H O J A nº 26 / 2003

HECHOS INTOLERABLES EN BLACK BEACH. La nueva situación, iniciada en Black Beach a comienzos de la pasada semana, tiene sus límites. Frente a la promesa inicial de que los prisioneros tendrían el día entero para estar fuera de las celdas, a las que tendrían que volver sólo para dormir, la realidad ha mostrado que este horario es una facultad de los carceleros que parecen manejarlo a su conveniencia. El sábado, día 26, duró de las 12 de la mañana a las 6 de la tarde. El domingo 27, los presos tuvieron las celdas abiertas todo el día pero no pudieron salir de ellas. El lunes se repitió el horario del sábado. Sin embargo, el problema fundamental no es de horarios. En la mañana de ayer un grupo de personas encabezadas por el torturador Julián Ondó Nculu decidió llevar a cabo en Black Beach un acto político. Se presentaron en la cárcel acompañados por cámaras de la televisión guineana (las imágenes que tomaron se han proyectado ya) e hicieron que cada uno de los presos recibiera un ejemplar del libro atribuido al dictador guineano ”Mi vida por mi pueblo”, editado el pasado año por Editions du Jaguar (Como se recordará, este libro fue masivamente repartido en el cumpleaños de 2002 del dictador, en un acto celebrado en Mongomo al que los dirigentes y militantes más destacados del PDGE acudieron con pancartas en las que se exigían las mayores penas para los acusados que en esos mismos días estaban siendo juzgados en el cine Marfil. Los acusados de entonces son los presos de hoy). Llevaban además un televisor en el que se proyectó (”para que ellos también estén enterados”) una grabación del último acto de investidura del dictador celebrado tras las fraudulentas elecciones del 15 de diciembre.

Ante esta situación, nuestra organización quiere decir lo siguiente:

1) Los presos, y en especial los presos políticos, no pueden carecer de derechos. No pueden ser sometidos a sesiones de adoctrinamiento, ni utilizados, al margen de su voluntad, en operaciones de marketing político del poder que (injustamente, además) les ha condenado. Exigimos a la dictadura guineana que respete los derechos de los presos políticos de Black Beach.

2) Desde hace una semana abundan las medias palabras, las insinuaciones, los gestos cargados de intención respecto de los presos políticos de Black Beach. Nosotros hemos exigido desde el 10 de junio de 2002 la inmediata puesta en libertad de todos ellos. Todos deben ser puestos en libertad inmediatamente. Pero queremos precisar más: la puesta en libertad, por parte de la dictadura de Obiang y los suyos, de los presos de Black Beack no será un acto democrático, ni humanitario. Caso de producirse, debería ser la precondición necesaria para que el régimen guineano volviese a mantener relaciones normales con la ”comunidad internacional”. No deberían recibir ningún otro premio por ello.

3) Lamentamos sinceramente la política actual de nuestro país hacia la dictadura guineana. Los acuerdos de hace diez días en Malabo confirman el papel del gobierno español como principal garante del régimen guineano. Al aceptar la presencia de los presos de Black Beack en toda esa operación política, las autoridades españolas deben sentirse aludidas por lo sucedido ayer en el penal guineano.

4) Pedimos a todos los partidos y organizaciones políticas y sociales de nuestro país interesadas en los temas de Guinea que extremen la vigilancia en lo que hace a las relaciones entre el gobierno español y el gobierno guineano. Los pueblos de Guinea siguen viendo en nuestro país un aliado natural en su lucha por la democracia. No deberíamos defraudarlos.

ASOCIACIÓN PARA LA SOLIDARIDAD DEMOCRÁTICA CON GUINEA ECUATORIAL (ASODEGUE)
29 de abril de 2003.

Fuente: ASODEGUE

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos