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Editorial

UN DERECHO NEGADO: LA LIBERTAD DE PRENSA EN GUINEAECUATORIAL. UN INFORME DETALLADO SOBRE LA SITUACIÓN DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DE PRENSA


publicado por: Association de la Presse Equatoriale Guinea el 03/02/2003 16:05:38 CET


GUINEA ECUATORIAL / LIBERTAD DE PRENSA
UN DERECHO NEGADO: LA LIBERTAD DE PRENSA EN GUINEA ECUATORIAL






INFORME SOBRE LA SITUACIÓN DE LA LIBERTAD DE PRENSA EN LA REPÚBLICA DE GUINEA ECUATORIAL






Por: Pedro Nolasco Ndong
Periodista Independiente,
Corresponsal de RSF,
Miembro de la APHIS y
Presidente de ASOPGE
Contacto:
<>





Guadalajara, 10 de Diciembre de 2002

El presente informe ha sido elaborado desde una perspectiva imparcial y objetiva.
El autor, exiliado en España desde julio de 2002,ha evitado los juicios de valor y cuenta únicamente el panorama de la libertad de prensa del país, tal y como se presenta en la dramática realidad de la sociedad guineoecuatoriana y en su régimen dictatorial.



GUINEA ECUATORIAL
Superficie: 28.051 km2
Población: 500.000 habitantes
Idioma: Español (ofic.), Francés
Naturaleza del Estado: Rep. Unitaria
Jefe de Estado: Teodoro Obiang Nguema
Sistema político: Democracia disfrazada (Dictadura)
Fuentes de Ingreso: Madera, Pesca, Petróleo, etc.
PIB Per Cápita: 7.000 dólares USA
Producción del petróleo: 450.000 barriles/dia.

PREÁMBULO
La Guinea Ecuatorial, ex colonia Española de África Central después del 12 de octubre de 1968, es una república constitucional multipartidista. Pero en la práctica, el poder está asumido por el presidente Teodoro Obiang Nguema y su familia, que han dirigido el país con mano de hierro durante 34 años de independencia. Su formación política, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) creado en 1986 para institucionalizar el régimen, controla el parlamento, el poder judicial y el ejecutivo, que no tienen la más mínima independencia.

Diversos y graves abusos de violación de los derechos humanos se cometen diariamente en el país, los cuales permanecen en la más absoluta impunidad. El régimen controla, aun en el exterior, a los opositores y partidos políticos temerosos. El Gobierno limita seriamente la libertad de expresión, opinión, información y de prensa, y continúa impidiendo la libertad de asociación, de manifestación y de reunión.

En la actualidad, al menos, hasta la fecha de redactar este informe, no existe en el país prensa independiente, libre ni plural, y el reducido grupo de profesionales independientes que desde 1994 empezó a reivindicar la libertad de prensa ha sido reducido al silencio y al exilio, como consecuencia de un tenaz hostigamiento contrapuesto a ellos, a sus familiares y a sus intereses profesionales.

INTRODUCCIÓN
Cumpliendo con las entonces exigencias de la comunidad internacional sobre la ¨pronta¨ democratización de los países africanos [a raíz de la conferencia de Baulé convocado bajo el título de ¨Democracia en África¨], que quieren seguir beneficiándose de la ayuda de los donantes bilaterales y multilaterales, a finales de 1991, el régimen dictatorial de Guinea Ecuatorial introdujo en su Constitución de 1982, previo referéndum popular, el pluralismo político y la democracia liberal. En el artículo 13, la Constitución guineana reconoce, entre otras libertades, las de expresión de pensamientos, ideas y manifestaciones, la libre asociación y reunión. También, reconoce todos los Tratados suscritos como parte integrante de la Legislación nacional: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, la Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos. También ha aprobado la Declaración de Windhoek de 1991, sobre el Fomento de una Prensa Independiente, Libre y Pluralista en África.

En 1992, aprobó y promulgó la Ley de Prensa e Imprenta, que fue modificada en mayo de 1997, para introducir el capítulo de medios audiovisuales, aunque también suprimió los artículos que daban un poco de margen para el ejercicio del periodismo. Es decir, con esta modificación ,la actual ley de prensa, redactada con mucha manía, se basa en más incisos represivos que persuasivos.

En lo que pareció entonces como gesto de buena voluntad, el Gobierno autorizó en 1994, por vez primera en la historia del país, un periódico independiente, EL SOL, fundado por tres periodistas que habían sido expulsados del periódico gubernamental EBANO, heredado del régimen colonial. Transcurrirían cinco años más para que se autorizan otros títulos independientes, a pesar de que desde 1996 varias solicitudes ya se encontraban depositadas en la administración. Al parecer, la línea editorial del primer periódico provocó la ira del Gobierno, que concibió el nacimiento de la prensa independiente como un frente más de la oposición.

Esa torpeza del Gobierno y la necesidad imperante de organizar la prensa escrita, aconsejó la creación de la Asociación de la Prensa de Guinea Ecuatorial (ASOPGE), propulsada por un grupo de intrépidos profesionales, que aprovechando las buenas relaciones con la Embajada Norteamericana, plantearon rápidamente la celebración en Malabo, capital del país, del seminario internacional sobre Prensa y Democracia en África Central, financiado por la UNESCO. Las recomendaciones de dicho seminario y el auge que tuvo a nivel internacional, constituyó un auténtico espaldarazo para los profesionales independientes, que venciendo el miedo y animados por la exigencias de la Declaración de Windhoek, empezaron a reivindicar de forma persistente la autorización de más prensa independiente. La tarea no fue nada fácil, pero al final, el Gobierno tuvo que ceder, preocupado, eso sí, por las virulentas críticas de organizaciones no gubernamentales internacionales como Reporteros Sin Fronteras, la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, las Emisiones de Radio Exterior de España hacia Guinea Ecuatorial y las críticas de los propios profesionales nativos.

El 20 de septiembre de 1999, y a raíz de las denuncias de Reporteros Sin Fronteras contra el Gobierno durante la primera Cumbre de la Francofonía de Moncton (Canadá), el Gobierno autorizó, finalmente, otros títulos independientes, LA OPINIÓN, EL TIEMPO y la revista GUINEPUBLICIDAD. Esas autorizaciones no pueden interpretarse como muestra de buena voluntad política ni mucho menos como respeto de las reglas de juego democrática ni del respeto de la Constitución, porque, como ha quedado demostrado durante los últimos años, fue una estrategia del régimen para escaparse de las constantes críticas de la comunidad internacional y seguir beneficiándose de la ayuda de los donantes. De hecho, trabas y manipulaciones de distinta índole acompañarían el nacimiento de esos dos nuevos periódicos, que han terminado en la bancarrota, como ocurrió también con el periódico El Sol a finales de 1996.

En definitiva, en la actualidad, existen oficialmente cuatro títulos independientes de información general autorizados desde 1994: El Sol, El Tiempo, La Opinión y La Nación (aún no funciona). Cuatro revistas: La Gaceta y El Correo (progubernamentales), Ayo (cultural), Guinepublicidad (aún no funciona). A ellos, se suma los periódicos gubernamentales Ebano y PotoPoto, más los títulos partidistas e ideológicos, La Verdad (Oposición) y La Voz del Pueblo (Partido del Gobierno), que no requieren autorización previa. Los medios audiovisuales públicos Radio Televisión y las emisoras de Radio Asonga, del hijo del presidente.

Esta variedad de títulos y de tendencias editoriales, si bien hubiera significado un importante bagaje de verdaderos medios de comunicación social al servicio de las masas, sin embargo, en Guinea Ecuatorial no son capaces de funcionar regularmente, en lo que se traduce en múltiples factores, ligados sobre todo por trabas y hostigamiento, consecuencias de un agudo desinterés político y por falta de tolerancia de las libertades de opinión, de expresión, de información y en general, de la libertad de prensa. Mientras tanto, el régimen se precia y se autoproclama democrático, cuando la prensa, que se considera como uno de los principales barómetros de la democracia, está en su más absoluta insolencia porque no se da el ambiente propicio para que pueda desenvolverse libremente, como más adelante se detalla.

Especial mención se da en este informe a la actual situación de la Asociación de la Prensa de Guinea Ecuatorial, que tras casi cinco años de funcionamiento más bien intempestiva, por sus constantes enfrentamientos con el Gobierno, ha sido finalmente dividida por éste, aprovechando el exilio de su presidente, que tuvo que huir ante la vista de una posible represalia mortal, tras denunciar las condiciones inhumanas en que fueron sometidos en el penal de Black Beach los opositores y líderes políticos condenados en el macro-juicio de supuesta tentativa de ¨Golpe de Estado¨ de junio de 2002.

I.LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Concebida como un derecho inalienable de los seres humanos, y máxime si viven en un Estado considerado democrático, el uso de las libertades de expresión, opinión y manifestación de ideas por medio de cualquier medio, no puede medirse a “cuenta gotas” como es el caso que se da en el régimen cuasi-democrático de Guinea Ecuatorial. En este pequeño país no se registra ni se dan unas circunstancias socio políticas que garantizan el derecho de los ciudadanos a expresarse libremente, sin que se atengan a serias consecuencias. Un argumento a menudo esgrimido por el régimen es el hecho de que en ocasiones ciertos ciudadanos, mas bien considerados como ¨suicidas¨ en miniatura, se atreven a manifestarse públicamente en contra del Gobierno o criticar sus acciones sin que inmediatamente se lo ¨pagan¨.

Pero una libertad de expresión, como se ha dicho, no se puede medir a cuenta gotas. Establecer un cómputo en torno a quienes son capaces de expresar libremente sus ideas en un Estado es realmente muy peligroso. Precisamente, se sabe que son ciudadanos políticamente excluidos y socialmente discriminados, que viven en una absoluta inseguridad, sin que están seguros que les depara el futuro, si el asesinato, la cárcel o el exilio.

La Libertad de expresión, tal y como se concibe, es decir, sin adjetivos, se manifiesta a través del debate público y político de los ciudadanos sobre los temas que les afectan, sean estos más controvertidos o no, y sin que se anteponga riesgos ni consecuencias terribles contra su integridad. La libertad de expresión se manifiesta en su más completo sentido a través de los medios de comunicación social, como casi únicos garantes del disfrute de todos los ciudadanos al debate público. La prensa y los medios de comunicación son los que regeneran y promueven el debate público, social y político, la tolerancia de ideas y de opiniones, así como el escrutinio público de la labor de los gobernantes. Al margen de los presupuestos jurídicos, la libertad de prensa y el ejercicio del periodismo se mide por el grado de accesibilidad a las fuentes de información oficial, advertida a recursos cuando los poderes o la administración pretende esconderlas.

Sin embargo, el régimen guineano ha venido considerando y sigue considerando que no hay que rendir cuenta de su gestión política a los políticos. Todo se traduce en secreto de Estado: ¨no hay ninguna cuenta a rendir a ninguna sola persona¨. Encerrado en esa miopía, no tiene escrúpulos en tratar con brutalidad a los ciudadanos que se escapan de esa nefasta disciplina gubernamental. Pueda que los guineanos viven en constante estado de emergencia que se traduce en la consolidación de una oligarquía alimentada por la corrupción política y económica, donde incluso los asesinos, traficantes de droga y gente de probada amoralidad ostentan cargos de alta responsabilidad política. Los ciudadanos que intentan hacer uso del derecho de expresión, opinión y manifestación, son los blancos más privilegiados, están llamados a ser arrestados, secuestrados, torturados, asesinados y a recibir todo tipo de tratos vejatorios.

II. LIBERTAD DE PRENSA
La falta de libertad de prensa en Guinea Ecuatorial no sólo se debe a la casi ausencia de una prensa independiente, libre y plural, que de hecho existen alrededor de una decena de títulos independientes, y por ende, prensa plural. El principal problema, que se traduce en la nula circulación de la prensa, se debe fundamentalmente a cuestiones políticas y subsidiariamente económicas. En una sociedad que se precia de democrático, la economía de libre mercado depende de las circunstancias políticas. No en vano el capital netamente privado y extranjero no se desenvuelve en el país, porque en la práctica no existen garantías jurídicas.

El nacimiento de la prensa independiente es uno de los valores muy dolorosos para el régimen de Teodoro Obiang, incluso mucho más que la democratización. Pues, cuanto más la democracia se desarrolla en ausencia de una prensa independiente, libre y plural, mayores ventajas tiene el sistema para acometer en el silencio y en la impunidad los graves abusos de violación de los derechos humanos y de las reglas de juego democráticas, como se registra desde hace 34 años, porque sabe que nunca serán denunciados ni adquirirán el correspondiente debate público, social o político. Pero sin debate público-político y social, cualquier proceso democrático se marchita rápidamente y sólo queda en el espíritu de quienes han decidido sacrificar sus intereses a largo plazo para luchar contra la insolencia que se consolida.

La prensa guineana, o bien el nacimiento de una prensa en el país, está condenada a las apetencias del régimen de turno, ¨un entorno políticamente hostil y reacio a la tribu de los medios de comunicación social, como escribiría el periodista guineano Ramón N´nar Nsie, dimisionario jefe de gabinete de la Prensa Presidencial. Según este periodista, actualmente refugiado en España, ¨en Guinea Ecuatorial no solamente es notable el menosprecio a los informadores, sino que la violación sistemática de las libertades y derechos fundamentales de las personas es una burda e incontestable realidad. Aquí, no hay derecho ni tolerancia. Nadie tiene derecho a opinar ni a exponer sus ideas libremente, se impone a todo el mundo al conformismo social y se trabaja para que la ciudadanía, rendida en la desesperación y en el infortunio, se refugie en el silencio y en la mera contemplación del delirante comportar del sistema político imperante¨. Sin libertad de prensa, los pueblos están condenados a vivir oprimidos, a no ser que surja una fuerza interna para salvaguardarlos.



III. PROBLEMAS Y OBSTÁCULOS
Como se ha dicho en los capítulos precedentes, el sistema político del país resulta difícil de definir porque en él son dables todas las formas de inhumanidad en medio de una Constitución que se define como liberal y democrática. No obstante, en el plano periodístico, hemos preferido hablar de un régimen dirigido por un poder autoritario. También se puede definir como un régimen ¨militar¨, dominado por las armas, que no tolera ni la libertad de opinión, ni la libertad de prensa, ni ninguna otra libertad individual ni mucho menos colectiva. Las instituciones que se crean en base a los preceptos constitucionales están obligadas a una pronta desaparición. He aquí, pues, los principales problemas y obstáculos con los que se enfrenta la viabilidad de la libertad de prensa.

III.1. CONTEXTO LEGAL. Si bien el artículo 13 de la Constitución reconoce el derecho de expresión y de información, sin embargo, la Ley de prensa, considerada por muchos analistas como mera enunciación de principios y de normativas recrimínales contra los periodistas, no precisa la política gubernamental en torno a la promoción y el ejercicio del periodismo, como insta la Declaración de Windhoek de 1991, en el sentido de que ¨los Estados africanos adopten garantías constitucionales necesarias para la existencia de la libertad de prensa¨. Netamente, la Declaración de Windhoek recomienda ¨el cese de todas las barreras económicas y jurídicas que obstaculizan la creación de nuevos medios de comunicación social¨. Pero la Ley guineana no precisa nada al respecto, como tampoco contempla aspectos tan elementales como la ¨libre circulación de bienes culturales¨ y sobre todo, ¨el material destinado a la fabricación de periódicos¨, como se recoge en la Declaración de Florencia. Al contrario, más de la mitad de su contenido prevé medidas, sanciones y penas a que serán sometidos los profesionales que las incurren, sin necesidad de una denuncia ni juicio previo. Es decir, otorga a las autoridades nacionales, penalizar directamente a los medios de comunicación y a los profesionales que incurrieran en los delitos previstos. Para ello, sobre sale, ¨injurias y difamación¨, amenaza contra la seguridad del Estado y el orden público. La preceptiva autorización ministerial y el depósito previo a la publicación, constituye otra de las medidas que contempla esta Ley. Cualquier autoridad puede valerse de una interpretación a su antojo de esos delitos para denunciar o perseguir a un periodista o a un medio.

III.2. CONTEXTO SOCIO-POLÍTICO. Como ha quedado descrito en otros párrafos, la situación socio política del país es el culmen de todos los obstáculos que orean al nacimiento de la prensa libre en Guinea Ecuatorial. La administración guineana y sus políticos son muy alérgicos a la libertad de prensa, que para su control no se define ni la institución ni la personalidad, aunque oficialmente compete al ministerio de Información. En la práctica vivida, cualquier autoridad, del cuerpo que fuese, tiene poderes para menoscabar el funcionamiento de los medios y el ejercicio de sus profesionales. Incluso las fuerzas del orden o simples agentes militares están igualmente dotados de esos poderes. Habitualmente, recurren a las amenazas verbales y físicas, tortura, intimidaciones, vejaciones, expulsión de los actos oficiales, confiscaciones. Son medidas que igualmente afectan a los parientes, colaboradores, lectores e incluso vendedores para el medio en que trabaja.

En los medios estatales y progubernamentales, es muy frecuente la intervención directa de los responsables políticos, tanto del Gobierno que de su partido, desde el último director general hasta el propio Jefe de estado, incluidos los oficiales del ejército, quienes dictaminan la posición que adoptar los profesionales frente a tal o cual información que se pretende difundir o que se va a difundir. En esos medios, no existe la más mínima independencia redaccional, aun cuando se trata de informaciones sociales y deportivas. En la prensa independiente, si bien dichas intervenciones no son directas, pero cualquier autoridad puede impedir que se publique tal o cual información o amenazar en que no se publique, o si se publica, que no se mencione tal o cual cosa o se cite tal o cual nombre, porque al contrario habrá represalias contra el medio y el autor de la información.

III.3. CONTEXTO SOCIO-ECONÓMICO. La situación socio política es el prolegómenos de las insolencias económicas que afrontan los medios de comunicación social. El nacimiento de la prensa independiente guineana parte del afán de modestos profesionales, que no tienen otros recursos que la vocación, la creatividad y el interés por emerger un sector que se considera imprescindible para las sociedades modernas. Pero como la fuente tradicional de ingresos de la prensa se centra en sus relaciones con el mercado, lo que el Gobierno ha hecho es considerar, como lo hace con los propios profesionales, de enemigos de su régimen a las empresas que, a través de sus anuncios, pretenden contribuir a la regeneración de una prensa independiente y plural. Igualmente, son tildados de opositores, aquellos ciudadanos que con sus bienes económicos y materiales pretenden convertirse en accionistas. Incluso, el Gobierno controla las pequeñas imprentas individuales, para que no editen la prensa independiente o simplemente obligarles a ponerles tarifas que no podrían satisfacer. Como prueba, los medios que han intentado funcionar en el país, siempre han sido editados en las imprentas que la Cooperación Española mantiene en el Centro Cultural Hispano Guineano.

Se trata de una verdadera muerte social de los periódicos y periodistas privados. Sin necesidad de recurrir a una violencia sistemática, cualquier medio independiente creado en el país está condenado al cierre, a una salida esporádica o a la desaparición completa. También en el mismo contexto, se impone restricciones en las aduanas o tazas exorbitantes para el material periódico y de imprenta, que se importa de la vecina república de Camerún. Sin embargo, habitualmente el Gobierno ha esgrimido que la desaparición de los medios independientes se debe a la falta de gestión económica de sus propietarios, cuando en realidad, controla y prohibe a los potentes colaboradores, hombres de negocios y ciudadanos más o menos pudientes a no colaborar con la prensa independiente.

Pero lo que más extraña y confirma el ruin monopolio del Gobierno sobre los medios de comunicación, es la estructura deficitaria con que cuenta igualmente la prensa bajo su titularidad. Los medios audiovisuales, es decir, la radio televisión, los dos periódicos estatales y el partidista, conocen las mismas dificultades económicas que técnicas que asfixian la prensa independiente. Esto resume la falta de voluntad política para el desarrollo de la prensa en el país.

III.4. CONTEXTO TÉCNICO-PROFESIONAL. Visto el escenario tal y como se presenta en los puntos precedentes, la situación ténca-profesional no podría dar para más. Esencialmente se trata de una prensa rudimentaria, que como definiría Fermín Nvo Mbomio, Secretario General de ASOPGE y cofundador del primer periódico independiente El Sol, ¨en Guinea la Prensa no está organizada, sólo existen imperceptibles rudimentos de publicaciones periódicas irregulares, ora del Gobierno, ora de partidos políticos¨. Esta imperceptibilidad que presenta la prensa guineana se debe a la falta de su independencia económica y medios de financiación. Paralelamente, adolece de profesionales tanto en calidad como en cantidad, lo que favorece el hostigamiento del Gobierno, que es capaz de desmantelar a un reducido número de profesionales que pretenden vertebrar la situación, lo que no podría lograr si fuera una masa un poco superior.

En general, la prensa guineana sufre de un déficit de imagen y de credibilidad debido al difícil ambiente político del país, que no permite que los profesionales pueden gestionar ni en el interior ni en el exterior los medios idóneos para situarla al día. A pesar de la popularidad que ha adquirido la informática en el último decenio, la prensa guineana no dispone de equipos telemáticos ni mucho menos está conectada por Internet. Los periódicos se siguen editando con multicopistas, en lo que parece un retroceso, porque en la década de los 80 el país ya disponía de una imprenta offset, donada por la UNESCO, pero que fue mal gestionada por el Gobierno y hoy se pudre en los almacenes del periódico Ebano, simplemente por falta de unas cuantas piezas, cuyo coste e instalación no podrían alcanzar 10.000 €.

IV. PANORAMA ACTUAL DE LOS MEDIOS
Desde hace casi alrededor de tres años, el régimen guineano, a través del ministerio de Información y de Justicia y Culto, ha emprendido un lavado de imagen sobre la deteriorada situación de la libertad de prensa en el país. En todos los foros internacionales, concretamente, ante la Comisión de Derechos Humanos, ha venido propagando una larga lista de periódicos autorizados que funcionan en el país. Esta lista no puede sino ser ilusoria y carente de importancia, porque en la realidad son simplemente títulos que corresponden a los frustrados intentos de modestos profesionales por implementar la pluralidad de prensa en el país, pero sus promotores han sido dramáticamente abatidos e impedidos por presiones socio económicas y políticas, como se resalta en este panorama.

IV.A. PUBLICACIONES INDEPENDIENTES O PRIVADAS
IV.1. EL SOL. Primer periódico independiente. Fue creado en 1992 por Fermín Nvo Mbomio, Sinecio Ngua Esono y Antonio Ndong Ayong, que por esta razón fueron expulsados del periódico gubernamental Ebano, en el que llevaban trabajando hacía más de 10 años. Fue autorizado en enero de 1994, después de una intensa pelea frente a los poderes públicos, que resistían en autorizarlo. Sólo pudo funcionar hasta finales de 1996. De línea redaccional auténticamente independiente, imparcial y objetiva, este semanario se granjeó del apoyo de los lectores, hasta alcanzar la cifra récord de 3000 ejemplares por tirada. El cierre de El Sol se debió fundamentalmente a problemas políticos y económicos, porque el Gobierno declaró persona non grata al ciudadano español que les ayudaba en la financiación de la impresión. En tan sólo dos años, conoció más restricciones como confiscación de ejemplares y el hostigamiento contra sus profesionales, dirigido principalmente por la Secretaría de Estado de Información y de la Seguridad Nacional.

IV.2. LA GACETA. Revista progubernamental, editado por el español Roberto Martín Prieto y dirigida por el Secretario General del gobernante PDGE, Agustín Nzé Nfumu. Creada en 1996, sin más requisitos administrativos que la composición de su directiva, esta revista muestra claramente su tendencia gubernamental. Aunque se define como socio cultural y deportiva, publica informaciones políticas para propagar falsa imagen sobre la dramática realidad que se vive en el país. Actualmente es la única publicación que conserva su periodicidad mensual y la única que se beneficia de los anuncios publicitarios de las importantes empresas del país, incluidas las petroleras de los americanos. Durante los últimos años se edita en España. Es una publicación que, junto al Gobierno y las autoridades liberticidas del país, ha contribuido a vilipendiar a los profesionales críticos, a parte de trabajar para bloquear, como ya se ha conseguido, el incipiente proceso de la libertad de prensa. Cuenta con una tirada media de 2.000 ejemplares.

IV.3.AYO. Revista Cultural dirigido por Juan Eyene Okua, comentarista ¨ideológico¨ de Radio Televisión. Tiene una periodicidad intermitente (media de 4 números anuales). Por su tendencia editorial y por su directiva, también se beneficia de esporádica financiación publicitaria por parte de algunas importantes empresas. Tirada máxima, 1000 ejemplares.

IV.4.LA OPINIÓN. Nacido como semanario. Este periódico independiente es propiedad de Manuel Nzé Nzogo, antiguo director de Protocolo del presidente. Fue cofundado por Pedro Nolasco, a quien expulsó tras ocho meses de funcionamiento, presionado por los poderes políticos, que le sobornaron con una importante suma de dinero. La línea crítica fue el principal motivo. En la actualidad funciona de forma esporádica (media de 4 números al año) y arrastra serias dificultades técnicas-profesionales, por la fuga de sus profesionales, como consecuencia del mal trato por parte de su propietario. Está dirigido en la actualidad como director y presidente del Consejo de Administración por el mismo Manuel Nzé, que asume además las funciones de la redacción y otras. Tirada máxima, 500 ejemplares.

IV.5. EL TIEMPO. Periódico Independiente autorizado junto a La Opinión en septiembre de 1999. Comenzó a funcionar en mayo de 2000. También nacido para ser semanario. Igualmente propiedad de Manuel Nzé Nzogo. Casi arrastra los mismos problemas que La Opinión. Ahora está dirigido por Marcelino Nkulu Abegue, primo de Manuel. Publicación intermitente (media de 4 anual). Tirada máxima, 500 ejemplares.

• Conviene aclarar aquí que estos dos periódicos fueron autorizados gracias a la audacia de Pedro Nolasco. De allí parte su persecución y el hostigamiento que ha sufrido por parte de las autoridades guineanas, que le calibraron como potente opositor por reivindicar la autorización de la prensa independiente y de sus constantes críticas sobre la violación de la libertad de expresión en el país.

IV.6. GUINEPUBLICIDAD. Revista independiente, autorizada en septiembre de 1999. Aún no ha comenzado a funcionar. Es propiedad de Leoncio Malale, reconocido colaborador de la prensa independiente e incluso gubernamental a nivel de impresión. Gracias a él, funciona la prensa en el país, porque es el único técnico cualificado en el manejo de multicopistas con los que se imprimen los periódicos.

IV.7. EL CORREO. Semanario de Roberto Martín Prieto, el propietario de La Gaceta. También de línea claramente progubernamental, se autorizó en 2000 y está dirigida por Trinidad Morgades Besari. Periodicidad intermitente. Tirada media de 1500 ejemplares.

IV.8. PIGE. Revista comercial independiente, autorizada en 2001. Periodicidad irregular. Tirada máxima de 500 ejemplares.

IV.9. LA NACIÓN. Diario Independiente autorizado en enero de 2002. Propiedad de Pedro Nolasco. Todavía no ha comenzado a publicar por los problemas de persecución que tuvo su director-fundador, ahora exiliado en España. La autorización de este diario, al igual que el caso de los periódicos La Opinión y El Tiempo, enrareció aún más sus conflictivas relaciones con el Gobierno, que se negó a autorizarlo con su denominación de origen, La Liberación, por considerar, según las autoridades del ministerio de Información, que dicho nombre atenta contra los principios democráticos del país y se inclina en favor de la oposición, concretamente, de Fuerza Demócrata Republicana (FDR) del ex presidente del parlamento Felipe Ondó Obiang.

IV.B. PUBLICACIONES GUBERNAMENTALES
IV.10. EBANO. Diario gubernamental heredado de la colonia Española. Comenzó a sufrir la crisis que atraviesa hasta la fecha a casi cuatro meses de la independencia. Reapareció tras el mal llamado Golpe de Libertad de 1979. Volvió a paralizarse a finales de los 80. Y desde hace casi tres años, funciona como un periódico mensual, con la redacción en las mismas oficinas del ministerio de Información. Dirigido por ex sacerdote, Abelardo Borilo Inta, Ebano ya se ha convertido simplemente en un órgano de propaganda ideológica, a diferencia de lo que significó en la época colonial, de información general profesionalizada. Tirada máxima de 500 ejemplares.

IV.11. POTOPOTO. Órgano gubernamental de Río Muni (Bata), también herencia colonial. Reapareció en 2001 tras más de 10 años sin funcionar, por problemas técnicos y financieros. Tiene la misma línea editora que Ebano. Está dirigido por el profesor y periodista Tadeo Mba Nnomo, delegado de ASOPGE en Bata. Periodicidad mensual. Tirada máxima, 500 ejemplares.

IV.C. PUBLICACIONES IDEOLÓGICAS
Casi buena parte de los partidos políticos legalizados en el país prevén en sus Estatutos la edición de periódicos. Pero sólo aparecen con cierta frecuencia La Verdad, del opositor Convergencia para la Democracia Social (CPDS) y La Voz del Pueblo, del gubernamental Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE). También ha aparecido en ocasiones, Tu Guía del Partido de la Coalición Social Demócrata y Popular (PCSD). A ellos, se suma publicaciones institucionales de la presidencia de la república, Ecos de la Cumbre, la revista de las Fuerzas Armadas y algunas de las agencias del Sistema de las Naciones Unidas, que únicamente se dedican a informaciones internas sobre sus actividades y en relación con el público.

IV.D. MEDIOS AUDIOVISUALES
IV.12. RADIO TELEVISIÓN ESTATAL. La Radio Televisión Estatal guineana, en sus dos estaciones de Malabo y Bata, está controlada directamente por el presidente y su partido. Por su influencia en la sociedad y por su línea de información, casi no se debería considerar como medio público o estatal, porque de información pública tiene poco o nada. Se dedica mas bien al narcisismo político y a la propaganda ideológica. No goza de la más mínima independencia redaccional. Los profesionales que intentan levantar la voz crítica son a menudo expulsados o discriminados de los servicios informativos.

También existen emisoras rurales, aunque algunas en proyectos, financiados por la UNESCO. Se trata del denominado proyecto de Radios Rurales de la UNESCO, que tiene por objetivo fomentar la cultura y la información en los entornos más alejados o rurales del país. Pero en Guinea Ecuatorial, su programación no se escapa de la línea de información de las principales emisoras.

IV.13. RADIO TELEVISIÓN ASONGA. Son dos emisoras de Radios FM y un canal de TV propiedad del primogénito del presidente, Teodoro Nguema Obiang. Están centradas en el área socio-cultural, que se mezcla con programas que ensalzan la labor del PDGE o del Gobierno, con más énfasis en las actividades de su fundador, como ministro de Estado de Bosques y como miembro del PDGE. Se encuentran instaladas en Malabo y Bata.

Como se había advertido antes, en un pequeño país como Guinea Ecuatorial, con poca extensión territorial y poca población, si bien esa gama de publicaciones hubiera sido suficiente para dar amplia cobertura informativa, sin embargo, uno de los primeros problemas con los que enfrentan es su falta de alcance nacional. Todos son medios urbanos, incluidas las emisoras de Radio Televisión, que por problemas técnicos y la falta de voluntad política no cubren la totalidad de los 28.051 kilómetros cuadrados que representan el territorio nacional. En buena parte del país se escuchan con más interferencias y no se captan con nitidez.

Los periódicos, netamente, sólo se limitan en las dos principales ciudades, Malabo y Bata y no tienen tampoco cobertura nacional, tanto en la distribución como en la recogida de la información. No tienen corresponsales locales. Todo ello se debe a los problemas y obstáculos planteados anteriormente. A ellos se suma, la falta de profesionalidad de las informaciones, casi siempre rutinarias como triviales. La prensa guineana aún no está a la altura de cultivar el periodismo de investigación o de información netamente general. Ello se debe, entre otras causas, por falta de acceso a las fuentes de información oficial, la poca preparación de los profesionales y en última instancia, por problemas económicos. Los periódicos El Sol y La Opinión, éste último durante sus primeros ocho meses, son los que apuntaban a esa dirección de periodismo de información general, crítico y de investigación, pero pronto se enfrentaron con serios obstáculos que impidieron proseguir con su labor, concebido a medio y a largo plazo.

V.PRENSA EXTRANJERA
En Guinea Ecuatorial no existe amplia representación de la prensa extranjera, debido a los problemas de inseguridad, sobre todo de los medios y profesionales occidentales. La representación de la agencia francesa Agence France Presse (AFP), que ostenta Rodrigo Angüe Nguema, se debe a la sencilla razón de las buenas relaciones entre Francia y Guinea Ecuatorial. Francia y sus intereses son intocables en el país, que como dijo el presidente de la Cámara en un acto parlamentario cuando se quiso cuestionar el abuso de precios de la compañía Getesa: “ir en contra de Francia es ir en contra de Dios”.

Precisamente, el corresponsal de AFP, como agencia gubernamental francesa, podría estar muy bien instruido sobre el tipo de informaciones que tiene que publicar y el estilo que debe emplear; un estilo que no irrita o no provoque la reacción de la dictadura. No obstante, este corresponsal no está exento de presiones y vejaciones que habitualmente el régimen somete a los periodistas. En varios actos públicos y oficiales ha sido amenazado y expulsado. Incluso se le critica por los medios oficiales rara vez que ha publicado alguna que otra información poco crítica sobre los habituales escándalos y comportamientos amorales del sistema. También Angüe Nguema asume, aunque de forma esporádica y para determinados casos, las corresponsalías de BBC de Londres y la agencia panafricana PANAPRESSE, con sede en Senegal.

La emisora gabonesa África Nº1 también tiene una fantasma corresponsalía representada por Celestino Monsuy Esono, funcionario de Radio Televisión oficial. Según los supuestos acuerdos en torno a esa corresponsalía, las informaciones de Celestino pasan por una censura previa antes de ser publicadas. De hecho, no dispone de material como tal sino emplea habitualmente los teléfonos de las autoridades gubernamentales para emitir sus despachos.

Tras ¨buenos¨ acuerdos previos, el Gobierno aceptó hace alrededor de cuatro años las emisiones de Radio France Internacional (RFI) y de África Nº1 en FM. Pero no así con las emisiones de Radio Exterior de España (REE) y la Agencia Española EFE. En agosto de 2000, la REE censuró, si no suprimir, el formato del programa que emitía desde 1991 para Guinea Ecuatorial, debido a presiones del régimen, que condicionó la reanudación de las relaciones de cooperación con España con la supresión completa de este programa. Si los guineanos han tenido un medio de información abierta desde la independencia, fue precisamente esas emisiones, en los que tenía acceso el conjunto de la sociedad.

Entre tanto, La EFE no tiene representación en el país después de casi ocho años, cuando su antiguo corresponsal Donato Ndong Biyogo tuvo que huirse tras ser amenazado de muerte por el régimen.

Los enviados especiales que llegan al país en determinados momentos tienen que andar con pie de plomo, porque están expuestos a serias restricciones para la libre circulación y en la obtención de información. Al contrario, únicamente da todo tipo de facilidades, incluidos los vehículos presidenciales y residencias oficiales, a los periodistas de aquella prensa que, previos acuerdos, se ha comprometido en hacerle una propaganda mediática a nivel internacional, tras pagarles importantes sumas de dinero.

VI. LA SITUACIÓN DE LA ASOPGE
La Asociación de la Prensa de Guinea Ecuatorial se creó en noviembre de 1996, por un grupo de profesionales, animados por una voluntad común de desarrollar las relaciones de cooperación y de profesionalidad con toda la prensa guineana, del África Central, de los países hispanohablantes y del mundo occidental. Elevar el prestigio y la consideración de la práctica de la profesión periodística frente a otras instituciones y conquistar ante las otras profesiones del país un trato horizontal. Se fundó en base al artículo 13 de la Constitución, la Ley general de asociaciones de 1992, el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración de Florencia y la Declaración de Windhoek de 1991, sobre el Fomento de una Prensa Independiente, Libre y Pluralista en África. Tiene como objetivos organizar la profesión periodística, defender los derechos e intereses de la profesión y fomentar la conciencia profesional. Asegurar una protección eficaz de los editores y de los periodistas contra las presiones políticas, religiosas, económicas, financieras, culturales, etc..

La idea pareció en principio ser bien acogida por el Gobierno, que de hecho autorizó el Seminario Internacional sobre Prensa y Democracia en Africa Central, aunque persuadido por la embajada de los Estados Unidos. Pero acabado dicho evento, que reunió a muchos profesionales en Malabo, el Gobierno, partiendo desde el propio Jefe del Estado, empezó a plantear que había sido una trampa para obligarle a aceptar compromisos que no estaban en su agenda política. Aquello no tardó en incidir negativamente en la orientación de ASOPGE, y pronto comenzaron los problemas y las injerencias abiertas del Gobierno.

Cuando se planteó la organización en 1998, por primera vez, del 3 de mayo, día mundial de la libertad de prensa en el país, una serie de profesionales de la prensa gubernamental que militaban en la asociación se opusieron al programa de actos que a tal efecto fue elaborado, alegando que incluía conferencias críticas y cuestiones sobre el respeto de los derechos humanos. El desacuerdo que hubo en aquella reunión de la junta directiva, que por fin votó el programa por una mayoría simple, provocó la ira del Gobierno. Dichos profesionales informaron al ministerio de Información de lo que se estaba ¨tramando” en Asopge y éste intentó boicotear las actividades, pero al fin se llevaron a cabo, aunque el ministro Lucas Nguema Esono se negó en acudir a la cita.

A partir de esta fecha, las relaciones se han ido deteriorándose año tras año, hasta el extremo de que en febrero de 1999 el ministerio de Información ordenó al del Interior cesar y expulsar de la Asopge a su primer presidente, Manuel Nzé Nzogo. Agudizada la crisis con esta arbitraria decisión, la asociación dejó de funcionar alrededor de dos años, hasta cuando en agosto de 2000, preocupado por los escritos del ministerio del Interior, que proponía disolverla si no se claudicara ante sus exigencias de cambio de dirección, celebró su primera y única Asamblea Extraordinaria, en la que Pedro Nolasco, que no habiendo presentado su candidatura, fue elegido por aclamación.

Como era de esperar, esta reacción no gustó al Gobierno, porque el presidente electo estaba calibrado como uno de los periodistas más molestos. De hecho, en dos años que dura ya su presidencia, lo único que el Gobierno ha hecho es declarar materia reservada a los planteamientos de ASOPGE sobre la liberalización de la prensa, partiendo desde la modificación de la actual Ley de Prensa, por otra más flexible y moderna, que contemple la financiación incondicional de la prensa privada y la supresión de las barreras económicas y políticas, conforme insta la Declaración de Windhoek.

En agosto del 2001, la Asopge se dirigió al ministerio de Información con un Informe en el que planteaba tales exigencias y proponía una Ley de prensa más democrática y liberal. Igualmente, le remitió el Plan 2001, sobre la revolución científica y técnica-profesional de la Prensa escrita guineana. Valorado en alrededor de 1000 millones de Francos CFA, dicho plan contempla varios programas, como la creación de un Centro de Periodismo y la Adquisición de una Imprenta Nacional, que de llevarse a cabo la prensa guineana se conectaría a la aldea planetaria de tecnologización de los medios de comunicación dentro de cuatro años. Pero a pesar de esas buenas intenciones por parte de Asopge, la única respuesta hasta la fecha ha sido el silencio, y las críticas infundadas de las autoridades del ministerio del Interior y de Información sobre el papel de Asopge, que para ellos, es una coalición de políticos.

En mayo de este año, el ministerio de Información prohibió las actividades de Asopge con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, y más tarde propuso su ilegalización, porque en su opinión, actúa como un ¨gobierno¨ paralelo. Eso demuestra claramente el hostigamiento contra la asociación y de su junta directiva. Paralelamente, ya se estaba negociando con Roberto Martín Prieto y con Manuel Nzé Nzogo, quien ahora ha pasado ya al bando del Gobierno, la creación de Guineprensa, para suplantar a la Asopge y por consiguiente declarar su ilegalización.

Aprovechando la salida precipitada del país de su presidente, quien se vio obligado a exiliarse en España tras estar informado de una inminente detención que estaba planeando contra él el departamento de la Seguridad Nacional por orden del primer ministro Cándido Muatetama Rivas, el Gobierno ha montado, en contra de la Ley de asociaciones y de los Estatutos fundacionales, una hipotética junta directiva, encabezada por Trinidad Morgades Besari, Agustín Nzé Nfumu, Manuel Nzé Nzogo y Roberto Martín Prieto.

En resumen, Asopge se encuentra en estos momentos dividido por el Gobierno. No obstante, sus natos miembros y su junta directiva electo en agosto de 2000 sigue ostentando su legitimidad ante los foros internacionales, organizaciones no gubernamentales internacionales en materia de la Libertad de Prensa así como de las agencias del Sistema de las Naciones Unidas encargadas de la libertad de Prensa, como la UNESCO. Esta directiva está compuesta por: Pedro Nolasco Ndong, presidente; Fermín Nvo Mbomio, Secretario General; Sinecio Ngua Esono, Secretario General Adjunto; Rodrigo Angüe Nguema, jefe del departamento de Comunicación; Tadeo Mba Nnomo, delegado en Bata. Igualmente, conserva los siguientes miembros, que se han opuesto a las maquinaciones del Gobierno de Malabo: Ramón N´nar Nsie, Teobaldo Nchaso, Martín Elá Ondó, Eloy Ondó Mbomio, Pío Miguel Obama, Juan Tomás Ávila Laurel y José Antonio Ndong.

VII. DEPREDADORES DE LA LIBERTAD DE PRENSA DENUNCIADOS POR ASOPGE
La Junta Directiva-Presidencia Dirección de la Asociación de la Prensa de Guinea Ecuatorial, ha elaborado en los últimos meses una lista, en la que cita los nombres y apellidos de las instituciones, personalidades así como profesionales y patrones de la prensa que, en mayor o menor medida, han venido y siguen obstaculizando sutilmente la apertura de la libertad de prensa y de expresión en el país. Con esta lista, la Asopge, pretende denunciar a estos liberticidas en las instancias judiciales nacionales e internacionales. Poner al corriente de las organizaciones no gubernamentales internacionales sobre la libertad de prensa, de expresión y de la promoción de los derechos humanos, así como de las agencias del Sistema de las Naciones Unidas, Unión Europea, Organización de Estados Iberoamericanos y la Unión Africana, de los ciudadanos y personalidades que parecen han jurado a sangre y fuego impedir todo intento del nacimiento de una auténtica prensa en el país.

VII.A. JEFATURA DE ESTADO
1. Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, Presidente de la República, Jefe de Estado, Primer Magistrado de la Nación, Teniente General y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Árbitro y Moderador del Profeso Democrático y Presidente Fundador del gobernante PDGE. Como árbitro y moderador de la transición política, que debería, como se esperaba, mediar y procurar en pro y consolidación de las instituciones capaces de regenerar y de asegurar la existencia de la democracia plural en el país, sin embargo, ha venido luchando contra viento y marea para impedir, obstaculizar y silenciar cualquier atisbo que supone la libre expresión de los ciudadanos, y por ende, la existencia de una prensa independiente, libre, plural y profesionalizada. En varias ocasiones, ha recomendado la expulsión de los medios oficiales de los periodistas sospechosos de críticos, como ocurrió en 1998. Mantiene bajo control absoluto los medios públicos y no permite el acceso a ellos de quienes no apoyan sus ideas y políticas. Es, en opinión de la Asopge, responsable absoluto de todas las trabas que se entrecruzan en la posible viabilidad de las libertades en el país.

2. Cosme Nguema Bibang Eyang, Director General de Prensa Presidencial. Este fanático periodista, es uno de los que han hecho mucho daño y sigue haciendo daño al ejercicio de la prensa libre. Expulsa de los actos públicos a los profesionales independientes y ordena a los militares a requisarles el material. No se puede acceder a un acto que preside el presidente sin su visto bueno. Y completa su labor con comentarios insultantes a los periodistas independientes, al tiempo que instiga, a través de medios públicos, su persecución por parte de las autoridades competentes.

VII.B. JEFATURA DE GOBIERNO
3. Cándido Muatetama Rivas, actual primer ministro y jefe de Gobierno. Este joven de la generación de los 60, que ocupa la jefatura del Gobierno durante los últimos dos años, ha demostrado tener un comportamiento pueril y cobarde, que le ha enrolado en las raíces más profundas del régimen guineano. Desde que ostenta la jefatura de Gobierno, el control gubernamental de los medios estatales, escritos y audiovisuales, las presiones contra sus profesionales, se han duplicado. Él mismo interviene directamente para censurar, hasta el extremo de que en junio de 2002 intentó incautar una publicación del periódico Ebano, por contener un artículo crítico sobre la falta del cuerpo de bomberos en el país. Bajo sus órdenes, se planeó la detención del presidente de Asopge Pedro Nolasco, que tuvo que evadirse precipitadamente del país en julio.

4. Ángel Serafin Seriche Dougan, ex primer ministro (1996-2000). En principio se le consideró como un opositor domesticado, pero su comportamiento al frente de la jefatura del Gobierno demostró ser más que una simple figurilla del régimen. Impidió en numerosas ocasiones la autorización de periódicos independientes, e incluso en una reunión interna en la Jefatura del Gobierno hacia principios de 1999, llegó a jurar que mientras siga como jefe de Gobierno nunca se autorizarían los periódicos independientes El Tiempo y La Opinión, porque son maquinaciones de la oposición.

Esos dos jefes de Gobierno, nunca idearon en sus programas la promoción y el desarrollo de los medios de comunicación social, ni mucho menos de la prensa independiente, pese a dirigir el Gobierno en momentos en que la Asopge y los profesionales independientes exigían con planteamientos claros la promoción de la prensa libre en el país.

VII.C. MINISTERIO DE INFORMACIÓN
5. Lucas Nguema Esono, Ministro de Estado de Información, Turismo y Cultura. Tan cínico como este hombre no existe en el Gobierno guineano. Su excesiva mediocridad y malicia, nacido para ello e instruido para ello, ha terminado por minar cualquier intento de la apertura de la prensa libre. Para él todos los profesionales que se definen independientes son opositores al régimen y deben ser eliminados, a no ser que trabajen para hacer campaña de la política gubernamental. Ha desmantelado la ASOPGE, y cada vez que aparece un periodista “humilde” en la prensa independiente trata de convencerle para que se vaya a trabajar en Radio Televisión o en el periódico Ebano, si no quiere ser perseguido. Silencia las violaciones contra los periodistas y se niega a modificar la actual Ley de Prensa. Obstaculiza el desenvolvimiento libre de Asopge y no está de acuerdo en que sea dirigido por profesionales liberales. Tiene como costumbre expulsar o suspender de salario y empleo, así como en ordenar el arresto y tortura de los profesionales sospechosos de críticos en medios públicos.

6. Alfonso Nsue Mokuy, Vice-ministro de Información, encargado de la Prensa. Bajo su mediación y orientación se ideó la junta gubernamental de la ASOPGE que encabeza los militantes del PDGE Trinidad Morgades, Agustín Nzé Nfumu, Manuel Nzé Nzogo Angué y Roberto Martín Prieto. También es quien exigió la ilegalización de Asopge e instigó prohibir sus actos del 3 de mayo de 2002. A pesar de jactarse como dirigente de un partido de siglas, la Convención Liberal Democrática (CLD), sin embargo, su comportamiento contribuye mucho más a maniatar la libertad de expresión en el país.

7. Segismundo Nsue Alene. Antiguo director general de la Prensa Presidencial. Vitalicio fotógrafo de las dictaduras y actualmente Consejero Presidencial de Información. Los daños que ha hecho a los profesionales, tanto de la prensa independiente como oficial, son innumerables. Para él, la prensa no debería existir en Guinea Ecuatorial si no es para alabar a Obiang y a su régimen. El resto debe desaparecer y sus profesionales condenados a largas penas si no son abatidos por los efectivos de la seguridad. Ha confiscado y están en su poder cuantioso material de los profesionales que, sin su permiso, intentan cubrir actos oficiales de gran relevancia. Odia a muerte a los corresponsales y enviados especiales de la prensa internacional, y es quien siempre formula acusaciones contra ellos ante la presidencia de la república o ante el departamento de la Seguridad nacional. No tiene reparos en dirigir insultos y amenazas a los profesionales en los actos públicos. Es además, el presidente de la Comisión de Información y Comunicación del ministerio. Se trata de una comisión de censura permanente, que desinforma, denuncia y ningunea a los medios de comunicación, profesionales, políticos y ciudadanos críticos contra la dictadura.

8. Antonio Nnandong Nguema, Director General de Prensa e Imprenta. A pesar de ser un veterano, uno de los decanos de la prensa guineana, con casi 40 años de experiencia, poco o nada ha hecho para hacer progresar el sector, pese a los puestos de confianza que siempre ha ostentado en la administración central. Está mas bien de guardián para calibrar informes condenatorios contra los medios que quieren nacer o están funcionando. De cuyos informes se base el Gobierno para perseguir a los profesionales y a obstaculizar el nacimiento de una prensa libre. Es quien elabora los falsos documentos gubernamentales sobre la libertad de prensa que circulan en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra.

9. Santiago Ngua Nfumu, ex Secretario de Estado para la Prensa, Radio y Televisión (1992-1996). Nadie más como este, ha obstaculizado el proceso de promoción de los medios de comunicación social en el país. Pese a ser licenciado en Ciencias de Información por una universidad occidental (España), su trabajo ha consistido mucho más en bloquear que en florecer la existencia de la prensa, incluso aquella dedicada a temas culturales. El que se autorizara el primer periódico independiente El Sol durante su mandato, fue por casualidad ya que el país acababa de adherirse a la democracia plural, pese a ello, jamás estuvo de acuerdo. Cerró la Emisora Cultural África 2000 y desestimó varios programas que la Cooperación Española ofertó al Gobierno para la promoción de los medios y sus profesionales. Bajo sus órdenes fueron confiscadas algunas publicaciones de El Sol y expulsó de los medios estatales a profesionales “molestos”, aprovechando el denominado ajuste estructural.

VII.D. CICMITC.
10. José Esono Bakale Efuntam, antiguo periodista de la jefatura del Estado y actual miembro de la Comisión de Información y Comunicación del Ministerio de Información, Turismo y Cultura, que lanza informaciones propagandísticas y difamatorias, con el objetivo de desvirtuar la realidad dictatorial del país y presentar a los críticos como enemigos de la patria. En esta Comisión, creada en 1999, Bakale Efuntam se ha destacado no sólo como su portavoz, sino como el enemigo más mortal de los profesionales independientes, líderes de opinión, políticos y cuantos ciudadanos hacen suyo el derecho de libre expresión. Se trata de un profesional sin los más mínimos escrúpulos ni sentido común, que ha vendido su alma al diablo, con tal de que se le oiga como principal arcón del régimen en los medios estatales. Pese a haber sido torturado en varias ocasiones por orden del ministro de Información, Esono no se ha detenido de su ingratitud profesional, que ha terminado por minar su carrera profesional.

11. Juan Eyene Okua, También activo miembro de CICMITC y antiguo dirigente de los medios estatales. Un opositor domesticado que se ha rendido ante los designios de la dictadura, destacándose como uno de los férreos enemigos de la democracia y de la libertad de expresión como los militantes y defensores naturales del régimen. Para él, la defensa de la ideología pedegista de Teodoro Obiang está por encima de las reglas éticas y deontológicas de la profesión. Pionero y el más asiduo al periodismo ideológico de la segunda dictadura nguemista, el trabajo de Juan Eyene como comentarista de Radio Televisión es el fiel reflejo de la verdadera política del régimen en materia de la libertad de expresión: imponer a la masa y a los ciudadanos el pensamiento único.

VII.E. MINISTERIO DEL INTERIOR
12. Clemente Engonga Nguema, ministro del Interior y Corporaciones Locales. Considerado como uno de los colaboradores más ¨cerrados¨ del régimen, para este hombre, todo lo que ¨suena¨ en contra del régimen o contrasta sus colores tiende a desaparecer. En su opinión, la libertad de expresión no puede existir en el país si no es para ensalzar y alabar al régimen y su presidente. No admite a la prensa independiente en los actos que preside. Incluso en la calle se atreve a insultar a los profesionales, y en ocasiones se riñe con los vendedores para arrojarles los periódicos, cuando son de la prensa independiente. La Asopge, no representa para él que un núcleo de opositores que debe ser eliminado aun a sangre fría. En el verano de 2000, amenazó en clausurar la Asopge si no se subordinara ante las exigencias y órdenes del ministerio del Interior.

13. Tarcisio Nguema Ondó, Secretario General del ministerio del Interior y Corporaciones Locales. Se le debe la fama por su carácter alérgico a los profesionales independientes. A principios de 2000 se atrevió en golpear al entonces director de La Opinión, Pedro Nolasco, mientras éste estaba cubriendo un acto entre el Gobierno y la oposición.


VII.F. MINISTERIO DE DEFENSA Y SEGURIDAD NACIONAL
14. Manuel Nguema Mba, Ministro delegado de la Seguridad Nacional. Se le considera como uno de los hombres más temibles del régimen, por la dureza con que trata a sus víctimas. Especializado en torturas y maltratos físicos, Nguema Mba es en realidad uno de los dirigentes de facto del país. Es quien determina, en los actos de relevancia pública, los periodistas o la prensa que debe acceder o no. Decide sobre la muerte o la vida, la libertad o la cárcel, la tortura o el exilio de los ciudadanos perseguidos. En 1997, ordenó el arresto arbitrario del actual Secretario General adjunto y subdirector de El Sol, Sinecio Ngua Esono, quien fue encarcelado durante más dos meses en un contenedor del puerto de Bata, en donde era torturado vilmente todos los días. Sinecio permaneció detenido durante más de un año sin mediar sentencia judicial alguna. El crimen fue corroborado por altos mandos de la armada en Río Muni: Diosdado Nguema Eyí, Cayo Ondó Mbá Angué, Agustín Ndong Oná.

15. Pergentino Nkua Nguema, elemento de la seguridad. El hombre que detuvo en el aeropuerto de Malabo al presidente de la Asopge en mayo de 2001, cuando regresaba de la Conferencia Windhoek + 10. Le requisó toda la documentación, 100 dólares y le amenazó de muerte.

VII.G. EL GOBERNANTE PDGE
16. Agustín Nzé Nfumu, conocido el como el correo del régimen. Este frustrado escritor, actual Secretario General del PDGE, es uno de los cerebros de las numerosas violaciones de la libertad de expresión que se registran en el país. Su trabajo parece consistir en controlar los medios de comunicación, incluido Internet, los profesionales de la prensa y a todos los ciudadanos que quieren hacer uso de la libre expresión de sus ideas y opiniones por medio de la prensa. Su comportamiento mina todo intento, por si lo hubiera, del ministerio de Información. Nzé Nfumu, es quien controla las emisiones de Radio Televisión estatal, la línea editora de los periódicos y las informaciones que se publican por Internet. Junto al primer ministro y el propio Jefe del Estado, son los más destacados liberticidas del país, y quienes en última instancia deciden quién tiene que ser censurado, juzgado o detenido por hacer uso de la libertad de expresión.

El pasado mes de abril, Nze Nfumu ordenó la detención y enjuiciamiento de Fabián Nsue Nguema, por supuestas críticas vertidas contra el régimen en una página web sobre guinea. Fabián ha permanecido varios meses en la cárcel y fue brutalmente torturado. Habitualmente reprocha al ministro de Información de tolerar a los periodistas críticos contra el sistema, e incluso tiene la facultad de cesar a los funcionarios de radio televisión que se consideran molestos.

17. Trinidad Morgades Besari, militante de PDGE y ex directora de la Universidad de Guinea Ecuatorial. Extraña que pese a su alta formación, licenciada en filología inglesa, se haya dejado llevar por el Gobierno para nombrarla presidenta de una ONG en materia de la libertad de la prensa en el país, cuando no está reconocida como periodista. La Asopge le denuncia por usurpación y por contribuir a la tarea del gobierno y de su partido de “asesinar” la libertad de expresión en el país.

VII.I. PATRONES DE LA PRENSA
18.Manuel Nzé Nzogo, presidente del Consejo de Administración de los periódicos El Tiempo y La Opinión, vicepre-presidente primero de la Asopge pedegista. Nzé Nzogo está denunciado como depredador de la libertad de prensa por la Asopge, por haber traicionado sus principios estatutarios y de haber explotado a muchos profesionales. Igualmente está denunciado por los siguientes ex dirigentes de los periódicos de su propiedad. El Tiempo: Raimundo Evé Mba, Epifanio Ondó Eya, Daniel Dario Martínez, José Manuel, etc. La Opinión: Pedro Nolasco, Isabel Oyana Ayomo, José Antonio Ndong, Bernardino Biyogo y Alfonso Biahute Cheba. Junto a Roberto Prieto son los que instigaron al alcalde a clausurar la sede de la Asopge en febrero de 2001.

En 1996, Manuel Nzé se unió a los profesionales de la prensa independiente en su búsqueda y conquista de la libertad de prensa en el país. Se identificó como conocedor del régimen y de sus debilidades, y se comprometió en aportar toda su experiencia e incluso medios económicos y materiales para tales fines. Por eso fue votado como presidente de Asopge en enero de 1998. Pero llegado el momento, tras conseguir la autorización de sus dos periódicos, no tardó en mostrarse sus verdaderos y naturales tintes de antiguo colaborador y mano derecho de las dictaduras guineanas. Se ha arremetido con toda la ejecutiva de la Asopge, ha utilizado y explotado a más de una cuarenta de profesionales para la edición de sus periódicos y en los últimos años está involucrado, junto a su amigo Roberto Martín Prieto, en una campaña de hostigamiento y persecución de los periodistas Pedro Nolasco y Fermín Nvó Mbomio.

19. Roberto Martín Prieto, director gerente de las revistas progubernamental La Gaceta y El Correo. Este frustrado empresario español afincado en el país, muy lejos de aprovecharse en silencio de los bienes económicos y de la mafia en que está metido, ha creado una revista destinada no únicamente para hacer la propaganda a favor del régimen, sino para intentar diabolizar a los profesionales independientes que reivindican la libertad de prensa. La Gaceta de Roberto Prieto es un auténtico medio de propaganda demagógica contra los profesionales que luchan por la libertad de prensa en el país. Para granjearse del apoyo del régimen y seguir beneficiándose de los apoyos de las petroleras americanas, Prieto facilita la tarea del Gobierno en combatir a las voces disidentes de la prensa y a obstaculizar sus actividades y las que pretenden llevar a cabo. Por su actitud y comportamiento, no está permitida la venta de periódicos independientes en los establecimientos públicos y para-estatales, como los hoteles o en las tiendas de los expatriados, supermercados, etc.

VIII. CONSIDERACIONES
Las últimas elecciones presidenciales del 15 de diciembre de 2002 han demostrado con toda claridad que Guinea Ecuatorial dista de ser una sociedad democrática y plural conforme estipula su Constitución. Fue especialmente emocionante el llanto de uno de los líderes políticos, quien echó en falta la necesidad de que el pueblo saltase a la calle para reivindicar sus derechos, lo que no podía registrarse en un pueblo habituado por el horror de las dictaduras durante 34 años.

Efectivamente, es difícil una reacción de ese tipo en un pueblo que se ha acostumbrado a ver cómo los horrores se turnan día a día en su sociedad cuando pretende hacer uso de sus derechos. Pues, allí entran los medios de comunicación social. La prensa es una condición indispensable para la apertura democrática, porque una sociedad democrática exige el gobierno del pueblo, los ciudadanos consiguen importantes decisiones mayoritarias, debaten asuntos públicos, corrigen los errores sociales y eligen a sus líderes por voto público. Sólo si mantiene informado al ciudadano puede desarrollar su potencial.

El papel crucial de la prensa en una sociedad democrática es proporcionar el punto de encuentro para el intercambio de ideas, porque como orientador de masas, la prensa libre se presenta, en condiciones difíciles, como una protección contra la tiranía de los dirigentes políticos. En buena parte de los procesos de cambios que se han registrado en la historia contemporánea, la prensa siempre ha jugado un importante papel, permitiendo a los ciudadanos hacer escuchar sus voces y tomar parte en la adopción de decisiones que determinan sus vidas y el futuro de sus países.

Como la ignorancia es un obstáculo para el desarrollo, en una Guinea largamente subdesarrollada y azotada por la dictadura, el rol educativo de la prensa junto a la lucha por la democratización y el respeto de los derechos humanos aparecen como factores absolutamente fundamentales para que el país puede encontrar soluciones pertinentes a mediano término a los problemas que pretenden eternizar su agonía frente a los poderes déspotas.

En este sentido, la creación y la potenciación de unos medios de comunicación social independientes, libres y plurales, que se escapan del control gubernamental y permiten una verdadera independencia editorial, capaz de fomentar el debate público y otras cuestiones más controvertidas que se silencian en la dictadura guineana, no sólo debe ser una preocupación profesional de los periodistas, sino también una prioridad de los responsables políticos, organizaciones internacionales y todos aquellos comprometidos e interesados en la lucha por la democratización del país y en el cambio del actual rumbo político.

Como subraya en uno de sus informes el ex Relator Especial de Derechos Humanos Gustavo Gallón Giraldo, es harto conocido el incumplimiento de las recomendaciones que la Comisión de Derechos Humanos ha venido dando al régimen guineano desde 1979. Ante esta situación, el interés por cristalizar el proceso de cambio en el país debe centrarse mucho más en esos momentos en relación con la sociedad civil. El esfuerzo y el interés de todos en este sentido puede contribuir a la creación de un movimiento de contrapeso social no precisamente mediatizada por intereses partidistas, sino basado en la crítica directa desde la ética y la verdad. Esta podría ser la única recomendación que creo pertinente en esos momentos.


• Pedro Nolasco Ndong, es autor de numerosos informes sobre la situación de la Libertad de Prensa en Guinea Ecuatorial. También es el autor del “Plan 2001” sobre la Revolución Científica y Técnica Profesional de la Prensa guineana. Desde el exilio está trabajando para la puesta en marcha de una publicación internacional en español sobre temas africanos y de Guinea Ecuatorial.
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Fuente: ASOPGE

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