Este es el último mensaje que publico sobre
este caso. He decidido no volver a hablar de
ello; no volveré a buscar a nadie para que me
lleve al Presidente, ni publicar nada al
respecto. Tengo la conciencia de haber hecho
lo que debía, aun a cuesta de mi vida. Dios
es testigo.
Para los que no creen en Dios y para los que
creyendo en Él simplemente no creen que me
haya hablado, les diré que Dios es veraz en
sus mensajes. Me sorprendió hablar de cosas
que yo mismo ni entendía. Cuando llevé el
mensaje al Presidente de la República yo no
sabía que estaba hablando de acontecimientos
que estaban para ocurrir cuatro años después.
Lo veía como en presente.
El primer mensaje que llevé al Presidente de
la República, como anuncié aquí en los
mensajes de 2017, fue el 31 de agosto de 2013
y me pareció realmente un milagro. Pues un
día antes Dios me dijo que mañana estaré con
el Presidente; y así fue. Un simple maestro
desde Bata quiere verse con el Presidente y
en casi un día yo ya estaba en la Presidencia
en Malabo.
El mensaje que llevé fue que se estaba
preparando un golpe de Estado. Entre otras
cosas, que entrarían por el sur de Camerún,
en sus bosques con GE; que estarían
acompañados por terroristas (yo lo llamé Boko
Aram) del Estado Islámico; y el país que
propiciaba el golpe, fue también el que
cuatro años después, se dijo por los medios
de comunicación de GE que es el responsable
aunque, por razones que no entiendo, no sólo
se empezó a mirar por otras direcciones sino
que también, a mi entender, le encomendaron
la investigación de lo sucedido, según los
medios de comunicación oficiales de nuestro
país. Dios y el Presidente de la República
son testigos de que ese fue el mensaje.
Desde el primer mensaje hasta el último ya
expliqué algunas de las peripecias que he
sufrido. Se preguntarán porqué borré los
mensajes de la red: si los publiqué aquí era
porque ya no me quedaba otra alternativa. Una
vez que creí que ya debían haber llegado al
oído de su verdadero destinatario, el
Presidente, los suprimí.
Tras saber que los mercenarios volverían,
Dios quiso que yo contactara otra vez al
Presidente y no se logró, como conté hace dos
semanas. Realmente volví a remover todo lo
que podía a mi alrededor, pero no hubo
solución.
¿A quiénes acudí? A mediados de julio de 2019
me vi con un mando del Ejército y le expliqué
que tenía revelaciones importantes sobre los
mercenarios que volverían, y que por su
influencia me hiciera ver al Presidente. Él
me dijo que no es su campo, pero que me
pondría en contacto con otro que sí lo puede
hacer.
El 24 de julio 2019 ese mando me llamó y me
dijo que ha hablado con el Director General
de Seguridad sobre mí y éste le ha dicho que
me va a llamar, que le ha dado mi teléfono, y
que yo tuviera el mismo encendido porque en
cualquier momento lo va a hacer. Eso fue un
miércoles. Pasó el miércoles, pasó el jueves,
y el viernes vuelvo a llamar al mando militar
que aún yo no había recibido llamada alguna.
Se extrañó de ello; minutos después volvió a
llamarme diciendo que ha llamado al Director
General de Seguridad otra vez y este le ha
dicho que estaba muy ocupado esos días por lo
de la limpieza de Bata, que formaba parte de
esa comisión, pero que, antes de irse a
Djibloho para los preparativos del 3 de
Agosto, se pondrá en contacto conmigo. Hasta
el día de hoy no recibí ninguna llamada.
El mensaje que yo tenía para el Presidente de
la República es, si realmente quiere resolver
el caso de la intentona y descubrir a los
verdaderos autores, no sólo a los mercenarios
contratados, que pidiera ayuda a los Estados
Unidos de América para que investiguen sobre
el caso, y que EN ESTA INVESTIGACIÓN NO
FORMARA PARTE NINGÚN SOLO GUINEANO.
Pase lo que pase yo no volveré a escribir,
como lo he dicho antes. ¡Ojalá si estuviera
loco como algunos lo creen! Aunque a la
verdad tengo mucho en común con los locos:
pude trabajar todo un año sin cobrar nada;
ahora mismo voy a pie porque hace unas tres
semanas los tráficos detuvieron mi coche (que
acababa de comprar, pues había vendido el
otro) por no poseer toda la documentación
necesaria. Al menos fue el motivo que
alegaron, pero se llevaron también mi permiso
de conducir y negaron hacerme una denuncia,
por lo que no tengo ningún papel que
justifique que se han llevado mi coche. Lo he
visto en la perrera que tienen en Nkoantoma y
lo lamentable es que lo dejaron con el
cristal puerta conductor bajado, de forma
que, como llueve en esos días…
Yo creo que lo de los documentos del coche es
una excusa, de hecho, el que yo tenía antes
poseía toda la documentación, y ¿qué pasó? El
3 de agosto del año pasado (poco después del
último intento de contactar con el
Presidente), en Añisok, unos “ladrones” lo
violaron y se llevaron sólo la documentación
del coche y mis gafas graduadas. No estaban
los papeles en un bolso como para decir que
se llevaron el bolso y dentro estaban, no.
Los documentos estaban sueltos en la
guantera. Por esa razón y otras tuve que
vender aquel coche.
Yo pido a Dios, por amor a Su nombre, que
tenga misericordia de mí y de todo el pueblo
de GE, que no sea que en un amanecer
cualquiera, nos comuniquen que el Estado
Islámico sí que ya gobierna nuestro país y
que quedaban cerradas todas las Iglesias
cristianas. Es cuando muchos que hoy
pretenden no ver ni oír nada querrán hablar,
pero ya será demasiado tarde.
Pido a Dios que revele al Presidente de la
República el otro mensaje que le di en ese
primer encuentro: Que hay inocentes en las
cárceles. Es lógico que si los verdaderos
cerebros están libres, algunos inocentes
estarán en las cárceles, otros amenazados, y
otros “silenciados”.

QUE DIOS PROTEJA A GUINEA ECUATORIAL
MARTÍN ESIMI

Fuente: Jesús Puede

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