XXII CUMBRE FRANCO-AFRICANA
LIBERTAD DE PRENSA

REPORTEROS SIN FRONTERAS DENUNCIA VEINTITRÉS CRIMINALES DE LA LIBERTAD DE PRENSA DURANTE UNA MANIFESTACIÓN EN PARÍS.

Este jueves 20 febrero, sobre las 10h00, veintitrés militantes de Reporteros Sin Fronteras se han concentrado en el Palacio de Congresos de París, donde se desarrolla la XXII cumbre Franco-Africana. Caricaturizando las imágenes de los veintitrés criminales de la libertad de prensa denunciados por la organización, los miembros del equipo han reproducido una pancarta que han titulado : « Libertad de Prensa – 23 criminales en París ». Por otra parte, un montaje fotográfico de los 23 abominables líderes ha sido distribuido a la prensa. Tres camiones publicitarios soportaban los carteles de ocho metros cuadrados colocados en torno al palacio de Congresos para mostrar durante todo el día sus figuras al publico. Es más, para llamar la atención de los transeúntes, unos carteles de (30 x 40) han sido puestos en los alrededores de la Porte Maillot por los militantes de Reporteros Sin Fronteras.


23 CRIMINALES DE LA LIBERTAD DE PRENSA
Burkina Faso: Blaise Compaoré
R. Centroafricana: Ange-Félix Patassé
Costa de Marfil: Laurent Gbagbo
Djibouti: Ismael Omar Guelleh
Eritrea: Isaías Afeworki
Etiopía: Meles Zenawi
Gambia: Yaya Jammeh
Guinea: Lansana Conté
Guinea Ecuatorial: Teodoro Obiang Nguema
Guinea Bissau: Kumba Yala
Liberia: Charles Taylor
Mauritania: Maaouya Ould Taya
R.D. Congo: Joseph Kabila
Rwanda: Paul Kagame
Seychelles: France-Albert René
Sierra Leona: Ahmed Tejan Kabbah
Sudan: Omar al-Bechir
Swazilandia: Maswati III
Chad: Idris Deby
Togo: Gnassingbé Eyadéma
Túnez: Zine el-Abidine Ben Ali
Zimbabwe: Robert Mugabe


La cincuentena de países que participan en la XXII Cumbre de jefes de Estado de África y Francia , del 19 al 21 de febrero de 2003, en París, 23 violan diariamente la libertad de prensa, entre ellos, la Guinea Ecuatorial del dictador Teodoro OBIANG NGUEMA MBASOGO. En sus países, los periodistas siguen siendo asesinados, arrestados, agredidos o amenazados, y los medios de comunicación social están regularmente censurados, cerrados o prohibidos. Las leyes sobre la prensa siguen siendo liberticidas y las autoridades interpretan muy mal las críticas de la prensa independiente o de la oposición. Estos veintitrés jefes de Estado han firmado, sin embargo, múltiples tratados y textos internacionales que garantizan la libertad de expresión.

Reporteros Sin Fronteras demanda de Francia y de los Estados africanos que tengan en cuenta la libertad de prensa a la hora de abordar sus cuestiones en la Cumbre y de usar su influencia hacia los veintitrés países denunciados por la organización a fin de que sea garantizada la libertad de expresión en el conjunto del continente africano. Reporteros Sin Fronteras apela igualmente a los Estados africanos a poner en libertad a los 36 periodistas actualmente encarcelados y detenidos en África.

ERITREA es la mayor prisión del mundo para los periodistas (18 encarcelados). Es la primera vez después de muchos años que un país africano ocupa la primera plaza en ese triste podium. La prensa privada está prohibida en Eritrea desde septiembre de 2001.

La segunda “medalla” de oro es para LIBIA, que bate el record más largo de un periodista encarcelado en el mundo. Abdullah Ali-alSanussi al-Darrnat detenido sin inculpación, ni procesado desde 1973. Su lugar de detención y su estado de salud siguen siendo desconocidos. Las autoridades libias nunca han respondido a las cuestiones de Reporteros Sin Fronteras sobre la suerte que corre este periodista.

Otros profesionales de la prensa están actualmente encarcelados en ETIOPÍA, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO, RWANDA, SIERRA LEONA, TCHAD, TOGO Y TÚNEZ. Algunos han sido condenados a severas penas de prisión y fueron detenidos en condiciones particularmente lamentables.

Por otra parte, en LIBERIA, en 2002, un periodista fue detenido en secreto durante varios meses antes de ser liberado y huir del país. En ZIMBABWE, en 2002, una treintena de profesionales de los medios de comunicación social fueron interrogados por las fuerzas del orden. Los periodistas extranjeros fueron impedidos a circular libremente en el territorio y muchos fueron expulsados. Los corresponsales y enviados especiales de la prensa extranjera también encuentran enormes dificultades para trabajar en COSTA DE MARFIL. Muchos de ellos han sido interrogados después de la tentativa de golpe de Estado de 19 de septiembre de 2002 y las amenazas y agresiones son casi diarias.

La impunidad en los casos de asesinatos de periodistas es una regla en África. La condena a los asesinos de Carlos Cardoso, director de un semanario, en MOZAMBIQUE, no debe hacer olvidar otros tantos casos que permanecen en la impunidad. El proceso de Norbert Zongo, en Burkina Faso, es un ejemplo de esa falta de voluntad de las autoridades políticas y jurídicas de dar luz a este caso.

La censura es una arma utilizada muy regularmente por ciertos Estados africanos para acallar la prensa independiente. En MAURITANIA y en Togo, la prensa ha sido reducida al silencio. Las autoridades usan y abusan de las leyes de prensa para incautar ejemplares de periódicos y cercenar las voces más críticas.

Internet, que es en África un verdadero obstáculo para su acceso, está mucho más sometido y controlado por las autoridades. En Túnez, Zouhair Yahyaoui, fundador y animador de la página web de información TUNeZINE, fue detenido después de junio de 2002 y ha sido condenado a dos años de prisión. El joven hombre, difundió en su web documentos de la oposición, antes de afrontar a represiones del presidente Ben Ali. Fue torturado durante sus interrogatorios.

En muchos países africanos, los periodistas trabajan bajo una fuerte presión, que refuerza la autocensura en el seno de la prensa pública y privada. Es el caso concreto de DJIBOUTI, GAMBIA, GUINEA, GUINEA-BISSAU, REPÚBLICA CENTROAFRICANA, ISLAS SEYCHELLS, SUDAN y SWAZILANDIA. En GUINEA ECUATORIAL, los periodistas han huido del país en el curso de los últimos meses por miedo a represalias.

Finalmente, Reporteros Sin Fronteras recuerda que las violaciones de la prensa no son únicamente patrimonio de los responsables del poder. En muchos países africanos, los grupos rebeldes, las milicias, las organizaciones confesionales o los militantes de la oposición, también arremeten contra los periodistas. Es el caso concreto de la República Democrática del Congo, Costa de Marfil y Nigeria.




Fuente: Reporteros Sin Fronteras

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