En Guinea Ecuatorial ventosea, ese viento de reparto de lágrimas, de búsqueda de consuelo y de auxilio, ese viento tan propio nuestro que cada día zarandea nuestra democracia y nuestra independencia cultural, y las esperanzas de quienes trabajan a destajo todo un mes y descansan un año.
No es, vengo a decir, ese viento que anhelan los Sirios, que ha destronado imperios dictatoriales de Egipto, Libia y otros; se trata, más bien, de este viento de los domingos democráticos guineanos de partidos políticos, coaliciones, asociaciones; un viento aburrido que te pone muy perdido.
Uno de estos viento es la Coalición CEIBA que aboga por el federalismo en Guinea Ecuatorial. Las letras de esta propuesta de Coalición CEIBA suenan bien, parecen sensatas, incluso imaginativas y tienen peso en su valoración conjunta de sus creadores. Pero si hacemos su lectura política, encontramos que están contaminadas del nacionalismo separatista español, que poco nos puede aportar en un escenario sociocultural que poco o nada tiene que ver con el de sus monitores. Por que no basta sólo formar Coaliciones, vale también aportar iniciativas que hagan ver a los guineanos, no necesariamente políticos sino algunos que saben leer y escribir, que no son sólo perros de presa del Colonialismo Español en su peor versión, dicho ello con todo respeto. Y no sólo eso, sino indicar a ciudadanos referidos que los guineanos han superado la mayoría de edad y puedan hundir sus razones en sus propias raíces culturales.
Permítanme poner aquí las proféticas palabras del Monseñor Rafael: “La emancipación de un país requiere que se tenga idea exacta del término independencia, es principio de un camino difícil y arduo que exige el esfuerzo de todos. La independencia consiste en que un país pueda resolver por si mismo sus propios problemas, establecer su propia constitución, adaptándola a las necesidades y al espíritu de sus habitantes, tener su propio gobierno, su fuerza armada, su autonomía económica y financiera. La independencia de un país seria negativa, estéril y abocada al fracaso, si no llevara consigo la toma de responsabilidad para servir realmente al país”.
No quiero que esto parezca que aquellos que ya han embarcado en su empresa del seguidismo Español, no lo hagan, sino más bien poner en el tapete aquellos riesgos caídos que han distracto a los guineanos a lograr una Independencia de España y afianzarse en el camino de la democracia durante mucho tiempo.
Desafíos que muchos, como se ve, nunca han logrado sacudirse. Hace 44 años que firmaron en el escenario español y otro guineano las claves de la independencia de Guinea Ecuatorial, mal entendida o no, sigue habiendo ese esfuerzo del mínimos común denominador de “COPIAR Y PEGAR” de todo lo que en España se hace. Y los mismos años que la dictadura nos ha acechado.
Cuarenta y Cuatro años después, los guineanos, no hemos curado todo ese sarampión del repetidísimo español, que ha progresado técnicamente dentro del ADN guineano, en todo: en política, en religión, en lo social. Dejando un completado paisaje de lavado de cerebro.
Una buena pregunta sería ¿Por qué nos dejamos llevar tan fácil y tan rendidamente a este lavado de cerebro? Es una pregunta que todas sus respuestas nos llevan a subrayar un comportamiento desconcertante en los responsables políticos mentados que nuestro Arzobispo Rafael Mª Nze Abuy vaticinó “Algunos países africanos, me refiero al África negra especialmente, han concebido y estructurado su independencia al margen de los moldes sociológicos de sus propios países. Aceptaron sin más, ni más las leyes constituciones de los organizadores, hechas según las realidades sociales europeas, parte por la premura del tiempo y parte por evitar la ardua tarea de adaptación”.
¿Sería esa la media que manejan esas Coaliciones y partidos políticos a fines? Si es así estamos ante una grave pérdida de identidad cultural. Nos vemos antes dos desafíos: la dictadura con su pérdida de valores y el federalismo con su lavado de cerebro. Llagamos a la conclusión de que Guinea Ecuatorial no ha llegado a mayoría de edad. Estamos todavía en la era del adopcionismo. En la que algunos africanos adoptan los modelos europeos sin preocuparse nada por estudiar y examinar a fondo la verdadera situación de sus países, para hacer Partidos Políticos, Coaliciones o Asociaciones que respondieran a las realidades de sus respectivas naciones.
Monseñor Mª Nze Abuy recuerda que “las estructuras de una constitución ( en estos caso Partidos Políticos y Coaliciones) no deben ser una simple copia o acomodación de los artículos de los diversos estados, sino que se ha de elaborar según las realidades espirituales y materiales, sociológicas, políticas y económicas del país, con apertura a las normas de la comunidad internacional”.
Pero asistimos una y otra vez, que esto nunca ha sido así. ¿Cuál es el problema? El problema consiste en estos caminos de asombro que vienen abarrotados en estos tiempos, casi tanto como aquellos que llevan a la desolación. Caminos de un Estado Federal en Guinea Ecuatorial. Un presupuesto sin pies ni cabeza. Pero allí están para transitar en esa vereda del camino español que tan poco frutos les está proporcionando.
El sólido argumento que brindan estos inspirados es que Guinea sea una conglomeración de Pueblos, en otras palabras, un sistema político en el cual las funciones del gobierno están repartidas entre un poder central y un grupo de estados asociados. Sera bueno que alguien en su sano juicio, vaya a la provincia de Litoral (estado Federal de los Ndowe’s) y que separa con un bisturí la línea que los separa de los Fang (del estado Federal de los Fang de Litoral). Una pena. De eso se convoca CEIBA en su día 6 de diciembre 2012. No pasaría de ser una de las habituales, si no encerrara un profundo seguidismo del nacionalismo Catalán y Vasco.
Si según parece tienen bien estudiado las aspiraciones de las autonómicas españolas; poco me consta que hayan hecho lo mismo con la realidad guineana fuera de las claves de la dictadura. ¿Cómo personas de probada formación, caso de José Luis Nvumba, se entregan con pies y manos a un seguidismo sistémico español? ¿Cuál fiebre de destajo impide profundizar en la elaboración según las realidades espirituales y materiales, sociológicas, políticas y económicas de Guinea Ecuatorial? Que no tienen nada en común con España.
Desgraciadamente, opino que estos capítulos no son para Guinea Ecuatorial, ni para lo que Guinea tiene en las manos. Por que esta aceitosa teoría política firmada en Barcelona tutelada por el nacionalismo español, es fiel de una balanza en la que se contrapone la dictadura y la separación.
El federalismo guineano, en su corta existencia, demuestra unas dotes extraordinarias para situarse fuera de la realidad guineana. No es eso lo que interesa a muchos para que se haga causa común. No queremos bloques que acomoda a las políticas de Cataluña ni de País Vasco, respetables en su contexto. Por desgracia, el lamentable asunto de la dictadura y el exilio que sufren muchos, no ha de solucionarse con esa eficacia de un federalismo sin contexto. Lo saben incluso los que promueven este tipo de Coaliciones que su planteamiento habrá de llegar después de muchos años de democracia, de conocimiento de la realidad guineana, su idiosincrasia, sus creencias. Aunque en mi opinión, no gozan de ningún lugar en Guinea Ecuatorial.
No obstante, los que confeccionan estas Coaliciones, deben asumir que los que no estamos de acuerdo con este asunto, y vemos claramente que adolece del seguidismo español, en su versión más desagradable, evitaremos dramas como los que han llevado a España a sendos caminos del terrorismo. Estamos obligados a luchar contra la dictadura, contra la injusticia, contra usurpación, pero también obligado a controlar y dar toque de atención a cualquier posibles desmanes políticos de contrapartida, de censurar las medidas en función de acciones que amenazan los sustratos básicos de nuestra Nación.
Fuente: propia