Guinea Ecuatorial no es el PDGE. Nadie vio el viernes a los guineanos apoyando a esos irresponsables en sus fechorías. Todos los que les acompañaron son personas que viven del miedo, hicieron del silencio su pan nuestro de cada día, hicieron de la ceguera su visión perdida en la búsqueda de ”ayuda” para resolver sus propios problemas y han hecho de sus vidas el mejor símbolo de protección contra todo lo bueno que aporta una democracia. No vi a ningún ecuatoguineano con esa gente, ví a compañeros del instituto, amigos de infancia, a esos que diariamente criticamos el estado de las cosas: pero yo no creo que el guineano siga siendo tan bajo de espíritu patriótico como para secundar a los que les dicen que robar es la mejor manera de hacer país. Porque es robo lo que hacen con todos los que les ríen las gracias, los chistes y las vergüenzas. Es un robo lo que hacen con esas 500 personas que se atrevieron ha salir bajo pena de perder lo que se pierde después de haber perdido la dignidad. Les roban sin siquiera explicarles realmente qué es lo que pretenden con la presencia de ellos en esos actos increíbles. Son zombis que marchan donde huelen carroña, pero resulta que la carroña no es otra cosa que sus cerebros bien atrofiados por la falta de todo. Ni creemos que hace falta que les engañen, ni diremos que no son capaces de ver una mentira donde hay una de verdad, y de tamaño estrambótico. Teodoro Nguema Obiang Mangue, Ministro de Bosques y Medio Ambiente en el gobierno dictatorial de su padre. El muchacho lleva desde muy joven talando los árboles de la riqueza de nuestra naturaleza sin dar explicaciones a nadie, ni al parlamento, ni al gobierno, ni al Estado. Se jacta de ser el ”patrón” y vive un tren de vida que sólo está diseñado para gente como por ejemplo Dr Dre. No asiste a las reuniones interministeriales, ya que se puede comprobar visualizando todas las reuniones proyectadas en la televisión del PDGE que no se le ve en ninguna de esas reuniones. El chico, irresponsable donde los haya, y eso no lo decimos nosotros, no hay mas que ver un video de una cadena de televisión francesa que le filmó mientras su limitada capacidad mental le hacía mostrar el tren de vida que llevaba en París rodeado de todo lujo. Es un drogadicto, eso no es condenable, pero la cosa de la adicción le aporta una estabilidad tambaleante cerebral que pareciera que es capaz de colocarle una pistola en la sien a una una prostituta de lujo mientras mantiene relaciones sexuales con ella, dicho en pocas palabras, es tonto de capirote. El flamante Ministro del régimen dictatorial, del que Luquito dijo en su desmedida intervención ”Teodoro Nguema Obiang y su padre están ayudando a éste país...”, ha vivido toda su vida gastando los bienes del país sin miramientos. Y por todo ello, o sea, su irresponsabilidad, su falta de estabilidad mental fruto de las drogas y su poder otorgado por papá, el dichoso se puede permitir el lujo de ver cómo su padre moviliza a los zombis de siempre para que le hagan honores de ”héroe nacional”, cuan Nkruma, ante los franceses que ni siquiera le buscan, fue él quien gratamente se empeñó en buscarles a ellos, ¿O es que Francia está en África?. Decíamos que por ello, por todo lo que no le ha sido dado por naturaleza humilde y responsable, el muchacho se llevó a París lo que compró con un dinero que no le sale de otro sitio, como los grandes hombres de negocios, sino que lo roba vilmente al mismo grupo de zombis que en la mañana del viernes se creyó que participando una vez mas en la vergüenza del PDGE, hacían justicia con sus almas perdidas en el olvido de la condición propia del ser humano. Teodorín es el ladrón, la justicia independiente de Francia es la que quiere enjuiciarle, y no al revés. Además es un ladrón inestable, por lo que podría volver a robar (si es que a la hora de escribir estas letras no está robando madera, o agua...) y meter esos frutos de sus hurtos en otro país que luego volvería a colocarle el cartel de ”BUSCA Y CAPTURA”, para que el PDGE, que no es Guinea Ecuatorial, vuelva a avergonzar a los que ya de vergüenza no saben ya nada.

Fuente: INTERIOR

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