El candidato a presidente, fundador de organizaciones criminales, el padrino de  la mafia que controla Guinea, está desahuciado moral y fisicamente. Para frenar lo inevitable, han mandado buscar a los curanderos bayeles que todavía quedan en el sur de Camerun, para que con sus artes reavivan al impostor. Se les ha prometido viajar en avión y pernoctar en los mejores hoteles de Duala. Y se han apuntado cientos de ellos que en tropel llegaron a Duala. Ahí tuvieron que ser filtrados para embarcar solo a los que el desenladrillador tuvo a bien asignar como buenos conocedores de artes curativas, ignoramos en base  a qué criterios.

Los demás se quedaron en los grandes hoteles de Duala, esperando la vuelta de los que se fueron. Bebiendo y comiendo y con "les grandes filles de Douala". Todo a costa, faltaría más, del erario público de la Guinea dictatorial.

Los que se fueron en el B738 fueron a practicar sus artes curativas a Malabo. Cosa nunca vista. Porque los bayele siempre permanecen en su floresta y allá van a verlos los ministros, cantantes, futbolistas y diputados de la Cemac. Porque eso de la curanderia bayeliense debe hacerse siempre según ritos que tienen en el bosque su aliado, su biotopo.

Y por eso colegimos que todo lo que hubieran podido hacer a Mefistófeles Mabuse, alias Obiang Nguema, no tendría efecto, su dolencia seguirá desde ahora sempiterna. Las plantas con la que asperger al tirano malucho deberían ser elegidas por cada curandero siguiendo una ecuación que tuviera en cuenta los muchos y diversos males que le atormentan. Y esas plantas, una vez definidas tras explorar al paciente-dictador, deben ser buscadas por el curandero al alba, cuando los rayos del sol vagamente iluminan la floresta pero no la apuntan directamente. La práctica no podía ser realizable en las circunstancias en que se encontraban, en el palacio de Malabo.

Los que estuvieron cerca del rito curanderil, dicen que viéndole en tan mal trance al tirano, le prescribieron lo único que podía ayudarle: debía sacrificar a seres humanos, tantos como pecados cometidos, o sea, a la humanidad entera.  Y eso antes del congreso de su partido que ha planeado realizar en esta luna llena. A Obiang tal sacrificio le pareció gigantesco e imposible para él de ser cumplido. Los pigmeos le replicaron que con cien sería suficiente, pero deberían ser de gente de sangre caliente.
Obiang les dijo que sus colaboradores no le dan datos sobre el tipo de sangre que tienen sus súbditos. "Son los que se hallan al otro lado del rio Ntem, en tu zona" dijeron los curanderos. "Los de Kie-Ntem", aclaró mamá Constancia.

El círculo interior del tirano, para hacer efectiva la curación de su amo, planeó la maniobra. Quedaron que debían invitar a mucha gente de la zona llamada Kie-Ntem al congreso del gran partido de masas, del que Obiang era el fundador, además de árbitro y moderador de la paz reinante. Así se planeó y así se hizo.
Y los pigmeos volvieron en el Boeing. Era la segunda vez que volaban en un pájaro metálico, de dia. De noche lo hacen con los huesos de los muertos convertidos en aeronaves intercontinentales.

La presencia de los de sangre caliente era imprescindible. En el congreso comerían y beberían y así, emponzoñados, serían inmolados en el altar de Mefistófeles.

Y yo vengo cual vigil a contar lo que supe de este acontecer. Me han dicho que diga que nadie de los de sangre caliente, sea de Kie-Ntem o de ninguna parte, vaya al congreso mortal. Y que si son forzados y van, que no beban y si beben, que no coman. Como es dificil para muchos guineanos del partido de masas que no coman y beban, lo mejor es que NO VAYAN AL CONGRESO.
Quedan advertidos.
Suyo afectuosamente,

Nvo Zang Okenve Mituy       Celestino Okenve Ndo        19-11-2021      Madrid