Si tuviera que escoger de entre dos colectivos, tengo una indisimulable tendencia de escoger al colectivo de los vivos. Cuando llegue la hora de leer este suelto, muchos de ustedes a buen seguro, estarían mirando la cara de sus hijos, aunque tengan sesenta años, con tristeza de haber podido permitir, a fuego lento, la muerte de muchos padres, madres, hijos, hijas, hermanos, hermanas nuestros por la dictadura de Teodoro Obiang Nguema. Han pasado 33 años y nuestra tierra está sembrada de nostalgia y de dolor. Posiblemente algunos siguen haciendo balance de las vidas que escaparon de la muerte en Guinea Ecuatorial. Por cortos que hayan sido el presente de los muertos por la dictadura de Guinea Ecuatorial, y por largos que sean los años de sufrimiento, no debería cundir el desánimo, la desintegración, la cohabitación, el pasotismo. Ninguna muerte nos debe ser indiferente. Vamos.
Fabian Nsue, un prestigioso abogado, que defiende la vida de los guineanos está amenazado de muerte. Fabián dijo ayer que el Gobierno de Teodoro Obiang Nguema le quiere matar. Obiang Nguema, que ha creado en la UNESCO un premio para “defender la vida” quiere matar a Fabian; que alguien me explique esa dualidad del hombre. DENUNCIEMOS, DEFENDAMOS, SALVEMOS A FABIAN NSUE. Que broten las voces, que reine la solidaridad, arropemos a Fabian para que no le mate Obiang Nguema. Por su mujer, por sus hijos (uno estudia en España, dijo él), por sus bienes, por su vida. Honremos a este leal súbdito guineano que ve avecinar su muerte en unos destellos de amargura.
A estas alturas todos conocemos sobradamente cada una de las escenas trágicas de la dictadura. Poco les puedo añadir. Si acaso os invito a escuchar la entrevista en la Radio Exterior de España de Fabián Nsue advirtiendo su muerte en manos de Obiang Nguema, presidente de Guinea Ecuatorial. La entrevista de Fabián Nsue no debería dejar indiferente a ninguno; trasmite determinadas sensaciones que transitan de corazón a la cabeza y de cabeza al corazón; intentando reconstruir inútilmente, las horas, los momentos, los encargos que una persona hace para matar a otra.
Me cuesta creer, por ejemplo, que en una sala de Sipopo o en la presidencia misma, más allá del pico basile, pudiera estar sentado, media hora, una hora, dos horas, tres horas o un día entero; un presidente de una nación con sus ministros, generales, comisarios o uno de ellos, para planear el asesinado de un ciudadano indefenso. Me cuesta muchísimo imaginarme sus caras, sus miradas, lo que dicen, el justo momento que convienen elegir a la victima, en este caso Fabián, el instante en que, hasta seleccionan la forma, los modos y pasos que hay que dar para asesinarle. Sin embargo sabemos hoy por hoy que han decidido dar un escarmiento al abogado Fabián. Le van a matar, si, eso que oyen.
¿Cómo una persona, un ser humano, puede dar la espalda a todos, como lo está haciendo Teodoro Obiang Nguema y decide sembrar sufrimiento y dolor en muchos hogares guineanos? Estamos a tiempo de salvar a Fabián, estamos a tiempo de contener un asesinato, estamos a tiempo de parar otra locura. La voz de Fabián Nsue, en las antenas de Radio Exterior de España ayer día 21 de noviembre 2012, lo dice todo; llama angustiosa y desesperadamente a la solidaridad. ¡qué quieren que os diga, no todos los días escuchamos que alguien predice su muerte a manos de sus gobernantes!
Se trata, como pueden imaginar, no sólo de defender una vida, sino de salvaguardar las trágicas consecuencias de una viuda, unos hijos y un pueblo que dentro de un tiempo, quién sabe, quedará sin su hombre valiente capaz de detener ejecuciones, desvelar asesinatos, denunciar detenciones arbitrarias. La intención, mostrada, tras la denuncia de Fabián Nsue consiste que dediquemos esfuerzos ímprobos, fijar nuestras energías en la defensa de la Vida de Fabián Nsue . Es muy injusto que, los guineanos, sigamos mirando para otro lado, que sigamos esperando que nos toque, y no poder liderar la repulsa de dolor ajeno. No busquemos equidistancias, aquí no las hay. Un hermano nuestro va a morir, su presidente le va matar y lo denuncia. De eso se trata. No lo dice Crispin. Ese gobierno no ha desmentido nada, no ha sido capaz de decir que no, pero su silencio otorga. No vamos a ceder espacios a los que sólo saben matar.
Llamada a la unidad a los políticos de la oposición, recordarles que no valen las componendas, que la réplica natural de los que matan es el rechazo, la denuncia. La única vía y el único camino para combatir a la dictadura es a través de un camino irreversible de denuncia, acoso y la derrota. La dictadura se combate con vigor y contundencias y no expresando falas alegrías de cursis que cada vez que la dictadura quiere hacer ver que su ensayo avanza, se le aplaude. Esa derrota no llegará desde un actitud complaciente, sino desde la unidad, y contundencia de todos aquellos que han sentido el latigazo de la dictadura, el lacerante escozor de la injusticia de la dictadura. Hay que apoyar este reclamo de Fabián Nsue. Todos, en este momento, debemos estar con él. Ni estamos contra el ministro A, ni el Comisario X: simplemente a favor de la justicia, de la vida y de un futuro en el que podamos andar sin la muerte pisando nuestros talones.
Fuente: opinion