GUINEA ECUATORIAL/ LIBERTAD DE PRENSA
ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE GUINEA ECUATORIAL (ASOPGE)
PRIMER INFORME TRIMESTRAL DE 2003
I. INTRODUCCIÓN
Catequizados en la ley del más fuerte, las autoridades del sistema dictatorial de Guinea Ecuatorial han acuñado oficialmente un “exquisito” lenguaje con el que tratan de justificar las graves mutilaciones de libertades fundamentales que a diario cometen contra la población civil y que no cesan de denunciar las organizaciones pro derechos humanos. En sus “apurados” comunicados se limitan a señalar que son“simples delitos comunes”, para defenderse de la tan barbarie situación, de sobra reconocido incluso por sus principales socios occidentales.
Cuando en enero de este año se detuvo a Simón María NSUE MOKUY, militante de la oposición, acusado de distribuir hojas informativas sobre la Conferencia de Democratización de Guinea Ecuatorial que prevé organizar la oposición del exilio en París, el entonces Secretario General del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial y actual ministro de Estado de Información, Turismo y Cultura, Agustín NZÉ NFUMU, ante las críticas y denuncias desatadas al respecto, afirmó sarcásticamente en un comunicado que se trata de “argumentos inventados y sensacionalistas sobre una situación que es de ‘simple’ delito común”.
En la concepción democrática del régimen guineano, el uso de las libertades de expresión, de opinión y de información, tipificado en el artículo 13 de la Constitución de 1991, se ha convertido en puro delito de “atentado” contra la forma de Gobierno. Los propios ciudadanos, rendidos en la impotencia y la desesperación, cuentan con “irónica sonrisa” que para garantizar su seguridad física y conservar sus puestos de trabajo en la administración y en las empresas privadas basta simplemente respetar a rajatabla la trilogía oficialista del sistema: “VER, OÍR Y CALLAR”.
En el primer trimestre de este año, se han producido cambios en el ministerio de Información, sector al que en teoría compete cuestiones sobre la libertad de prensa, aunque en última instancia es el propio dictador, el general Teodoro OBIANG NGUEMA MBAZOGO, quien controla los medios públicos, es decir, la prensa, radio y televisión estatales. Después de cuatro años, en los que la prensa independiente y la única asociación de la prensa del país han ido perdiendo cada vez más protagonismo en la apertura de una prensa independiente, libre y plural, debido a una porfiada persecución de sus profesionales, el ministro Lucas NGUEMA ESONO fue reemplazado por Agustín NZÉ NFUMU, acólito “mimoso” del imperio, de reconocido falta de escrúpulos en su trato a la disidencia política.
En términos de bancarrota, nada nuevo se presagia de este hombre, si no es para terminar con el trabajo puesto en marcha por sus antecesores: la desaparición de cualquier atisbo de libertad de prensa, evaporar la independencia editorial y endurecer un entorno profundamente hostil a la tribu de los medios de comunicación social, tanto oficiales que privados. Ya desde el PDGE se le veía como uno de los destacados “guerreros” contra la independencia redaccional, el desarrollo de la literatura y la creatividad, que hasta en numerosas ocasiones censuró a su predecesor por autorizar, rara vez, críticas en los medios de titularidad estatal y la organización de actos públicos en los centros culturales, como las conferencias pronunciadas por intelectuales y profesionales independientes y organizaciones no gubernamentales.
Desde hace tiempo, este corresponsal denunció el control del Internet, que parece haberse confirmado después de casi un año. En estos momentos, el régimen guineano, en colaboración con los ingenieros informáticos de la cooperación cubana ha puesto en marcha, mediante el servicio de espionaje, un minucioso control de correos electrónicos de los usuarios del servidor Guinea Ecuatorial de Telecomunicaciones, GETESA, una empresa mixta con participación del capital francés.
II. ESCRUTINIO TRIMESTRAL
En lo que va de los primeros tres meses del presente año 2003, se ha registrando importantes violaciones de libertad de prensa, de opinión y de expresión en Guinea Ecuatorial, con antecedentes del mes de diciembre, cuando el régimen convocó las segundas elecciones presidenciales, cuyas campañas se desarrollaron en medio de un tímido debate político, minado por trabas a los mítines de los partidos de la oposición. El régimen y su partido se adueñaron de los medios de comunicación estatales, la radio y la televisión, mientras en la calle se organizó a grupos de jóvenes filiales al partido gobernante para perturbar las actividades de la oposición, en abierta violación de los acuerdos del Pacto Nacional Vinculante y de la libre expresión y de opinión que se supone debe gozar, en igualdad de condiciones, las formaciones políticas que concurren en las elecciones en países democráticos.
23 DE ENERO
El ciudadano Simón María NSUE MOKUY fue detenido, como es habitual, extrajudicialmente y recluido en las celdas del penal Black Beach de Malabo, acusado de haber distribuido hojas informativas en torno a la prevista Conferencia sobre la Democratización que organiza la oposición del exilio en París, Francia. Fue puesto en libertad tras casi dos meses y en esos momentos ha tenido que exiliarse a la vecina república de Gabón.
18 DE FEBRERO
Las autoridades del ministerio de Información censuraron definitivamente el popular programa matinal de Radio Nacional denominado “Cosas que Ocurren”. El cierre fue ordenado por el director general de Información, Federico ABAGA ONDÓ, tras recriminar a su presentador Serapio MASIE OYONO AANDEME, bajo el pretexto de haber divulgado información relacionada al canibalismo de unos señores sorprendidos in fraganti por un párroco en la ciudad Añisok, parte continental del país. Por otra parte, se reprochó al programa de admitir la participación de la audiencia que “habla mal del Gobierno”, una acusación que habitualmente esgrime el régimen para represaliar a los ciudadanos que intentan hacer uso del derecho de la crítica. El programa se había convertido en el más popular de los últimos años por su tolerancia de opinión de los ciudadanos que, mediante contacto telefónico y en directo, contaban sus experiencias y vivencias en torno a muchos casos de injusticia social que se registran en el país.
El cierre de este programa se produjo pocos días de que tomara posesión de su cargo el nuevo ministro Agustín NZÉ NFUMU, alérgico a la libertad de prensa, de opinión, expresión y manifestación. No se descarta que la orden partió de él, porque el grado de centralización que existe en el Gobierno guineano no permite que un “simple” director general puede tomar una decisión de esta naturaleza sin consultar con el ministro.
9 DE MARZO
La Fuerza Republicana de Reflexión y Acción de Guinea Ecuatorial (FRRAGE), partido en el exilio y anfitrión de la Conferencia sobre la Democratización de Guinea Ecuatorial, informó que unos virus informáticos les fueron enviados por piratas para espiar sus cuentas privadas y, después se descubrió que portaban el nombre de Agustín NZÉ NFUMU, considerado como el primer ínternauta del país.
En Guinea Ecuatorial está en vigor, después de la independencia de 1968, la violación de correspondencia y el derecho a la intimidad, es decir, un estricto control del correo tradicional y escuchas telefónicas. Con la puesta en marcha de Internet por la compañía paraestatal GETESA, diversos ciudadanos han venido denunciando el control del correo electrónico ejercida por la oficina de servicios de espionaje situado en la sede del ministerio de Transportes y Comunicaciones, que preside Marcelino OYONO NTUTUMU, cuñado del dictador Obiang. Las fuentes certifican que el sabotaje por Internet estaría dirigido, desde dicha oficina, por ingenieros informáticos de la cooperación cubana.
III. PUBLICACIONES PERIÓDICAS
En términos de libertad de prensa, se puede afirmar sin equívocos, que Guinea Ecuatorial no dispone en esos momentos de ninguna publicación que representa ni la pluralidad de la prensa ni el ejercicio libre del periodismo. Los pequeños medios independientes que aparecieron a finales de los 90 se han reducido al silencio, por diversas causas, pero fundamentalmente el hostigamiento de los profesionales críticos y otros problemas internos. Aunque algunos profesionales, mas bien sumisos, únicamente prefieren justificar la falta de medios económicos y materiales, en el fondo corresponden a la violencia gubernamental de obstaculizar el nacimiento de la prensa independiente, libre y pluralista. Mediante sobornos y coerciones a unos y a otros, la dictadura guineana ha logrado desintegrar el pequeño núcleo de profesionales independientes que desde 1994 se había comprometido con la promoción y la defensa del ejercicio libre del periodismo.
En lo que va de los últimos seis meses, los periódicos independiente La Opinión y El Tiempo, ambos propiedad de Manuel NZÉ NZOGO, antiguo director de Protocolo del presidente, han salido a la venta en raras ocasiones, y con un formato mas bien de una publicación rural, tanto en contenido, estilo que en formato. La ruralización de dichos periódicos se atribuye al cese y expulsión de los directores y la casi totalidad de los reporteros y redactores, sin otros motivos, que las exigencias por una mayor independencia redaccional y la transparencia en la gestión administrativa y económica. En la actualidad, estás dirigidos y editados por el mismo Manuel, que hace además de administrador y redactor.
Durante este trimestre tampoco han aparecido los periódicos gubernamentales, Potopoto y Ebano, ambos arruinados por el desinterés gubernamental de promocionar la prensa. Mientras destina sumas millonarias a las publicaciones extranjeras con fines propagandísticas y de distracción a la opinión internacional, sus propios medios siguen, sin embargo, en el mismo estado de insolencia que en 1969, cuando perdieron el pequeño auge adquirido durante la época autonómica (1964 - 1968). Administrada por el ministerio de Información, la prensa escrita oficial arrastra además una insidiosa corrupción que repercute negativamente en su progreso técnico profesional. Sus profesionales denuncian que de los alrededor de seis millones de francos CFA que ambos medios reciben de la subvención estatal desde 1996, si quiera la mitad se destina a su real objetivo y como consecuencia, tienen que hacer frente, como las rudimentales publicaciones privadas, de la carencia del material de fotocopias multicopistas, como papel A3, master y tintas de tambor, que importan de la vecina república de Camerún sin ningún coste aduanero.
En definitiva, de las cerca de una decena de títulos reconocidos oficialmente solo ha aparecido en lo que va del presente año 2003, una ridícula edición de La Opinión en el mes de enero y la progubernamental La Gaceta que, como hemos señalado en reiterados informes, se encuentra en una situación privilegiada y mantiene su periodicidad gracias a la subvención publicitaria que obtiene de las principales empresas y por su venta en el exterior, con su habitual propagandismo triunfalista, ideologización, falseamiento y desprecio por la lógica, en defensa de una decrépita dictadura que pretende vender una imagen que contrasta con la cruda realidad socio política y económica del país.
Con este panorama, Guinea Ecuatorial sigue a menudo encabezando la lista de los países en que la situación de la libertad de prensa es muy grave, tal como figura en la clasificación de Reporteros Sin Fronteras.
IV. SITUACIÓN DE ASOPGE
Tras el exilio del presidente de la Asociación de la Prensa de Guinea Ecuatorial, los ‘profesionales’ que trabajan en la sumisión, parecen concentrar todo su empeño en improductivas críticas contra esta ONG, su presidente y su actual junta directiva. Manipulados por el Gobierno para provocar una división interna en su seno, con la creación de una junta directiva paralela respaldada por el ministerio de Información y el PDGE, los propietarios de las revistas La Gaceta, El Correo y los periódicos El Tiempo y La Opinión, han venido lanzando una serie de achaques a la directiva de ASOPGE, contribuyendo, además, a menear los pequeños avances conseguidos por ésta en materia de la promoción y la defensa de la libertad de prensa en los últimos años.
La Asociación de la Prensa de Guinea Ecuatorial, sigue siendo hasta la fecha, la única organización que lucha y defiende la instauración de una libertad de prensa en Guinea Ecuatorial, pero desde mayo del 2002, cuando el ministerio de Información decidió clausurarla por considerar que “actúa como un gobierno paralelo”, se encuentra en una grave situación, caracterizada por la falta de libertad de movimiento en el interior del país y las presiones internas orquestadas desde el poder político.
Profesionales de dudoso reconocimiento en materia periodístico y cuya vinculación con la ASOPGE es igualmente ignorada por la junta directiva, se han unido en torno al actual ministro de Estado de Información, Agustín NZÉ NFUMU, no tanto para regenerar la labor de la asociación como institución liberal y no gubernamental, sino para ridiculizar su vocación de implementar la libertad de prensa y servir de títere al régimen en su lavado de imagen.
V. SIEMPRE EN EL PUNTO DE MIRA
El putrefacto estado de las libertades en Guinea Ecuatorial, que está a punto de cumplir cuarenta años bajo las botas de la dictadura ‘nguemista’ no cesa de ser denunciado por las principales organizaciones internacionales. En los primeros meses de este año, importantes organizaciones, tales como Reporteros Sin Fronteras y del Relator Especial de la Comisión de Derechos Humanos sobre la libertad de opinión y de expresión, han vuelto a poner en tela de juicio al régimen dictatorial del general Teodoro OBIANG NGUEMA, en el poder desde 1979.
El 20 de febrero, con ocasión de la cumbre Franco-Africana de París, Reporteros Sin Fronteras denunció a un total de 23 criminales de la libertad de prensa, entre ellos, el jefe de Estado guineano, en cuyo país, “los periodistas han huido en el curso de los últimos meses por miedo a represalias”.
Entre tanto, Ambeyi Ligado, Relator Especial sobre el derecho a la libertad de opinión y de expresión, en un informe a raíz de la reciente visita efectuada a Malabo a finales de 2002, señala entre otras cosas que “el gobierno debe hacer todo lo posible para fomentar el desarrollo de unos medios de comunicación pluralistas, libres e independientes en Guinea Ecuatorial, así como la protección y el respeto de la independencia editorial y la libertad de opinión y de expresión de los periodistas”.
Más crítico todavía, el Relator expresa su preocupación porque “la Ley concede amplias facultades a las autoridades para restringir las actividades de los medios de comunicación, y que, en particular, facilita su control al denegarles la inscripción en el registro o al exigir la entrega de ejemplares antes de la publicación. La Ley también establece sanciones penales, civiles y administrativas por la violación de sus disposiciones, en particular cuando se trata de la violación de los 19 “principios editoriales” consagrados en el artículo 2, que son ‘vagos’ y se prestan a interpretaciones ‘subjetivas’ y ‘restrictivas’ “.
Fuente: ASOPGE