El Juez desestima parcialmente la demanda contra Teodorín por el avión Gulf Stream
24 abril 2013.-
Un tribunal de Washington ha desestimado de forma parcial, la demanda interpuesta por el fiscal contra Teodoro Nguema Obiang Mangue, Teodorín. La desestimación añade que se hace sin perjuicio de que pueda presentar una nueva demanda más argumentada. Es decir que es una forma para que fiscal mejore la primera demanda, ya que con la actual es poco probable que prospere. Esta modalidad no existe en la práctica procesal española, que es la herededa por Guinea Ecuatorial.
La demanda se hizo para confiscar judicialmente un avión, un reactor de lujo de dos motores que tiene una autonomia de 11 mil kilómetros. El fiscal pide su confiscación porque el avión se compró con dinero de Guinea y se hizo de manera fraudulenta.
Igual que pasó en el caso de la demanda puesta por la mansión de Malibu, en California, donde también hubo un rechazo inicial del juez, se espera que esta vez la demanda se perfeccione y sea admitida finalmente a trámite.
La familia directa del dictador Obiang utiliza actualmente 4 aviones comprados con dinero público pero que son de hecho de su propiedad: un falcon 50 con matrícula 3C-LGE, utilizada por Constancia, un jet de negocios Falcon 900 con matricula 3C-ONM (Obiang Nguema Mbasogo) que fue el primer avión que utilizaba Obiang Nguema y usa ahora su hijo, un avión grande B737 de lujo que es el actualmente usado por Obiang, salvo cuando sale fuera de Africa, en cuyo caso usa el B777 de Ceiba, y el Gulfstream V que se compró Teodorin con dinero del Estado y de manera fraudulenta.
Para conocer las maniobras de Teodorín para poder hacerse con este avión y que ha motivado la demanda del fiscal norteamericano, transcribimos un artículo del canario Txema Santana.
Informe elaborado por Guinguibali en el año 2010
TXEMA SANTANA
Las Palmas de Gran Canaria | 23/04/2010
Teodorín Nguema Obiang intentó comprar en Estados Unidos un jet privado, de la marca Gulfstream, pero le fue imposible. La solución: matricularlo en las Islas Caimán. Después de comprado, entre marzo de 2007 y noviembre de 2009, hace menos de medio año, entró y salió de EEUU con su jet al menos en 35 ocasiones.
Ebony Shine International es el nombre de la empresa fantasma que utilizó Teodorín Nguema Obiang para comprar un jet privado a través de una transferencia de 38,5 millones de dólares. Para llegar a este punto, Nguema tuvo que recurrir a varias agencias debido a que algunas pusieron dificultades. Fueron apartadas y listo.
McAfee&Taft averiguó que detrás de la compra que estaba negociando se encontraba Teodoro Nguema Obiang y decidió, en base a la Patriot Act, descartar trabajar para esta persona por la dudosa procedencia de sus fondos, pero entonces, IATS, una empresa competidora, aceptó el reto de maquillarlo todo. Finalmente, la gestión se hizo vía Londres y con el jet registrado en las Islas Caimán, pero en la actualidad el aparato, que no se podía comprar bajo la legislación americana, entra y sale de los Estados Unidos y vuela por todo el mundo. Los vuelos analizados entre marzo de 2007 y noviembre de 2009 procedían de Bermudas, Brasil, República Dominicana, Dubai, Francia y Suiza. Nguema Obiang no ha justificado si se tratan de viajes de trabajo o puro placer a bordo de un jet privado que le costó 38 millones de dólares al hombre que sólo ganaba 5.000 dólares al mes segun su propia declaración.
La compra del jet privado de Teodorín se remonta a 2005. En febrero de este año, el hijo del presidente de Guinea Ecuatorial contrata un bufete de abogados americano para que le ayuden a gestionar la compra de un avión de Gulfstream. Nguema en “algún momento”, según fuentes de la investigación, envió una transferencia de 21 millones de dólares a una cuenta asociada con la empresa de aeronaves. Posteriormente, Gulfstream devolvería el dinero al bufete de abogados que trabajaba para Nguema. Los 21 millones permanecieron en las cuentas de Sidley Austin, nombre del bufete de abogados, durante cuatro meses.
Sidley Austin realizó varias transferencias de estos fondos bajo órdenes de Teodorín, para posteriormente enviar la cantidad restante, unos 19,5 millones de dólares, hacia Guinea Ecuatorial. Por este trámite, Sidley Austin se quedó con 366.000 dólares. La jugada le había salido mal a Nguema y tenía que cambiar de estrategia.
Sólo pasaron dos meses hasta que Nguema Obiang lo volvió a intentar. Esta vez no iría directamente a un fabricante, sino que se dirigiría a alguien que ya tuviese entre sus propiedades un jet como el que él quería. El 23 de febrero de 2006, Ebony Shine International, una empresa fantasma registrada en British Virgin Islands, presentó en nombre de Nguema Obiang una oferta de compra a Blue Sapphire Service, otra empresa de las mismas características registradas en las mismas islas, por un avión Gulfstream V.
Blue Sapphire se formó en su día únicamente para poder comprar el avión que ahora quería Nguema Obiang. Durante la negociación, según la investigación, el avión estaba localizado físicamente en Singapur, aunque mantenía su registro en Oklahoma. La ley americana exige que un avión registrado en Estados Unidos tenga un propietario que también esté registrado en EEUU, por lo que Blue Sapphire contrató a Wells Fargo Bank como propietario registrado del avión. Entonces, el Gulfstream cumplía los requisitos que Obiang deseaba. Su nuevo capricho ya estaba más cerca.
No iba a ser tan sencillo como pensaba Nguema, que seguía la operación muy de cerca, a pesar de estar siempre representado y en escasas ocasiones tomar partida en las mismas. La oferta de compra presentada por el hijo del presidente de Guinea Ecuatorial fue de 38,5 millones de dólares. Se abonaría en tres pagos. Uno de 4,7 millones, otro de 10,3 millones y finalmente uno de 23,5 millones. El primero se ejecutó en el momento de la oferta, el segundo en el momento de la inspección previa del avión y el tercero durante la recepción.
IATS fue la empresa seleccionada por Nguema para actuar como intermediario. El 27 de febrero de 2006, un correo electrónico procedente de IATS llegó al representante de Nguema Obiang, confirmando que habían recibido un primer depósito de 3,9 millones de dólares en una cuenta del banco UBS de Londres. La siguiente operación era transferirlo al agente del vendedor, que era McAfee&Taft, con cuenta en Oklahoma, Estados Unidos.
Saltaron las alarmas...y no del avión
En un correo electrónico enviado bajo mandato de Obiang, su representante pedía a McAfee&Taft lo siguiente: “El futuro propietario de este avión es de origen africano, y por lo tanto le resulta más complicado realizar una transferencia bancaria a los Estados Unidos en lugar de Europa o Asia. Actualmente, posee una cuenta en el banco UBS de Londres. ¿Sería posible que gestionasen esta cuenta para proseguir con esta negociación y garantizar el interés de nuestro representado?”.
McAfee&Taft, que era la empresa seleccionada por el vendedor, se resistió a hacer las trampas que pedía Nguema Obiang. Incluso, el vendedor insistió en que no cambiaría de empresa y que la única solución era “transferir los fondos desde África a Londres y allí ya negociaríamos con UBS”.
Pasaron varios meses con este tira y afloja. El representante de Nguema Obiang, por órdenes suyas, a sabiendas de la Ley americana, insistía vía email en que su “cliente es de origen africano, y por tanto le resulta complicado realizar una transferencia bancaria a Estados Unidos. Se paciente”.
Cansados de tantas idas y venidas, McAfee&Taft envió un correo electrónico al representante de Nguema Obiang en el que le pedía información sobre su cliente y los fondos que iba a utilizar. La respuesta fue una escueta transferencia de 4,7 millones de dólares a su cuenta corriente. Nuevamente, desde McAfee&Taft solicitaron diligencia en responder la información que habían solicitado, para saber si seguían adelante con la operación. Pero el representante de Nguema Obiang volvió a ignorar este requerimiento y transfirió otros 10,3 millones de dólares en apenas 3 días (entre el 4 y el 7 de abril). Sólo hablaban el lenguaje del dinero. Esta vez, además, el dinero procedía directamente de África, de Guinea Ecuatorial, previo paso por Wachovia Bank, una institución financiera que también habilitó a Nguema para la compra de su mansión en Malibú.
El día del último ingreso, el 7 de abril de 2006, la secretaria del representante de Nguema Obiang escribió un email al abogado del aún propietario del jet privado. Reconocía en el correo electrónico que dada las “dificultades surgidas para poder hacer la compra” el señor Nguema Obiang había decidido realizar el registro del avión en las Islas Caimán o Bermuda, en lugar de Estados Unidos.
McAfee&Tats, a pesar de que su cliente aceptó este movimiento de ficha de Nguema Obiang, insistía en que si una semana después no estaba sobre la mesa la información que había solicitado, se retiraría de la venta. Cinco días después, no habiendo recibido nada, devolvió el dinero y se retiró de la operación, entendiendo que no se cumplían las leyes de Estados Unidos. Entonces, apareció otra empresa americana dispuesta a hacer todo lo que hiciera falta sin mayor problema: La IATS.
El 20 de abril, apenas pasaron días entre tanto movimiento, la secretaria de Nguema pide a la IATS que abra una cuenta corriente a nombre de “Blue Sapphire (NGUEMA)”, según consta en el registro que se ha realizado.
El 5 de mayo de 2006 el vendedor, cansado de un cliente tan sospechoso en sus movimientos, pidió que se agilizara la venta. Nguema, cuatro días después, ingresó 10,3 millones de dólares en tres transferencias bancarias. Cada transferencia se hizo de una cuenta distinta pero todas a nombres de Nguema Obiang, también conocido como Teodorín. El dinero volaba de Guinea Ecuatorial a Londres.
Al día siguiente, el 10 de mayo, hizo otra transferencia de más de cinco millones de dólares. Y al día siguiente otra de más de dos millones. En ese momento ya había pagado más de 15 millones por su jet privado.
El dinero procedente Guinea Ecuatorial, cuyos habitantes tienen un nivel de vida muy inferior a lo que sus materias primas podría ofrecer, viajó de la siguiente forma. Entre mayo y junió transfirió fondos desde Guinea Ecuatorial a Londres por un valor de más de 38 millones de dólares. Justo cuando cumplió la cantidad acordada, entre el 29 y el 30 de junio el UBS de Londres transfirió a Estados Unidos vía Hong Kong y Singapur la misma cantidad. Se había gestado la compra más difícil realizada hasta el momento por Nguema Obiang. Se había doctorado como economista.
Una vez hecha la compra, había que ir a por el avión. Para ello, necesitaban un permiso de vuelo. El avión voló de Singapur a Basilea, Suiza. El registro se hizo finalmente en las Islas Caimán, para evitar las leyes americanas. Sin embargo, a pesar de que sus leyes cuestionan este tipo de compra-ventas, el avión de Nguema Obiang ha entrado y salido de Estados Unidos en 35 ocasiones en tan sólo dos años.
Fuente: propia y agencias