Jesús Ndong Bindang, Diplomático e Intelectual guineoecuatoriano, murió el pasado martes, día 8 de Abril. Fue encontrado en la calle con el cráneo fracturado, por una caída que sufriría en la noche de ese día.
Hombre muy apreciadso por todos y capacitado, Jesús había ocupado varios puestos en la Administración actual de Guinea Ecuatorial e impartido clases de Inglés en el Instituto Nacional de Enseñanza Media ”Rey Malabo”. La muerte de Jesus Ndong Bindang supone el trégico epílogo de una vida plagada de desgracias y desencuentros. En honor y por respeto a su nombre, no nos pondremos a comentar lo que fue la vida de Jesús durante los últimos años, que no se debía en nada a razones externas a su propia voluntad y personalidad.
La Administración mantenía a Jesús Ndong Bindang en situación de jubilado, porque, marcado por el alcohol, y a pesar de los intentos que hicieran todos, inlcuido su hermano Donato Ndong Biyogo, cuando estuvo de Director Adjunto del Centro Cultural Hispano-Guineano de Malabo, no se logró su recuperación, más bien, fue hundiéndose cada vez más, llegando, por eso, a perder a su esposa y la custodia de sus hijos con ella.
El aprecio que tanto las autoridades como el pueblo profesaban a Jesús hizo que, en todo momento, la gente estuviera dispuesta a echarle una mano y a ayudarle en lo que pudiera. Era, de hecho, y a pesar de todo, por su activa Militancia en el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, Presidente de la Célula de Base del Partido en su Barrio.
La Comisión Distrital de Seguimiento del PDGE de Niefang, al enterarse del triste acontecimiento, se reunió y, con aportaciones de todos y el apoyo de las instancias, tanto del Gobierno como del PDGE, fueron sufragados todos los gastos para su entierro y un avión fue fletado para llevar el cuerpo a Bata, desde donde fue trasladado a su poblado natal para recibir la santa sepultura.
Todos prefieren recordar a Jesus como avisado diplomático y profesor de Idiomas, así comom la imagen de hombre afable y cordial, inclusop un tanto ingenuo que siempre le acompañó. Aún en los momentos de su inconsciencia, debida a su avanzado estado de alcoholismo, inspiraba simpatía y respeto a todos.
La posibilidad de que alguien le quisiera hacer daño ninguno, no ha pasado, por incoherente, por la cabeza de nadie y Dios Todopoderoso sabe que, salvo el dolor de separarse de una persona querida y apreciada, todos los que vieron en qué se había convertido Jesús, tienen la convicción de que ahora sí que ha encontrado la paz que se merecía tan bella persona.

Malabo, 15 de Abril de 2003

Fuente: Ministerio de Información, Turismo y Cultura

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