Hay todavía guineanos que albergan credibilidad e ilusión acerca de la contundencia establecida por el Vicepresidente de la República S.E. Teodoro Nguema Obiang Mangue, hijo del presidente Teodoro Obiang Nguema, para combatir la “mara” guineana de la corrupción.
Así como Nayib Bukele, presidente de la República de El Salvador había empezado por construir una macro cárcel para enjaular a la mara salvatrucha MS13 y la mara Bario 18 MB 18, y lograr por ley que esos delincuentes sean catalogados terroristas para un posterior estado de excepción, detención y encarcelamiento a todos esos criminales; la misma contundencia y seriedad, nos hubiese gustado que el Vicepresidente de Guinea Ecuatorial comenzase por construir una macro cárcel, catalogar como criminales y terroristas a todos estos corruptos que gotean la inmensa azotea de la República de Guinea, para una posterior encarcelamiento y confiscación de todos los bienes de esos corruptos mal nacidos, si procediera.
Ya que nos pongamos a plagiar a aquello que funciona bien en otras latitudes, basta que el Vicepresidente de la República, Teodoro Nguema Obiang Mangue haga reales sus intenciones y tome medidas severas y creíbles para estos delincuentes que han condenado a la pobreza a todo un país por sus robos descomunales. Malhechores que han sembrado el pánico en las calles de Malabo y Bata, para el papanatismo de los sectores que han hecho del dinero público un caudal para fomentar la delincuencia estatal. Da la impresión de que la vicepresidencia del gobierno de Guinea Ecuatorial, a quién algunos sectores aplauden por afear la cara a los que nos han estado robando desde siempre, está más preocupada por calmar su indignación en lugar de acabar y limpiar al país realmente de tantos delincuentes.
Robar dinero público en Guinea Ecuatorial, las cosas como son, por muy feo y grave que sea, cuesta bastante barato, especialmente si el delincuente es de PDGE, de Mongomo o de la familia de los que gobiernan. Pero todavía parece más barato si esos delincuentes se mueven con la impunidad de algún paraguas directa o indirectamente de la presidencia y vicepresidencia del gobierno, los cuales pueden saquear ministerios enteros ante la pasividad y la ausencia de leyes, fiscales anticorrupción o jueces que son más delincuentes que los propios delincuentes. Estos que están más preocupados en propiciar estrategias para adquirir comisiones de esos canallas. Ante la blandura del presidente de la República que ha ido nombrando funcionarios a personas con historial delictivo bien atestiguado y justificado y que ha preferido mirar por otro lado cuando los suyos estaban sangrando el país.
El paquete de medidas que el Vicepresidente está realizando va a provocar más de un ridículo. Porque veremos cómo los delincuentes se reirán de los guineanos, seguirán robando los recursos del país para satisfacer sus ambiciones y todo será un corte de humo. La opinión publica guineana pide al Vicepresidente de la República solamente no ser toreada por la mañana y por la tarde ir reforzando la delincuencia de los miembros del gobierno de Guinea Ecuatorial. Si cabe, habría que pedir un estado de excepción para eliminar a esos corruptos de la esfera pública. Un delincuente no puede gestionar bienes públicos. No sólo hay malversación de caudal público en CEIBA INTERCONTINENTAL SA, lo hay en todos los estamentos del país en mayor o en menor grado, pero la hay.
Porque no es normal que, una empresa como GETESA, sus directivos sean insultantemente ricos. Cualquiera preguntaría cuánto cobraría realmente un director, un adjunto de estas empresas al mes; pero no hay que ser un inspector anticorrupción para detectar tantísimas irregularidades de cobros de comisiones en ventas de tarjetas de recarga, un internet de risa, unas oficinas inservibles que sólo sirven para cobrar tarjetas de recargas sin ningún contrato fijo. Alguien preguntaría quién es el que se beneficia de estas recargas de móviles, de un internet que anunciaron a bombo de platillo de su rebaja que sigue siendo de las más caras del mundo. Bueno, robar es un arte, en BANGE se roba, en GEPETROL, en EMPIGE (qué dedicaré un artículo sobre aquellas casas en los Distritos Urbanos, pagados por los ciudadanos, pero que todavía no se quieren adjudicar a los ciudadanos) en GE-PROYECTOS, en EDUCACIÓN, SANIDAD, JUSTICIA y un largo etc.
Hasta ahora todas las miradas se dirigen al Vicepresidente, perejil de todas las salsas y madres de todas las batallas, pero parece que su probada ansia de protagonismo no está siendo muy efectiva en la lucha contra la corrupción como él mismo anunció. Ya sé que los ladrones acumulan experiencias y estrategias para delinquir y cambian los métodos por cada segundo, pero los que ya han sido detectados, ¿cuál ha sido las consecuencias? ¿Han devuelto algún dinero? ¿Han sido juzgados? ¿Hay alguna ley que controla a esos delincuentes? ¿Hay alguna ventana o canal de denuncia ante cualquier indicio de corrupción? No sabemos si hay o habrá, lo que sabemos es que son los mismos perros con distintos collares.
¿Qué opinamos que tiene que hacer el vicepresidente? Investigar a todos, prohibir la cantidad de empresas subcontratadas que los miembros de gobierno y los mismos directores generales acumulan en las mismas empresas que ellos dirigen. Un director de GETESA, con sucursales personales dentro de su propia empresa, Empige con filiales que gestionan los mantenimientos de edificios, y así un largo etc. Todos esos filiales como una auténtica plaga que genera corrupción. Ministros, secretarios generales, directores, directores adjuntos son empresarios en Guinea Ecuatorial. Así nace la piratería que ha arruinado nuestro país y amenaza por liquidarlo por completo. También opinamos que haya que aplicar el viejo dicho “quién la caga, la paga”. Lamentablemente no se puede negociar con los piratas, hay que juzgarlos, condenarlos y confiscar sus bienes o absolverlos si procede. No se puede indultar a nadie sin antes haber sido condenado por los tribunales. La verdad, el pueblo está hastiado de tantos ladrones y no permitirá que esto sea una pesadilla más.
Fuente: REFLEXIÓN
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