DE LA TRAGICOMEDIA DE LOS GOBIERNOS ESPAÑOL Y GUINEANO A LA TRAGEDIA DE LOS BECARIOS
J.L. Nvumba

Se suele decir que los guineanos tenemos la doble vertiente identitaria y cultural española y bantu. Pues resulta que desde este punto de vista estaríamos representados bien por el gobierno español, bien por el guineano, o por ambos, en el caso de disfrutar de la doble nacionalidad. Sin embargo, es difícil sentirse libre del ridículo y de la vergüenza si atendemos a modos de actuar de cualquiera de ambos gobiernos.
La metrópoli española nos acaba de sorprender con el repentino anuncio de que estudiantes guineanos que cursaban sus estudios en España, becados por la A.E.C.I.D., se han quedado sin becas y deben optar por valerse por sí mismos a partir de ya, invitándoles a regresar a G.E. y, en su caso, continuar los estudios en la UNED o como mejor puedan. Al parecer esta repentina y sorpresiva medida obedece a los recortes que el gobierno español está imponiendo a consecuencia de la crisis. ¡¡¡QUE VERGÜENZA!!!
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Al españolito de a pie que tenga conocimiento de esta noticia quizás hasta le parezca bien y lógico ya que los recortes no sólo han comprometido las becas de que disfrutaban sus propios hijos, sino incluso a la sanidad y al trabajo, de que carecen más de un 20% de ciudadanos. Pueden incluso llegar a pensar que ya está bien de ayudar a los extranjeros, cuando el propio español ha de soportar las restricciones económicas actuales. De hecho, de este peligroso y simplón discurso se valen algunos partidos políticos para atraerse a los electores.
Sin embargo, no se nos puede escapar que estamos hablando de becas de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo. Es decir, además del utópico (en cuanto nunca alcanzado) objetivo de coadyuvar al desarrollo de un país menos avanzado (y normalmente explotado histórica y quizás actualmente), se trata también, en definitiva, de una apuesta de futuro ya que alguno de los beneficiarios puede llegar a tener, en su día, un peso específico en su país de origen, con lo que las sinergias, empatías y relaciones con España siempre se podrían beneficiar del agradecimiento del extranjero que se formó gracias a su ayuda. ¿No vemos a los distintos gobiernos españoles intentando dorarle la píldora al Dictador, que “dicta” las normas, para ver si a cambio le beneficia a una empresa española con una concesión petrolífera?.
No se nos puede escapar que los pobres estudiantes guineanos se hallaban en su país y accedieron a las becas en virtud de una previa convocatoria u OFERTA pública de la AECID y la posterior selección de los elegidos, suponemos que rigurosa, de conformidad con las bases contenidas en la propia Convocatoria u Oferta. No se nos puede escapar que en la Convocatoria se determinarían el tipo de estudios, su duración, así como las condiciones para la renovación de la beca, cada año académico. En suma, no se nos puede escapar que cada una de las partes, es decir, la AECID Y CADA BECADO, conocía y aceptó las condiciones del acuerdo que les unió. Dicho de otra forma, se estableció un serio compromiso por el que cada una de las partes quedaba obligada a cumplir las obligaciones que le competían. Al estudiante realizar los estudios previstos y a la AECID abonar el importe de las becas y renovarlas cada año según el beneficiario obtuviera los resultados académicos exigidos. Ahora sorpresivamente la AECID, es decir, el gobierno español, que representa al país de cara al exterior, pretende incumplir su compromiso y salir inmune e impune de su irresponsabilidad. Justo como pasaría en el gobierno del Dictador que ya sabemos es básicamente irresponsable e incumplidor de los más elementales compromisos que le competen. Además, ¿qué incidencia real tiene en la difícil situación económica que atraviesa España el monto total que se ahorrarían incurriendo en una actitud incumplidora vergonzante?¿ No tiene este comportamiento trazas de ser miserable, poco juicioso y previsor?.

En cuanto al gobierno guineano, habría que preguntarle cómo es posible que aún se tenga que acudir a la ayuda exterior al desarrollo para proveer a sus jóvenes ciudadanos de la formación indispensable en el siglo XXI, cuando este país, G.E., hace ya décadas que goza de una renta per cápita propia de cualquier país rico y desarrollado. Habría que preguntarle cómo es posible que, a más inri, no reaccione cuando sus ciudadanos becados en el exterior sufren un atropello como el que implica el anuncio de la AECID. Claro que se trata de una dictadura a la que no le importa el destino de sus ciudadanos, por más que algún estómago agradecido nos quiera tildar de antipatriotas y pretenda que compremos la moto de aceptar un sistema que no respeta a las personas y se apropia de los bienes de todos y encima pretende perpetuarse instaurando la No República hereditaria.

Parece que los jóvenes estudiantes afectados están dando pasos para defenderse y denunciar el atropello incumplidor español con mecanismos a los que usualmente no sabemos acudir: la defensa colectiva y apropiada de nuestros legítimos intereses y la denuncia ordenada y encauzada de su vulneración. Espero que sean capaces de sorprender a la administración española, indudablemente confiada en nuestra aludida incapacidad y desunión, demostrándoles que también en G.E. hay jóvenes con conciencia ciudadana y dispuestos a luchar por ocupar el lugar que les corresponde, en cualquier parte del mundo, en pleno S. XXI. Me pongo a vuestra disposición para ayudar en lo que pudiera, si me fuera requerido.

José Luis Nvumba, simple ciudadano de a pie. Barcelona, mayo del 2012.


Fuente: Propia

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