Los hechos acaecidos en Malabo en la madrugada de este martes, día 17, de febrero, vienen a mostrar los mismos defectos de una administración cuya primera reacción es acudir a la mentira, al no sabe no contesta, el silencio, hacia los ciudadanos que malgobierna desde hace tres décadas y a los que tiene sumidos en una situación de carencias inadmisible e inhumana.
La otra inmediata reacción es la represión hacia cualquier cosa que se mueva como al parecer ha ocurrido con el mendigo que ha sido abatido (según algunas fuentes) cuando se encontraba en el cementerio que utilizaba como vivienda o al menos como dormitorio.
Como siempre ha ocurrido, el hermetismo oficial guineano, da como consecuencia, cabida a la especulación ante la falta de datos fiables provenientes del Gobierno. Y es este silencio el que más conveniene y aprovecha el equipo gubernamental del presidente Obiang, escudado como víctima en repetidas acciones golpistas, la mayoria de ellas inventadas o nunca suficientemente investigadas, aclaradas, hasta llegar a establecer el cómo y quién las realizó aportando pruebas reales, tangibles.
Este tipo de acciones las ha manejado Obiang de manera magistral ante una comunidad internacional autista en las cosas de Guinea para seguir su política de garrote y tente tieso hacia una población amedrentada, desesperanzada y lo que es más cruel, desprovista sine die de lo más elemental para vivir con cierta dignidad humana.
Desde enero de 1998, a raiz de los sucesos de Rebola protagonizados supuestamente por miembros del MAIB, Obiang introdujo la frase, ”acción terrorista”, para justificar la bárbara e indiscriminada represión desencadenada contra la población bubi y cuyo balance de víctimas pasó a ser secreto de Estado a semajanza de los ingresos del petróleo, por ejemplo.
El recurso al terrorismo fue tambien aplicado a la incursión de varias lanchas ràpidas en Bata sin que hasta el momento se sepa quiénes protagonizaron tan estudiado plan para desplumar a varios bancos en pocos minutos. Obiang y sus asesores a la vez que calificaban la acción de terrorista se la adjudicaban al MEND (Movimiento por la Emancipación del Delta del Níger) y en su defecto a una banda de chorizos africanos de origen desconocido. Y así quedó. Sin investigación obligada, sin confirmación precisa sobre la autoría. Las únicas medidas gubernamentales que llegaron a saberse es la puesta en marcha del aparato represor hacia algunos sectores de la sociedad guineana y punto...
Y llegamos, haciendo un puente sobre otros hechos tambien destacados, a los acaecidos el pasado 17 de febrero que, hasta el momento, dejan datos requeteconfirmados y muchas incógnitas. En primer lugar, el caos existente en la administración de Guinea; en segundo lugar la gran desprotección a la que se ve sometida la población y en tercer lugar la manipulación constante del régimen para dar la vuelta a la tortilla y pasar por víctima cuando, quizás, sepa y mucho de cómo se diseñan golpes de efecto como el que ahora se ha producido.
No dudo que a muchos guineanos le asalte la emoción de que este tipo de actos puedan ser protagonizados por guineanos hartos ya de la situación eterna de agravios vividos. Pero, en este y otros casos, -la imaginación, que es libre-, hace pensar en otros supuestos que para no utilizar la especulación, hacen que omitamos detalles muy a tener en cuenta.
Lo que hasta hoy queda claro es que el saldo de tal operación es la represión que ya se ha hecho sentir en algunos ciudadanos que serán sometidos a los más temidos sistemas de tortura para que confiesen algo que pueda justificar el que Obiang, de nuevo, vaya de víctima y con ese victimismo cubra ante la opinión internacional la cárcel en la que tiene recluída, desde décadas, a una población desprotegida, silenciada, marginada, con ausencia del más mínimo elemento para sobrevivir.
La oposición interior consciente de los usos y abusos del régimen en casos como éste, ya ha tomado precauciones para no ser objetivo de dichas medidas represoras publicando un comunicado bien preciso donde lamenta los hechos. Los independientes, los militantes de otras formaciones, los ciudadanos de a pié no tendrán ese recurso.
Por tanto, es de esperar que las formaciones opositoras, que sí lo han hecho, estén vigilantes ante cualquier tropelía que se pueda perpetrar contra personas inocentes, lo denuncien, condenen y exijan responsabilidades. No basta con calificar determinados hechos de antidemocráticos; hay que exigir que esa democracia impere en todos los actos de quienes vienen conculcándola, violándola, desde hace tres décadas, como es el caso del régimen que dirige Teodoro Obiang.
Por otro lado, lo que se tiene y cuenta en estos instantes, es el desmentido del MEND, como autor de la acción. Sin olvidar, si se confirma, el aviso oportuno de los norteamericanos a Obiang, para que hiciera turismo en el continente ante la posibilidad de que Malabo fuese escenario de algún ”problemilla”. ¿Podría esto interpretarse como un ejemplo de por dónde va la nueva administración Obama en materia de política exterior y muy concretamente hacia Africa?
Hay que esperar a que sean los futuros acontecimientos los que pongan en su lugar oportuno las respuestas a los indicios, dudas, sospechas, etc. que se ciernen sobre este nuevo y lamentable caso con caracteres muy a la guineana, lamentablemente.
Reitero de nuevo mi solidadridad con el pueblo guineoecuatoriano en sus justas reivindicaciones y deseos de Paz, Justicia y Libertad.
Fuente: agencias
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