El anuncio del próximo viaje privado de Clemente Engonga Nguema Onguene a España, el primero que realiza al extranjero desde que se publicara la implicación de su hijo Rubén Clemente en el fallido golpe de estado del 24 D, plantea numerosos interrogantes en un momento en que se alarga la lista de los gerifaltes y ex gerifaltes desautorizados a viajar al extranjero por orden verbal del dictador. Cuanto más que Ruben Clemente, ideólogo y fundador del MLGE 3R, se salvó misteriosamente de ser secuestrado con sus compañeros en Juba, Sudan del sur. Habiéndose especulado desde entonces acerca de un posible acuerdo entre los Nguema Onguene y la primera dama (escenificado mediante el patético manifiesto leído por Clemente Engonga en la televisión el 30 de diciembre de 2018, mediante el cual se desolidarazaba de su hijo y reafirmaba su “inquebrantable lealtad y fidelidad al dictador, antes, ahora y siempre”).

Desde dicha consideración, el encuentro entre Clemente y su hijo Ruben Clemente, a desarrollarse bajo supervisión de la seguridad dictatorial, versará seguramente sobre la finalización de una estrategia para propiciar el regreso de ese último a Guinea al objeto de su reinserción política (pasaría a ostentar el cargo de presidente de la corte suprema al que fue promovido una semana antes de revelarse su implicación en el fallido golpe de estado), a cambio de trocar información (veraz o imaginaria) sobre las demás personas implicadas en la citada trama golpista, y sobre otras consideradas desafines (a ser designadas por la primera dama y por TNO) al objeto de justificar su encarcelamiento o su confinamiento político. Toda vez que en el juicio seguido contra los presuntos autores de la referida trama golpista, no pudo acreditarse, más allá de toda duda razonable, la implicación de algunas de las personalidades imputadas por los presuntos delitos de traición, rebelión contra el jefe de Estado, tenencia y depósito de armas y municiones y financiación del terrorismo.

En efecto, y si bien se sostiene en autos que los prófugos Rubén-Clemente Nguema Engonga, Salomón Abeso Ndong, Martín Obiang Ondo y Bienvenido Ndong Ondo (esos dos últimos encarcelados en Oveng Asem desde que fueron secuestrados en Juba) reclutaron mercenarios para asesinar al dictador, no pudo acreditarse sin embargo la implicación en dicha trama de algunos de los miembros del ejército procesados en la causa, tales como Enrique Nsue Anguesomo (entonces embajador de guinea ecuatorial en Chad), Julián Ondo Nkum (ex diector de la seguridad presidencial), y Desiderio Ondo Ndong Nchama (Tte. coronel y director de la academia emigo). Habiendo resultado en todo caso su imputación de confesiones prestadas bajo tortura (por tanto sin validez o eficacia probatoria), conforme obra en autos.

Por ende, numerosas otras personalidades públicas estigmatizadas por su pretendida implicación en la descrita trama golpista tampoco fueron ni imputadas ni procesadas en la causa, ante la inexistencia de pruebas incriminatorias que lo corroborasen (tales como Teresa Efua Asangono, Marcelino Nguema Onguene, Alejandro Evuna Owono, Nicolas Obama Nchama, Filemón Ndong Molo, Juan Antonio Bibang Nchuchuma, Jerónimo Osa Osa, etc). Si bien, al fin de depuración del entorno reacio a la primera dama y a TNO, se pretenda ahora acreditar la participación de algunos de ellos mediante falsos testimonios arrebatados a los secuestrados y torturados de Oveng Asem. Así lo demuestran varios comentarios amenazantes difundidos en las redes sociales por personas cercanas a Isaac Nguema Ondo, torturador en jefe de Oveng Asem desde que sus jefes inmediatos Filemon Ndong Molo y Nicolas Obama Nchama fueran sospechados por el dictador de estar vinculados con la citada trama golpista. 

Recuérdese a tal efecto que durante el transcurso del juicio celebrado en la referida causa, TNO ya mantuvo sendas reuniones secretas con algunos procesados, al objeto de ofrecerles la liberación a cambio de implicar en la tentativa de Golpe de Estado a determinadas personalidades desvinculadas de la misma (Ricardo Mangue Nfubea, Guillermo Nguema Ela, Nathan Micha, etc), cuya relación fue previamente consignada en una lista negra. A dichas reuniones asistieron los generales designados para dirigir el juicio de Ngolo, el almirante Francisco Javier Nso, el general de aviación Francisco Asumu Obama, y el general de policía Vicente Mba Asumu.

En este confuso panorama, las acusaciones entre facciones opuestas son mutuas y recíprocas. Es así como los investigadores de Armengol Ondo Nguema apuntan a TNO y a la primera dama como los principales beneficiarios del golpe de estado, protegiendo así a sus sobrinos Constantino Obiang Mba Angue (alias Eta), a Baltasar Ebang Engonga Avomo (alías Bello), y a Elías Ondo Edjo, interrogados todos durante la fase sumarial por razón de sus reconocidos vínculos con la firma euromarfil, Ruben Clemente, Martín Obiang Ondo, Bienvenido Ndong Ondo y con Enrique Nsue Anguesomo. Mientras tanto, la primera dama y TNO tratan de desviar la atención del dictador utilizando al torturador Isaac Nguema Ondo para orientar las investigaciones hacía personas pertenecientes a facciones enemigas o hacía terceras personas desvinculadas de la trama mafiosa y golpista (consideradas, conforme exponemos, incomodas para sus futuras pretensiones). Recuérdese a tal efecto que la misma primera dama fue presentida de estar implicada en la trama golpista y de mantener un acuerdo secreto con el partido CI de Gabriel Nze Obiang (su amante desde hace años) y con los hermanos Nguema Onguene (en virtud de un lejano parentesco) en virtud del cual éstos apoyarían su candidatura para asumir el relevo de su marido en la presidencia de la república. Función que ejerce de facto desde hace tiempo ante la agravada senilidad de su marido y de la incapacidad manifiesta de su hijo y sucesor in pectore TNO.    

No obstante y sin perjuicio de las divagaciones de unos y de otros, constituye una hipótesis plausible que el fallido golpe de estado fue promovido por y a favor de los hermanos Nguema Onguene, los cuales ostentan entonces (merced a una red tentacular de relaciones) el control absoluto de las instituciones indispensables para conferir legitimidad al repetido golpe de estado militar, y gozan además de la confianza de la primera dama, a través de la cual controlan los nombramientos otorgados en los cargos más relevantes del Estado. Respondiendo a dicha lógica la designación de Teresa Efua Asangono al cargo de presidenta del senado (adepta y amante de Marcelino Nguema Onguene), del mismo Marcelino Nguema Onguene al cargo de defensor del pueblo (una vitrina política desde la que viene realizando una solapada campaña para valorizar su imagen ante la población), de Fermin Nguema Esono al cargo de presidente del tribunal constitucional (primo de los Nguema Onguene y sucesor del sobrino de éstos, Salvador Ondo Ncum), de David Nguema Obiang (propuesto por el partido CI) al cargo de presidente de la corte suprema de justicia en sustitución de Juan Carlos Ondo Angue , de los innumerables miembros del clan de mongomeyen a los puestos más importantes,  de los gobernadores y delegados de gobierno, y de los responsables del ejército y de seguridad (a través de Nicolas Obama Nchama y de algunos generales afines).

Tal es así que en su fase operativa, el ministro de seguridad Nicolás Obama Nchama y el director general de seguridad presidencial Filemon Ndong Molo (afines al referido grupo de apoyo a los Nguema Onguene, del que forman parte también numerosas otras personalidades como Jeronimo Osa Osa y Milagrosa Obono Angüe), arropados por los mercenarios y por altos mandos del ejército y de los cuerpos de seguridad,se encargarían de detener al dictador. Habiéndose previsto que en caso de repliegue inopinado, ambos se apresurarían a organizar (con la ayuda de los gobernadores y delegados de gobierno) la exfiltración de los cerebros de la trama y a dirigir las investigaciones contra simples ejecutantes, protegiendo de ese modo los detalles operativos y la identidad de sus promotores (escenario que se llevó a efecto en el caso de Ruben Clemente, Martín y Ricky, cuya fuga fue facilitada por la misma seguridad del dictador).   

Tras la descrita fase operativa, el presidente del Tribunal Constitucional, Salvador Ondo Ncum (allegado a los Nguema Onguene a través de su tío padre Severo Moto Nsa, de misma tribu y familia que los Nguema Onguene), declararía la doble vacancia de la presidencia y de la vicepresidencia de la República, designando presidenta interina a la presidenta del senado Teresa Efua Asangon (segunda esposa oficiosa de Marcelino Nguema Onguene), cuya implicación en la trama consta a través de sendas aportaciones de negocio a favor de la firma financiadora euromarfil (en relación a unas suntuosas obras de construcción concedidas a euromarfil por el mismo dictador a petición de Teresa Efua Asangono).

Dando paso a la fase de legitimación política, el secretario general del PDGE, Jerónimo Osa Osa Ecoro (reconocido financiador de la trama al igual que la tesorera Milagrosa Obono Angüe), simularía un congreso previamente manipulado por Clemente Engonga y los grupos afines al clan de Mongomeyen, al objeto de designar a Marcelino Nguema Onguene candidato del PDGE para las elecciones presidenciales que se organizarían consecutivamente. Clemente pondría así a disposición de su hermano el saber hacer en materia de fraude electoral que le fue inculcado por el mismo dictador. Recuérdese que en la fecha escogida para la materialización del plan, Clemente Engonga es todavía el responsable de la designación de todos los gobernadores y delegados de gobierno, responsables políticos de la organización de los comicios electorales. En tal sentido, la designación de Amado Nguema Owono (hermano de Marcelino Owono Edu) responde a la importancia de dicha jurisdicción para la ejecución del plan (Ebebiyin sería la puerta de entrada de los mercenarios). Asimismo, revisten importancia estratégica la cooptación de los delegados de gobierno de los distritos escogidos para la eventual exfiltración de los ejecutantes de la trama (tal es el caso de Kogo en relación a Cocobeach).

En definitiva, la designación de Marcelino Nguema Onguene como presidente de la república no sería sino una mera formalidad, merced a la implicación de los representantes de todas las instituciones del Estado a su causa. Por ende, su permanencia en las funciones de defensor del pueblo le habría granjeado para entonces una imagen majestuosa de líder y protector de la nación, en realidad a las antípodas del cinismo y maquiavelismo que le caracterizan.

En efecto, Nguema Onguene es convicto de la ideología comunista que adquirió durante su formación en la antigua URSS, y sus opiniones políticas revelan por tanto un anti-occidentalismo y un anticapitalismo trasnochados. Se aprovechó de la estrategia de aislamiento del distrito de Mongomo (implementada defensivamente por el dictador tras su accesión al poder) para dirigir numerosos departamentos ministeriales y contribuir en la conformación de las élites políticas y administrativas de nuestro país (integradas por tanto de una mayoría de comunistas y nostálgicos de los komsomol, oriundos todos de su poblado materno Nsok Nsomo y del contorno de Mongomeyen).

Nguema Onguene es asimismo propenso a una crítica acerba de la corrupción institucionalizada por el vigente régimen autocrático. Sin embargo es menos locuaz sobre el origen de su inmensa fortuna y sobre la de su hermano Clemente el eterno falsificador de los resultados electorales (ambas comparables a la de la familia del dictador), constituidas esencialmente, para uno, mediante la sustracción de los recursos del INSESO del que ha sido el eterno presidente del consejo de administración, y para el otro de los fondos afectados al ministerio del interior y a la junta electoral nacional. 

Sin perjuicio de lo anterior, y pese a ser plausible la proyectada estrategia de legitimación política del golpe de estado fallido, sin embargo, su ejecución requería el concurso de las fuerzas armadas y de seguridad, cuya misión es perpetuar sus propios privilegios a través de la dictadura, aun cuando lo mismo suponga deponer al dictador a favor de su hijo o de su esposa. En fe de lo cual, el fallido golpe de estado del 24-D no constituye sino una intriga de palacio, al ser TNO y su madre los únicos beneficiarios del mismo.