¿CONGRESO DEL PDGE O CONCHABEOS ETNICOS?

Fdo.: AGAPITO BOTAKO.

De un tiempo a esta parte, algunos críticos de la realidad política guineo ecuatoriana hemos venido anunciando a los cuatro vientos que en nuestro país, fuera del PDGE, faltaban grupos políticos con entidad como para forzar mínimamente la caída de la dictadura o como para remover los obstáculos que pudieran propiciar algún cambio, aunque tímido. Esta aseveración indiscutible e irrefutable ha estado levantando las iras de muchos autoproclamados líderes políticos y sus apéndices, dándonos a los que así pensamos una consideración enemiga, en lugar vernos como simples opinadores de una realidad que, en nombre de la verdad, exige ser denunciada y puesta en conocimiento de todo el mundo.

Precisamente desde los anteriores avances estamos soportando hasta la fecha, un interminable ensayo democrático guineo ecuatoriano que al final ha quedado definitivamente camuflado bajo apariencias de participaciones ficticias, con soterrados cambalaches de pluralidad en un Parlamento monocolor. De esa guisa nos encontramos con un solo representante, frente a los noventa y nueve diputados del PDGE, actuando para dar realce a indisimulables fachadas dictatoriales que posibilitan voluntaria y egoístamente convalidaciones democráticas vomitivas. Sin embargo estamos ante menudencias, teniendo en cuanta las disponibilidades existentes en los bazares de la mentecatez política guineo ecuatoriana. Porque el serial ha tenido en las últimas fechas otros capítulos rocambolescos que también habría que anunciar y denunciar por su perversidad.
Y es que, nadie en su sano juicio entendería que, después de declinar la participación en la confección (virtual) de una Constitución y de revisar y condenar sus disposiciones, por razones que se nos escapan a algunos, tal vez por despistados, se acepte participar en las leyes de su desarrollo. La Constitución unilateralmente impuesta por Obiang, o era mala y lo sigue siendo, o por el contrario, algo falla más allá del dictador. Y si no andamos equivocados, el error innegable, solo puede verse desde la conclusión con la que iniciamos estas líneas. Aquí no valen los baratillos eslóganes de “new building” o “mondoasi” a los que, la auto proclamada disidencia nos quiere acostumbrar. Estamos ante flagrantes atropellos de la lógica más elemental que debería regir ser sus principios. Y tan es así que no sorprendió a nadie que en el Máster Congreso del PDGE celebrado el otro fin de semana, ocuparan púlpito y micrófono con la finalidad exclusiva de dar oxígeno a la putrefacción nacional de Obiang. O sea, puestos en España, algo así como que una representación del PSOE asiste a una convención del PP con licencia para intervenir ante un público gratuito y entregado. ¿Quién nos vio y quien nos ve?
Obiang, con su mayúscula inoperancia y su falta de autoridad moral, está obligado a pasear el dóberman del terror, del desorden y a aumentar su feligresía cubriéndose las espaldas preventivamente, no vaya a ser que le pillen con el pie cambiado. Está en su papel. Lo que quedaba por aclarar era el cometido de de unos actores que, por no saber, apenas han sido capaces de desarrollar la función que les fue asignada en el teatro nacional de la estulticia. Por eso no extraña que el caso de Wenceslao Mansogo, en lugar de una conversión automática en motivo de protestas callejeras o de huelgas parlamentarias, haya quedado en un abyecto limbo; lo mismo que los desmanes de un chaquetero Ministro del Interior, encargado en los últimos tiempos de señalar quienes deben ejercer de presidentes de turno de grupos políticamente descafeinados por falta de convicciones y de pegada.

Para quien quiera ver, los aspectos reseñados apuntan en la dirección de mercadeos inconfesables, complicidades y otras mandangas entre el dictador y los que deberían oponérsele. Estamos ante el fracaso estrepitoso de una clase política carente de preparación y de capacidad de movilización que patrimonializó la facultad de hacer oposición sobre el terreno. Con esta cuaternaria teatralización política, la disidencia registrada y reconocida, además de darle árnica al dictador, está cavando las fosas de futuros cementerios donde serán colocadas sus tumbas políticas. Porque la participación en el desarrollo de leyes de una Constitución que, por unanimidad fue catalogada de apalancar a Obiang y preparar la sucesión de su hijo, además de masacrar y acentuar los atropellos contra los otros grupos étnicos que forman parte del país, negándoles el derecho a la participación con representación política propia, significa estar remando contra los intereses de la generalidad de los mortales. Ídem las participaciones en los laboratorios de laminación de libertades eufemísitcamente tenidos por congresos. Y todo este entramado queda orquestado por una sola comunidad del espectro nacional que tiene en su seno a la familia real, al PDGE y una disidencia aliada además de acaparar todos los poderes del Estado.

Espero los desmentidos, los ataques, incluidas las intimidaciones..., pero ante tanto abuso étnico, no me queda otra salida que hacer llegar mi voz a quienes estén interesados en ayudar a cambiar este estado de cosas. El resto de pueblos no fang, incluidos algunos miembros de éste mismo pueblo, estamos en una situación de auténtica emergencia y por ello, obligados a denunciar y recabar la intervención de cualesquiera poderes que puedan frenar un proceso que deberá evitar que se hable de nosotros en pretérito.

Fdo.: AGAPITO BOTAKO


Fuente: bosila

¡Nota importante!
El contenido de los artículos publicados no refleja necesariamente la opinión de la redacción de guinea-ecuatorial.net
Véase también la declaración sobre el uso de seudónimos