25º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A
LA EXTRAÑA JUSTICIA DE DIOS: LOS PRIMEROS Y LOS ÚLTIMOS
IDEAS PRINCIPALES DE LAS LECTURAS DE ESTE DOMINGO
- 1ª Lectura: Isaías 55, 6-9: El hombre frío y calculador alimenta en su corazón rencores y perdona poco; mide a los demás con su propia medida e incluso al mismo Dios. Habla de números en sus relaciones con los otros y su teología se convierte en contabilidad. En cambio, el método de Dios es distinto: llama al hombre a rectificar sus actitudes, lo invita a ajustarse a los planes divinos y caminar por la senda de la justicia, del amor y de la fraternidad. Los caminos de Dios no son muchas veces nuestros caminos.
- 2ª Lectura: Filp. 1, 20c-24. 27ª: Pablo, encarcelado y en perspectivas de martirio, está seducido por Cristo. Por otra parte, le tira quedarse ejerciendo el apostolado para continuar su misión de evangelizador. Se pone en manos del Señor y mientras tanto, madura su vida para la muerte en espera de la vida nueva.
- Evangelio: Mateo 20, 1-16: Se criticaba a Jesús de ser bueno con los pecadores; hablaba y comía con ellos. Y Jesús narra la parábola de los jornaleros de la viña y termina pagando a todos lo mismo. La justicia de Dios va siempre adornada de misericordia. ¿Tendremos envidia porque Él es bueno? Las aparentes contradicciones de Dios han de interpretarse bajo la clave del amor inmenso que Él nos tiene.
1. Queridos hermanos y hermanas en Cristo: La parábola que Jesús nos relata hoy resulta extraña cuando la leemos inevitablemente desde criterios humanos. El salario debe estar en consonancia con el trabajo. Lo demás es un agravio comparativo, un atropello a la justicia retributiva y a no sé cuantas cosas más. Creemos, desde el punto de vista humano, que el dueño debía haber buscado otra forma a la hora de pagar a los trabajadores. Por ejemplo, pagar por horas (como hacen en los destajos de toda la vida) o, al menos, haber tenido la prudencia de pagarles aparte. Cualquier cosa, menos provocar al personal. Jesús siempre es un provocador: curaba en sábado, salvó a la adúltera del apedreamiento, comía con publicanos y pecadores, dijo que las prostitutas nos iban a adelantar en el Reino de Dios… y hoy dice que los PRIMEROS SERÁN LOS ÚLTIMOS Y LOS ÚLTIMOS PRIMEROS.
2. ¿Por qué Jesús actua(ba) de esta manera? ¿Cuál es la explicación de esta parábola extraña, desconcertante, asombrosa? La tenemos en la primera lectura: “Mis caminos no son vuestros caminos, ni mis planes vuestros planes”. Y por otra parte, Jesús quería dar una respuesta contundente a los “fariseos” de su época, viejos creyentes en Dios; los cuáles, al creerse justos y perfectos, por haber estado sirviendo a Yahvé durante mucho tiempo, miraban con rencor, recelo y descrédito a los nuevos adeptos al Judaísmo. Ante esta situación, Jesús interviene enérgicamente con esta parábola aleccionadora, con la que venía a decirles que la relación del hombre con Dios no es cuestión de “tiempo”. Es decir, no se tiene estrecha relación con Dios por llevar más tiempo hablando de Él. O lo que es lo mismo, no se es más perfecto y justo porque uno mismo se lo “cree” o por tener cierta posición en la vida religiosa. Jesús no está de acuerdo con mentalidad “interesada” en las cosas de Dios.
3. ¿Qué hacer, entonces? BUSCAR A DIOS. Dejar nuestros caminos y buscar los caminos de Dios, mientras estamos a tiempo. ¿Dónde encontramos a Dios? En su palabra, en la liturgia, en el otro. Esta búsqueda de Dios tiene que ser sincera. Una cosa es buscar a Dios y otra querer domesticarlo, querer que se ajuste a nuestros criterios. Ya nos lo advierten las palabras de Dios en boca del profeta Isaías: “mis caminos no son vuestros caminos”. La parábola de los trabajadores de la viña rompe toda lógica humana, así como nuestros criterios de justicia. A nuestros ojos, no deberían cobrar lo mismo los que trabajaron más horas que los trabajaron menos. No es ni justo ni proporcional. Sin embargo, los caminos del Señor son diferentes a los nuestros. Él, libre y sorprendentemente, establece su justicia a su manera. De ahí que nos cueste tanto comprender no pocas veces la lógica de Dios y su voluntad. Cuando, al escuchar la Palabra, encontramos algo que rompe así nuestra lógica, es señal de que hay una gran verdad y una gran sabiduría en ella.
4. Hermanos y hermanas, hemos de saber que los cristianos viejos, los que fuimos bautizados desde la niñez y los que tenemos cierta posición en la Iglesia, tendremos nuestra paga, el ciento por uno, pero Dios está dispuesto a darle la misma paga al que llegó a última hora, con una única condición: que trabaje con la ilusión de sentirse llamado. ¿No será la ilusión puesta por los últimos la que movió el corazón del dueño? ¿Qué, si no, le movió a tanta generosidad? ¿Por qué no doblaría la paga a los de primera hora, siguiendo con la misma actitud de generosidad? ¿No sería que decayó mucho la ilusión en el trabajo de los primeros con el peso del día y del calor?
5. La justicia de Dios supera, con la misericordia, a la justicia humana. No tengamos envidia de la bondad de Dios. Alegrarnos de que sea bueno con todos y que a todos, incluso a los que están lejos de la Iglesia, les vaya bien. También en este punto Dios se nos presenta como provocador.
6. LO QUE HAY QUE RECORDAR TODA ESTA SEMANA: “El cristiano es el hombre llamado a vivir una vida digna del evangelio en que ha creído. Para ello tiene que buscar los caminos de Dios en su Palabra, en la liturgia y en la comunidad. Muchas veces no los entenderá, pero tiene que adaptarse a ellos. AMÉN.
Fuente: Jesús Rafael