En evitación de una polémica inútil, pues, reiteramos que la Oficina Nacional del PDGE desea respetar las directrices del moderador, de destinar este espacio a comunicados y no a diatribas, nuestra reacción al escrito del Señor Eneme Ovono, Santiago, solo tiene las siguientes observaciones:
1.- No existe Secretario Político Administrativo del PDGE sino un Secretario General.
2.- Si la mentira y la desverguenza tuvieran forma humana, nuestro amigo Alandi se llamaría ¨Mentira¨, pues se atreve a hablar de sus ¨exitos y dotes¨. Un mínimo de decencia. De la misma manera descarada, habla de un ejército que le admira y aprecia; patético.
3.- El Señor Eneme sabe perfectamente que el Secretario general actual del PDGE no ha estado, en ningún momento, siquiera donde se interroga a una persona, luego le confunde con los que le acompañaban en los escuadornes de extorsión y tortura (no quieremos acusarle de muertes, porque su conciencia ya se encargará)
4.- La carta, Señor Eneme, sabe usted que no la ha escrito usted, pues es incapaz de ello; por lo que no nos engañe pretendiendo que es suya, Es malo firmar cosas escritas así por otros; porque en esta carta, cuando habla de muertes y cadáveres, se está acusando usted mismo, pues nos revela que eso se hacía y era usted. El brazo de la Justicia es largo, estimado Alandi, y siempre acaba cogiendo al culpable.
5.- Le recordamos al Sr. Alandi que la nacionalidad guineoecuatoriana del Secretario General del PDGE está fuera de cualquier duda y cuestionamiento;; lo suyo, Sr. Alandi, es un intento desesperado de ofender, de huir sin remedio hacia el oscurasntismo que siempre le ha caracterizado.
6.- Cuando se es capaz de traicionar al hermano, nuestro querido Alandi, no crea usted que se pueda ganar la entera confianza de los nuevos amigos. Quien debe cuidarse mucho es usted, porque ni los que están con usted ahora se fían, es capaz de traicionarlos mil veces.
7.-Sabemos que en correspondencia separada, el Secretario general del PDGE le ha dado las razones por las que no se puso rico cuando usted lo hizo. Y sabe usted que fue porque él no sabía ni robar, ni traficar con pasaportes diplomáticos, ni extorsionar como usted. Siempre ha vivido por su trabajo y su capacidad, honradamente y sacando una familia adelante, cosa que se duda de usted. No ofenda a la democracia y a los Derechos Humanos porque ensucia esos conceptos que núnca ha respetado en su alocada ambicióbn de dinero y poder.Por lo triste de este intercambio, por lo realmente patético del hecho de tener que recordarle a un impresentable su condición, no quisiéramos seguir insistiendo ni cansando a la opinión. Todos nos conocemos en Guinea y solo podemos engañar a los guineoecuatorianos que llevan tiempo viviendo fuera y a los extranjeros.
Si se terciara, retaríamos l Sr. Alandi a presentarse ante este pueblo ¨que tanto le respeta y adora¨ para ver cual sería el recibimiento.
!Ah!, nadie necesitó manipular su imagen cuando estaba en el Cameroun, sus conexiones con el robo y tráfico de coches, los escándalos continuos con delincuentes, los diferentes encuentros con los servicios camerouneses en sitios que su condici ón de Embajador no aconsejaba, eran suficiente tarjeta de visita.
Por lo demás, aquí está el PDGE dialogando con las personas que quieren dialogar, no con las que se dejan cegar por la ambición y la búusqueda del poder por la intriga, la vikllencia y la destrucción
Fuente: SGPDGE