Señor Feudal de Guinea Ecuatorial, son señores del un único feudatario, el pueblo llano, que sufre una doble embestida: el atropello de sus derechos por parte de energúmenas como la vieja OKOMO, (la madre de la mujer del presidente) a quién echaremos nuestra bilis dentro de muy pocos días, su Hija Mangue y otros, y el clero guineano.
Los fieles guineanos, vivimos una confusión entre una iglesia que al tiempo se dice de Dios, administrado por un clero deficiente e incompetente, unos obispos entregados a los bienes y deseos de la carne, y el derecho de un Señor que todo lo que se mueve en guinea es de su propiedad. La iglesia guineana en complicidad con los poderes del estado, está forjando un modelo de sociedad basado en estos tres órdenes feudales: los que rezan (el clero), la dictadura guineana y el pueblo sufriente que tolera esta mediocridad de éstos dos primeros grupos afines en su complicidad ideológica. Si vivimos como vivimos, es porque Dios lo quiere así y no hay nada que hacer. Los dos grupos teocráticos, son los elegidos por la gracia de Dios y el pueblo sufre porque no hay otro camino que el martirio y la desolación.
Esta Iglesia, que desde hace muchísimos años, Roma debía ya meter mano, ha traído unas consecuencias nefastas en la fe de los fieles guineanos. Los obispos y los sacerdotes nativos guineanos, han perdido autoridad moral y ya no patentan, como debería de ser, el patrimonio espiritual concedido a los apóstoles en el día de Pentecostés que la iglesia universal ha guardado y cuidado, y transmitido celosamente a través de su magisterio, empañado muchas veces por una iglesia particular como la guineana.
Los oficios eclesiásticos en Guinea Ecuatorial, están, muy a menudo ejercidos, por gente indigna, mal preparada y sin vocación, que buscan en la función del sacerdocio ministerial fuente de riqueza, prestigio, dominio, ascendencia y mando ; un clero de bajo nivel intelectual y una pasmosa relajación moral sin observancia al celibato, búsqueda afanosa del dinero y poder. Allí están dispersados con títulos universitarios de muy dudosa credibilidad y otros que desdeñan su formación intelectual postergada por asuntos de bienes materiales, que llenan sus preocupaciones.
¿Qué le pasa a nuestro clero? ¿Por qué hacen vista gorda a documentos tan claros y rotundos sobre el sacerdocio, como Pastores Davo Vobis y Presbytororum ordinis? ¿A qué Iglesia sirven? ¿Por qué se han hecho sacerdotes? ¿Qué Formación reciben en los seminarios? No estamos para responder tanta inquietud y tanta zozobra, sería la labor de la Iglesia universal y la conciencia misma de cada sacerdote guineano quién responda fielmente estas preguntas bastantes incómodas.
Los que vivimos en Guinea Ecuatorial, estamos ante un clero que se educó mal y recibió unas responsabilidades ministeriales que no debió asumir y que ya no saben interpretar a la luz del evangelio este ministerio sacerdotal tan rico y fecundo. Nunca la iglesia ha buscado sus candidatos entre los mejores, señal bastante elocuente ante esta afirmación, es el torpe grupo del que formó el mismo Jesús, pero no deja lugar a dudas que de Galilea a Jerusalén ellos recorrieron un camino de purificación que culmina con “Id a Galilea y allí me veréis” ¿Cuál es el camino espiritual que los sacerdotes y obispos guineanos hacen?
La motivación vocacional es y ha sido siempre motivo de entredicho, en el que el maestro religioso o en su caso, un espiritual de seminario ha de ayudar al candidato a discernir si tiene vocación o no. A menudo en Guinea, esto se ha pasado al clientelismo religioso; tiene vocación los primos y sobrinos del obispo, vicario y párroco de turno, en el que el proceso del candidato al sacerdocio, no necesita un discernimiento espiritual, una aclaración de intenciones y unas motivaciones intrínsecas, para ayudar al candidato a ejercer mejor y felizmente su sacerdocio, sino más bien un binomio de beneficio/vasallo. Los seminarios y casas de formación religiosa en Guinea Ecuatorial, se han convertido en una cantera de legionarios del dictador más desalmado de África para ofrecer incondicionalmente la asistencia espiritual y la sublimación de la conciencia ante tanto y tanto mal realizado. Y qué decir de estos líderes formados en La Salle de Bata, convertidos en sátrapas y políticos corruptos, a estos dedicaremos un artículo aparte.
Cualquier persona sensata, debe mirar y valorar los frutos de su trabajo, pero cuando abril mayea, mayo marcea; toda la esperanza depositada en un clero formado parte en España y otra en Guinea Ecuatorial, viviendo y compartiendo la realidad cultural de su pueblo con la construcción del Seminario “La purísima” de ncolbong, ha resultado ser una amarga desahucia, todos más preocupados en vestirse bien, despigmentarse la piel, circular en lujosos coches, merodearse de muchachas de buen ver que proclamar sana y llanamente el evangelio a los pobres.
Una formación mediocre, que queda demasiado patente, ya no en su moral laxa; sino en sus hueras homilías sin ningún mínimo contenido teológico y compromiso social; si se añade con ello, el suntuoso problema de una expresividad horrenda y pavorosa.
Llega el 5 de Junio, el cumpleaños más largo del mundo y ya tienen trazado el guión: “Obiang hombre de probada fe en Dios, gracias a un hombre que nos liberó de la dictadura de Macias, …” son jaculatorias que escucharán aquellos que asomen a este culto satánico; nadie le exigirá abiertamente que “Dios no quiere la muerte del malvado, sino que se recomponga, se convierta de su malévola conducta y que se viva”. Decir esto, exige espiritualidad, ascesis, y es bastante comprometido y difícil de roer si tenemos en cuenta que unos cuantos millones caerán en la limosnera y ningún cura guineano está para deshacerse de este suculento caudal, a por su fidelidad al evangelio
Fuente: PROPIA
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