IGNACIO CEMBRERO | Madrid


La Comisión de Derechos Humanos de la ONU resaltó el viernes pasado en Ginebra, en una resolución aprobada por mayoría, ´la voluntad política, reiteradamente demostrada, del Gobierno de Guinea Ecuatorial de hacer progresos en materia de derechos humanos´.

En consecuencia puso fin al mandato del representante especial de la ONU, Gustavo Gallón, encargado desde hace tres años de supervisar la evolución de los derechos humanos en ese país. Impulsada por los países africanos y respaldada por algunos de América Latina, la resolución sólo cosechó un voto en contra, el de México, mientras los europeos y Canadá se abstuvieron.

Gallón, director de la Comisión Colombiana de Juristas, cesó ayer en su cargo justo cuando se encontraba de paso por Madrid para dar una conferencia en el Instituto de Estudios para América Latina y África.

Pregunta. ¿Que ha cambiado en Guinea para que la Comisión acabe con su mandato?

Respuesta. No ha cambiado nada en lo sustancial. La situación de los derechos humanos sigue siendo muy grave. La inseguridad jurídica es absoluta. La intolerancia hacia la disidencia es profunda. En la práctica es un régimen de partido único que se asienta en una fuerte presencia militar.

P. El presidente guineano, Teorodo Obiang, denunció el mes pasado un nuevo intento de golpe de Estado.

R. Sí. Cierto o inventado, es un ritual que se repite cada cuatro años. Ahora estamos en la primera fase en la que se practican detenciones masivas y no se sabe ni cuántos son los detenidos ni dónde y cómo están. Pedimos información a Malabo, pero no se nos contestó

P. Entonces, ¿por qué la Comisión abroga su mandato?

R. Porque los países africanos han logrado este año su unidad y África del Sur ha decidido plegarse al consenso. Juntos tienen más fuerza.

P. Alguna mejora, por pequeña que sea, se tendrá que haber producido en Guinea para dar pretexto a esa resolución.

R. La resolución adoptada en Ginebra señala, por ejemplo, entre los recientes méritos de Guinea Ecuatorial la ratificación de las convenciones contra la tortura y sobre la eliminación de la discriminación racional. No es cierto. Ninguna de las dos ha sido ratificada. Es verdad que a finales del año pasado el Gobierno guineano se mostró, por primera vez, dispuesto a tener en cuenta algunas de nuestras recomendaciones. Las modificaciones que han introducido son tan elementales que no cambian sustancialmente la situación.

P. ¿Cuáles son?

R. Primero, instalar sanitarios en una de las prisiones, la de Bata, que carecía de ellos. Bata es una cárcel controlada, pero hay otras semiclandestinas. Segundo, renunciar a perseguir a los pasajeros que sacaban periódicos extranjeros de los aviones que aterrizaban en Malabo. Y por último, publicar la legislación vigente. Hasta ahora sostenían que no disponían de presupuesto para contar con una imprenta.

P. Guinea se ha convertido en el tercer exportador de petróleo del África subsahariana. ¿Hay un nexo entre la súbita riqueza del país y la abrogación de su mandato?

R. El petróleo puede ejercer una influencia, pero no ha sido determinante en el voto. En la Comisión de Derechos Humanos de la ONU hay una coalición de países determinada a destruir esta institución y los mecanismos que la rigen. Son, obviamente, países que se caracterizan por su escaso respeto a los derechos humanos. La reunión anual que acaba de concluir ha sido reveladora de sus intenciones.


Fuente: El País - ( 27.4.01)

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