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”¡A la calle, salgamos a la calle todos los guineo ecuatorianos!”. Artículo de Severo Moto Nsa. publicado por: F, amba amba el 02/08/2005 0:10:25 CET
Por Severo MOTO NSA. Madrid.- 2 de agosto de 2005. El espectáculo que el presidente de Guinea Ecuatorial está ofreciendo al pueblo guineo, a los bubis, a los fang, a los bisió, a los ndowe a los annoboneses, a los crió y a los múltiples extranjeros africanos y de otras continentes que anidan nuestro país es de verdadero circo a la vez ridículo y molesto. Tenemos en Guinea Ecuatorial a un presidente que, cuando está en el país, los pocos días que está en el país, nadie está seguro de que efectivamente está entre los guineanos. Nada que decir sobre dónde y con quien se acuesta cada noche. María Luisa, su hermana es la única depositaria de los grandes secretos de Obiang Nguema Mbasogo.
Dicen que ella se encarga de prepararle la comida y de los detalles más delicados de su vida. La vida de Obiang Nguema corre tal peligro entre sus ciudadanos que no solo no se fía de ellos cuando está en el país (para eso están los marroquíes, ucranianos y otras nacionalidades...) sino que está más seguro fuera del país, que dentro. Por eso un día sí y otro también; un mes ,sí y otro también, “huye” materialmente de Guinea Ecuatorial y se “refugia” hoy, en Marruecos (a revisar sus múltiples mansiones); mañana, en Suráfrica, (a revisar el estado en que han quedado las mansiones y cuentas, después del paso de su hijo por ahí); pasado mañana, en Zimbabwue, (a ver si Simon Mann sigue encarcelado y por qué); la semana que viene, entre los santeros de Ahití, (a recibir consejos del aquelarre); la otra, en Nigeria (a ofrecer vidas humanas para mantenerse en el poder); al otro mes, en Suiza, (a revisar sus fondos reservados) o en Francia, a pedir perdón por los destrozos de su hijo “Teodorín”); ahora, un viaje forzado a los Estados Unidos de América a recibir sopapos, ninguneos y advertencias de la Administración norteamericana y ... finalmente, el día 2 de Agosto, en Santo Tomé entre los pañales de sus cuñados; y el día 3, urgentemente, a presidir el desfile del día del golpe de estado, y volver rápidamente a no se sabe donde... Esta vez va a celebrar, entre los abatidos y, por él, despreciados annoboneses, el día que dio un certero golpe de estado a su tío Macías, lo sentenció a muerte y ejecutó (haciéndole pagar todas las culpas, suyas y del propio Macías)
Ninguna fecha tan propicia como el TRES DE AGOSTO para que los guineoecuatorianos vivos y activos dediquemos todo el necesario tiempo de meditación para analizar sobre Obiang Nguiem Enem, su categoría humana, su dimensión moral sus historial y, muy especialmente sobre su proyección de futuro de cara Guinea Ecuatorial, como país y como pueblo. ¿Qué otra cosa le queda a Obiang Nguiem Enem por hacer contra Guinea Ecuatorial, después de los largos y terribles 11 años con Macías y 26 gobernando en solitario?
Lo mismo que se va del país, normalmente a las tres de la madrugada, tras convocar falsamente a su rebaño de ministros para despedirle a las 10 de la mañana y burlarse de ellos, lo mismo guarda en su interior lo que todavía le queda por hacer contra Guinea Ecuatorial.
Como país, como pueblo y como personas humanas, nos merecemos algo muchísimo mejor que eso. Nos merecemos un Presidente que esté presente y viva los problemas del país. No una especie de ave que cada dos por tres extiende las alas de ese avión de lujo llamado “del pueblo” para huir del olor pestilente que despide la capital (Malabo) o de los restos humanos que cuelgan de los árboles de Baney, tras el misterioso accidente aéreo reciente.
Venga, ya. Queremos un Presidente para Guinea Ecuatorial; no para Marruecos, Sudáfrica, Suiza, Estados Unidos o Haití, Francia, Zimbabwe. Queremos un Presidente de Guinea Ecuatorial; que viva, conozca y sienta el país. Si Obiang Nguiem Enem no lo es para qué siguen llamándole presidente? ¡Que se vaya!, ¡que se vaya!, ¡que se vaya!. Si tanto le gusta etar fuera de Guinea Ecuatorial.
Ningún día tan propicio como el día TRES DE AGOSTO, día en que Mató a su tío Macías y nos decretó la muerte a todos los demás guineo ecuatoriales para decirle que se vaya.
Si yo estuviera en mi país, en estas fechas, no dudaría en convocar a mi pueblo (como lo he hecho en más de una ocasión) a salir a la calle y gritar hasta degañitarnos: “¡Basta ya, cambio ya!.
Pero, estoy en el exilio y perseguido... ¡en España!
Fuente: Gobierno en el exilio
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