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RÉPLICA MORALIZANTE DE JULIO NDONG ELÁ MANGUÉ AL ESCRIBANO DE LA OFICINA NACIONAL DEL PDGE, AGUSTÍN NZÉ NFUMU publicado por: Association de la Presse Equatoriale Guinea el 06/02/2003 12:39:13 CET
RÉPLICA MORALIZANTE DE JULIO NDONG ELÁ MANGUÉ AL ESCRIBANO DE LA OFICINA NACIONAL DEL PDGE, AGUSTÍN NZÉ NFUMU
La modestia de despacho a que está acostumbrado, haciéndose lucir con las migas de bienes que se escapan del control de la oligarquía le ha convertido en el más ejemplar escribano del régimen, aunque se auto-considera Secretario General del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, que si bien en su denominación recoge la bella palabra democracia, se ha convertido en los últimos años en un auténtico nido de esbirros, que ven en sus adversarios como animalitos a ajusticiar cuando le place el rey. Agustín Nzé Nfumu, no es sino sencillamente “chico” bueno del sistema, que ha sobrevivido únicamente a costa de traicionar y calumniar a los ciudadanos que luchan por la libertad del pueblo guineano. ¿Pero, algún día se lo tenga que justificar?, esta respuesta la reservo para el pueblo y la opinión pública nacional.
Recientemente, los que siguen esta página Web han leído un artículo publicado por este sicario del PDGE, un Secretario General convertido en el más simple tagarote del régimen, en el que se arremete contra mi persona únicamente con el objetivo de desacreditarme, desgraciadamente, no se sabe ante quién, porque el mundo y la sociedad guineana está muy al corriente de cómo fue mi modesta gestión al frente de la Corte Suprema de Justicia, Secretaría General de la Presidencia y Ministerio del Interior, que por razones de espacio y tiempo no corresponda ahora relatar. No obstante, quiero salir al paso de sus últimas ridículas acusaciones vertidas en su documento en torno al anuncio de la próxima celebración en París, Francia, de una Conferencia sobre la Democratización de Guinea Ecuatorial.
En primer lugar, rechazo de plano y de forma contundente sus inútiles acusaciones y mentiras en el sentido de que yo “tendría que explicar a la audiencia mis excesos y arbitrariedades como ex Ministro del Interior así como diferentes actuaciones contrarias a las normas de ética”. Tengo la conciencia tranquila que como antiguo Ministro del Interior, ni directa ni indirectamente ordené la detención, tortura o encarcelamiento de ningún compatriota.
Creo que si él fuese mínimamente coherente, claro y diáfano, como pretende presumir, habría especificado y explicado para mejor ilustración de los lectores los casos de excesos y arbitrariedades cometidos durante mi gestión en el Ministerio del Interior. Pues, como no lo hace, tampoco es mi intención entrar ahora en detalles o poner al descubierto las barbaridades del régimen y que supuestamente el Secretario General del movimiento de “masas” quiere ahora atribuirme como antiguo Ministro del Interior, denominación que podría crear confusión con respecto a las competencias que se atribuye a dicho departamento en los países con cultura y tradición democrática, si bien en nuestro país es un simple despacho de coordinación administrativa, como otros tantos departamentos ministeriales, por cuanto que existe una fuerte concentración de poderes en la persona del Jefe de Estado.
Para conocimiento de la opinión pública, en Guinea Ecuatorial, las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado, dependen orgánica y funcionalmente del Presidente de la República, de quien solamente reciben órdenes. Esta sujeción ha creado un espacio de impunidad a dicho colectivo que se ha convertido en un poder fáctico, que comete atropellos contra la población civil. Como puede verse, los informes de los Representantes Especiales de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas confirman plenamente este extremo.
Más explícito aún, cabe señalar que la coordinación de los servicios de Seguridad del Estado está a cargo del Ministro Delegado para la Seguridad Nacional, Delegado Nacional para la Seguridad y el Director General de Seguridad, todos ellos adscritos a la Presidencia de la República.
Por tanto, entiendo que un Ministro del Interior para cometer excesos y arbitrariedades debe hacerlo a través de las Fuerzas de Seguridad del Estado y particularmente, en mi caso, estoy en condiciones de afirmar y reafirmar que ningún ciudadano guineano puede presentar pruebas contundentes y relevantes de haber sido víctima de los excesos y arbitrariedades que como ex Ministro del Interior se me atribuye sin fundamento alguno, si no meras invenciones no detalladas elevadas a la categoría de hechos acaecidos.
Siempre para más explicaciones a la opinión pública, puedo asegurar sin miedo a equivocarme, y así se presentan las cosas en la dictadura guineana, que si quiera los Gobernadores Provinciales, Delegados de Gobierno y otras autoridades periféricas que nominalmente se dicen depender del Ministerio del Interior, sin embargo, trabajan conforme a las directrices e instrucciones que reciben directamente del Jefe de Estado al margen del Ministro del Interior. Son recibidos en audiencias colectivas e individuales sin la participación del responsable del departamento tutor de los mismos; y, viceversa, dirigen escritos a la Presidencia de la República prescindiendo, lamentablemente, de la jerarquía administrativa.
En segundo lugar, si tal como apunta el amanuense del PDGE de que perpetré excesos y arbitrariedades, creo que después de mi expulsión del Gobierno como consecuencia de supuesto apoyo a la disidencia política y por haber negado a acusar falsamente a mi hermano Guillermo Nguema Elá de haber participado en la gestación de un golpe de Estado desde Gabón, continué viviendo en el país durante largos cuatro años, además sometido a una férrea persecución por todos los resortes del régimen, sin que fuera denunciado por ninguna de las personas perjudicadas para exigirme responsabilidad de los desmanes que Nzé Nfumu propaga que cometí. ¿Por qué las víctimas no me han denunciado?
Por otra parte, quisiera preguntar al señor Nzé Nfumu, si tan malas acciones perpetré en el ejercicio de mis funciones por qué me mantuvieron durante tanto tiempo, hasta el extremo de que fui reconducido como ministro en dos ocasiones y permanecí en el cargo durante seis años. Es más, el 12 de octubre de 1996, fui Condecorado, por segunda vez, con la MEDALLA DE LA GRAN CRUZ DE LA ORDEN DE LA INDEPENDENCIA, es decir, poco más de un año antes de mi cese, que además, fue más bien por los motivos que he señalado antes. Luego, según Agustín Nzé Nfumu, esta distinción fue una manera de alabanza, apoyo y respaldo del Gobierno de su partido a mis excesos y arbitrariedades.
Por si esto fuera poco, el señor Nzé Nfumu si que debe dar explicación del por qué entre los días 21 y 22 de abril de 2001, respectivamente, una Comisión de su partido, el PDGE, compuesta por los señores: Don Alejandro Envoro Ovono, ex Ministro de Obras Públicas y Presidente de la Comisión de Seguimiento del PDGE en el distrito de Mongomo; Don Marcelino Nguema Onguene, Ministro de Estado de Sanidad; Don Batho Obama Nsue Mangué, Parlamentario, Don Bernardino Edú Obá, Parlamentario; Don Tarcisio Mañé Abesó Adjaba y Don Carlos Nzé Nzuga, se presentó en mi domicilio para implorarme a que depusiera mi actitud de opositor al régimen y reintegrara a su formación política, aduciendo razones nada convincentes que pudieran provocar en mi persona un cambio de actitud. Como sé que está especializado en desmentir lo indesmentible, consulte a los señores antes citados sobre la veracidad de aquellas citas.
Así mismo, merece destacar que obra en mis archivos una carta de invitación firmada por el Secretario General del PDGE para que yo asistiera al último Congreso de su Partido celebrada en la ciudad de Bata en el año 2001. Incluso, un anuncio en este sentido se me hizo reiteradamente por Radio Televisión Estatal.
A mayor abundamiento, resulta contradictorio en términos del “eminente” pardolista que habiendo yo cometido arbitrariedades, su partido se empeñara en contar con mi participación en su Congreso, ¿sería para ir a darles lecciones sobre excesos y arbitrariedades, así como actuaciones contrarias a las normas de ética? Aquí, fácilmente, podemos llegar a la conclusión de que, o lo que dice Nzé Nfumu y su gente no es cierto, o el PDGE aglutina en su seno únicamente a los que se destacan por sus comportamientos amorales.
No obstante, por experiencia sé buenamente que las necedades de Agustín Nzé Nfumu solamente corresponden a su fracasado intento de ningunear a todo intento de disidencia, preocupado además por manchar mi honor y buena reputación. Es más, por qué él y su régimen se ponen tan nervioso ante el anuncio de la próxima celebración en París, Francia, de una Conferencia sobre la Democratización de Guinea Ecuatorial. Pues, quizás hubieran querido que se contara con su beneplácito y como ya nos hemos escapado de su control opresor y nos sentimos libres y capacitados para hablar sin miedo ni ambages sobre la cruda situación sociopolítica y económica del país, es obvio que se intranquilicen, porque saben que de esta Conferencia saldrán esperanzas para una pronta democratización de nuestro país, y por ende, los actuales autócratas perderán el control y el monopolio, que a ciencia cierta, saben que no tendrían en un sistema democrático en el que el pueblo puede expresar libremente su opción política entre varias alternativas, como el que planificará y llevará a cabo la próxima Conferencia de París.
Aunque las necedades del minúsculo secretario general del PDGE no deberían de encontrar respuesta alguna por parte de los que se sienten demócratas y dignos hijos de Guinea Ecuatorial, puesto que de su boca sólo pueden salir sandeces, trolas y contradicciones; no obstante creo que hay ocasiones en que, acudiendo a las reglas de ética, hay que darles lecciones de moral, para que de una vez por todas reconozcan que hay muchísimos guineanos que se sienten capacitados para cristalizar la actual crisis que sufre el país como consecuencia de la nula capacidad política del régimen.
Para ello, es opinión más que generalizada, que todo lo que dicen, contradicen, desmienten, como es el caso de las últimas represiones políticas contra centenares de opositores acusados de una supuesta tentativa de golpe de Estado, pone de manifiesto no sólo su alto grado de criminalidad sino su desmesurada incapacidad de asumir sus errores y responsabilidades. Pues, ante una situación vivida por observadores internacionales de Instituciones prestigiosas como Amnistía Internacional, el escribano del PDGE se atrevió a manifestar públicamente que las víctimas que se presentaron con quemaduras, muñecas y brazos medio-amputados no fueron torturados, como si una enfermedad misteriosa les hubiera invadido. Afirmación que, a mi juicio, constituye un manifiesto desprecio del derecho a la integridad física de Felipe Ondó Obiang, Guillermo Nguema Elá, Donato Ondó Ondó, Primo Micha Obiang, Pablo Nguema Mbá, Ángel Ovono Akumbang y otras 275 personas detenidas ilegalmente en la supuesta trama golpista. Sólo con este ejemplo, queridos lectores, cada uno de ustedes ya puede hacer la idea de la simplicidad y falta del más mínimo rigor ético de los despachitos del “famoso” escribano.
También erróneamente, aunque bien podría ser por ignorancia o falto de sentido común, este señor y su régimen tienen un concepto adverso de términos como la paz, democracia y estado de derecho, sólo para citar unos cuantos.
Yo me pregunto, un régimen que detiene a un joven sin orden judicial y mediante torturas le obliga a acusar a su padre de hechos que ponen en franco peligro su vida, teniendo en cuenta que viene siendo perseguido y represaliado por las autoridades del sistema, ¿puede hablar de Estado de Derecho? Al parecer, o no saben o se olvidan que su propia Constitución prohíbe que nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo o sus parientes más próximos en asuntos que puede ocasionarles responsabilidad penal. Pues, allí está el caso de César Elá Ondó, hijo de Felipe Ondó Obiang y otros tantos que se dieron en el macro-juicio de Malabo contra la oposición democrática. Si hay democracia, como inútilmente pretende defender Nzé Nfumu, podría explicar la naturaleza de los confinamientos extrajudiciales que a menudo están sometidos varios ciudadanos, no por otros motivos sino por hacer uso de los derechos de la libre expresión, opinión, asociación y reunión reconocidos en la Ley Fundamental. Si podría poner en esta página Web la “Resolución” judicial “que contiene la pena de confinamiento a sus poblados de origen” de los guineanos Lorenzo Ondó Elá Mangué, Segismundo Obama Esono, Santiago Elá Obiang Angué, Antimo Edú Nchama, etc. Con la presentación de esta prueba, estaremos seguros que estamos construyendo un verdadero Estado de Derecho en Guinea Ecuatorial.
Hablando de paz, que tanto le preocupa, sencillamente decirle que ignora completamente que una paz fundada en la injusticia y en la violación sistemática de los derechos humanos no puede durar y conduce inevitablemente a la explosión social, porque la paz evoca buenas relaciones, laboriosidad, bienestar, salud individual y colectiva. Para ello, quiero recordarle, por que se le ha escapado de los sentidos, que ahora supongo que tiene uno menos que el resto de los seres vivos, que el PDGE sepa que su mayor enemigo es el propio pueblo de Guinea Ecuatorial, que aun en el silencio impuesta por la opresión, sufre las consecuencias de la dictadura y en su día es el que realmente les exigirá responsabilidades, y no un grupo de individuos, como se cree en nosotros.
En este contexto, le traigo a colofón la triste constatación que hizo el ex Presidente Francisco Macías Nguema Biyogo en el último día de su juicio en el cine Marfil de Malabo en septiembre de 1979, cuando dijo: “ESTE PUEBLO QUE AYER ME ACLAMABA COMO BUEN PRESIDENTE, AHORA ESTÁ APLAUDIENDO LA PETICIÓN DE PENA DE MUERTE QUE EL FISCAL SOLICITA CONTRA MÍ”. Brevemente es hacerle ver que esos “calurosos” aplausos, además impuestos, no surgen en el hondo del corazón de los guineanos, sino es un momento histórico que nos ha tocado vivir, y muchos aplauden aun a punta de pistola solamente para seguir conquistando más espacio de vida, por si algún día también puede aplaudir, voluntariamente, la próxima sentencia, que seguro no excluirá a nuestro famoso escribano.
Paralelamente, quiero aconsejarles que están perdiendo mucho tiempo con ridículos de esta naturaleza, de intentar ningunear a la gente cuando ya se han apartado del régimen, atribuyéndoles delitos que nunca cometieron. Si tal fuera el caso, que nosotros sí hemos cometido excesos y arbitrariedades, cómo se explica que después de nuestra separación el Gobierno sigue de igual en la corrupción como en su incapacidad de gestión política. Cómo se explica que si quiera las principales ciudades, Malabo y Bata, no tienen luz eléctrica, agua potable y otros servicios elementales, como hospitales, que no disponen de los más mínimos servicios de primeros auxilios. Qué decir de las escuelas, que no disponen de pupitres ni libros de textos. No hay transporte urbano ni mucho menos nacional. Los ciudadanos no tienen acceso a la prensa para que puedan informarse. Incluso nuestra tierra que es tan productiva como la de nuestros países vecinos, sin embargo estamos alimentados por las pingues importaciones de Camerún. Aun con tanta renta nacional proveniente del petróleo, el Gobierno sigue siendo incapaz de construir edificios públicos, para albergar sedes de los Ministerios y otras altas instituciones del Estado, limitándose a un frustrado programa de rehabilitación de viejos edificios coloniales.
La manifiesta falta de confianza y consideración a los Ministros y altos cargos de la Administración Civil del Estado sigue siendo una nota predominante de su régimen y esta situación se pone de manifiesto en los cacheos minuciosos que sufren los miembros de Gobierno en sus entradas en las reuniones de los Consejos de Ministros y en las audiencias para despachar con el Presidente de la República, así como el registro de sus equipajes en los aeropuertos nacionales. A ver, si usted, señor Nze Nfumu que, como yo, lo ha sufrido y lo sigue sufriendo en carne y hueso sea capaz de decir la verdad en sus fabulosos desmentís.
¿Qué ha cambiado en Guinea Ecuatorial después de mi salida del Gobierno? No ha cambiado absolutamente nada, al contrario, las cosas van de mal a peor. La situación de los derechos humanos y libertades públicas sigue siendo muy grave. La inseguridad jurídica es absoluta. La intolerancia hacia la disidencia política es profunda. Las cárceles están saturados de presos de conciencia. Las Resoluciones del Parlamento Europeo adoptados por unanimidad con fechas 13 de junio de 2002 y 16 de enero de 2003, así como los informes de Amnistía Internacional corroboran mi tesis.
Al término de esta réplica, que mas bien quisiera que le sirviera de una lección moral, le aconsejo que siga a rajatabla su juramento de lanzar cretinismos, simplezas e insensateces contra la oposición, porque algún día que dejara de hacerlo, la hoguera de Armengol Ondó Nguema permanece ardiente para echar a los que se evaden de su dominio y control. Reconsidere además, que por la gracia de Dios hemos logrado escaparnos con vida de las garras de vuestra opresión sistemática y ahora nos sentimos libres, y siempre que podamos sus difamaciones encontrarán respuestas oportunas, porque ya no es el caso de Guinea Ecuatorial en que el régimen controla aun en las habitaciones a las voces críticas.
JULIO NDONG ELÁ MANGUÉ, Ex Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Ex Ministro Secretario General de la Presidencia, y Ex Ministro del Interior, en el exilio.
Fuente: Julio Ndong Elá Mangué
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