UNA DICTADURA NO SE COMBATE EN LA URNAS

Por: Samuel Mba Mombe, activista por la democracia en Guinea Ecuatorial

Siempre se ha comentado aquí que los partidos políticos de la oposición legalizada y sobre todo los que han sido domesticados por la dictadura carecen de militantes y de estructuras como tales. Por si fuera cierta esta afirmación, se podría concluir que en Guinea Ecuatorial sólo existe dos partidos políticos que podrían presumir como tales tras la intervención manu militari de la dictadura para destruir al partido político UP creando una fracción a la imagen y semejanza del PDGE. En un país como el nuestro donde las estadísticas brillan por su ausencia es normal que cada uno maneje sus cifras para presentarse como el mejor pero sin suficientes elementos de juicio o de soporte. Así vemos cómo el partido en el poder se hace creer a todo el mundo que todos los guineanos vivos y muertos son miembros, militantes y simpatizantes del Gran Movimiento de Masas. Esta afirmación esquizofrénica es la que hace que este partido imponga el impuesto revolucionario a todos los que trabajan tanto en la Administración Pública como en el Sector Privado. Esta cotización obligatoria prohibida por la Ley, parece que no afecta al PDGE y sigue con su agosto, conscientes de que están violando descaradamente las normas dictadas por ellos mismos.

Ahora bien, los partidos sin militantes ¿cómo sobreviven y con qué medios ellos desarrollan sus actividades? Parece que hay una Ley de financiación de los partidos políticos legalizados pero nadie sabe a ciencia cierta cómo funciona ni cómo se controla salvo que en el momento de las elecciones se concede una suma de dinero para cubrir la campaña electoral y dicha financiación como suelen denunciar algunos partidos participantes no es proporcional y que el partido en el poder utiliza para su campaña los recursos del Estado. Si esta es la situación en el tema de la financiación al margen de las irregularidades en el cumplimiento de las normas que regulan el buen funcionamiento de los partidos políticos en un Estado Democrático de Derecho, ¿se puede seguir haciendo la política de avestruz para dar la sensación de que Guinea Ecuatorial está caminando por los senderos de la DEMOCRACIA en su concepción universal?

Todos pensamos que con la firma del llamado PACTO NACIONAL y su posterior evaluación, se abría un nuevo capítulo en la normalización de la convivencia política de los guineo-ecuatorianos, que los antagonismos heredados en el pasado estarían sepultados y que se abriría un diálogo serio y transparente para efectivamente poner los cimientos del nuevo edificio que todos estábamos dispuestos a construir. Los sucesos que marcaron esta nueva andadura no dejaron duda alguna que el régimen en plaza no tenía la más mínima voluntad para ejercer sus responsabilidades al frente del país.

Las intimidaciones, arrestos arbitrarios, torturas, confinamientos y asesinatos políticos que siguieron el proceso de la firma del Pacto Nacional son el botón de muestra que Obiang y sus adláteres no pueden propiciar un cambio democrático en Guinea Ecuatorial. Desde 1993, fecha de las primeras elecciones “multipartidistas” en el país, la tónica ha sido la misma y no se vislumbra ningún cambio político ni a corto ni mucho menos a largo plazo.

Las elecciones son puras sutilizas que utiliza la dictadura para aparentar flexibilidad o voluntad democratizadora cuando en realidad el verdadero objetivo no es más que torear a los guineanos, manipular a la opinión pública nacional e internacional. Desgraciadamente y a pesar de esta triste realidad, algunos siguen pensando que con Obiang la democracia es posible olvidando que nadie puede dar lo que no tiene. Obiang es un dictador golpista y esperar que pueda admitir una derrota en las urnas es seguir soñando con los ojos abiertos.

Ante esta situación algunos suelen preguntar para justificar su participación en eso de las elecciones qué es lo que proponemos. La respuesta es simple: No sé si Obiang y los suyos se hicieron esta pregunta cuando derrocaron a Macías por las armas. ¿Alguien con dos dedos en el frente ya ha visto a un dictador marcharse del poder por haber perdido las elecciones? Los guineanos han concedido el beneficio de duda a Obiang durante 34 años pero nos está tomando el pelo a pesar de haber creído en sus falsas promesas. Actualmente las elecciones no son ni pueden ser la solución del drama guineo-ecuatoriano. Tampoco el uso de la violencia si no es por defensa propia puede ser la solución.

La oposición debe reorganizarse y adoptar nuevas estrategias de lucha. Las urnas han demostrado que no pueden ser la solución no porque sea la peor alternativa sino porque así lo quiere la dictadura para seguir aferrándose en el poder y seguir manteniendo a los guineanos en la marginación e ignorancia. Los líderes políticos democráticos que aspiran a gobernar este país deberían tener la capacidad de movilización de la población para plantar cara al dictador. No basta alardear y jactarse de líderes cuando se es incapaz de aglutinar a los guineanos y hacerlos salir a la calle. Un líder político o una formación política se valoran por su capacidad movilizadora y aglutinadora y esto es lo que necesita Guinea Ecuatorial en estos momentos. Yo no soy líder sino un activista dispuesto a secundar cualquier iniciativa seria que nos pueda conducir a la liberación de nuestro país del yugo dictatorial.

Yo escribo desde la perspectiva de un ciudadano que lucha por el cambio y no como líder para ocupar cargos políticos. Los hay que sueñan y luchan para representarnos en las Instituciones y a esos me dirijo sin ánimos de desprestigio como me han acusado en ocasiones. Mientras sigo en vida seguiré opinando sobre los que nos mandan y los que nos quieren mandar el día de mañana.

Es importante que reflexionemos seriamente sobre el futuro de Guinea Ecuatorial dejando de lado actitudes caciques y de prepotencia. Hagamos lo que somos capaces. El pueblo está ahí mirando ansiosamente a su OPOSICIÓN.


Fuente: LD

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