Tutu Alicante nació en la isla de Annobon (Guinea Ecuatorial), pero creció en Malabo, junto al Palacio Presidencial. Por todas las cosas que vio, casi ninguna buena, decidió hacerse abogado y luchar por los derechos de sus compatriotas. Se fue a Estados Unidos, donde trabajó como consultor para organizaciones internacionales, hasta que en 2008 decidió crear EGJustice, una ONG que se ha convertido en quebradero de cabeza para la familia Obiang. Sin pelos en la lengua, Tutu Alicante estuvo recientemente en Dakar para participar en un foro sobre Derechos Humanos en África occidental.

¿Por qué desarrollan su trabajo desde Estados Unidos?

- Bueno, Estados Unidos obtiene cada año 5.000 millones de dólares por el petróleo y gas que saca de Guinea Ecutorial, por eso no es descabellado afirmar que tiene una responsabilidad sobre lo que ocurre allí. En los primeros años intentamos hacerlo desde España, por los vínculos históricos y la presencia de guineoecuatorianos allí, pero nos dimos cuenta de que España no va a hacer gran cosa por los Derechos Humanos y la transparencia en Guinea.

- ¿Qué tipo de labor realizan?

- Ponemos el énfasis tanto en el Gobierno de Estados Unidos como en Naciones Unidas. Incidimos en situaciones como la de la creación del Premio Unesco con el nombre de Obiang. Hacemos lobby. Hablamos con los congresistas, con Asuntos Exteriores y con el Gobierno estadounidense, les educamos de lo que pasa en mi país. No te puedes imaginar la ignorancia que hay sobre Guinea Ecuatorial. Les ayudamos a tener una política más centrada en los Derechos Humanos.

- ¿En qué sentido?

- Bueno, por ejemplo participamos en el Examen Periódico Universal que elabora Naciones Unidas sobre la situación de los Derechos Humanos en distintos países. Enviamos informes a los relatores, trabajamos muy de cerca con gente que está dentro del país. Organizamos eventos en Estados Unidos con gente del Departamento de Estado, etc. También colaboramos con actos y mesas redondas en España. Y colaboramos con los procesos legales contra la familia Obiang.

- ¿Y han conseguido algo?

- Bueno, hemos tenido ciertos éxitos, como lo que comentaba de impedir el Premio Unesco, a lo que hemos contribuido. Pero siempre son éxitos limitados. Cualquier cambio en Guinea debe venir desde dentro. Y la población no está suficientemente concienciada de sus derechos ni suficientemente cabreada. Todavía no se ha llegado al límite. Pero llegará el día en que Teodoro Obiang no esté y debemos tener las ideas claras para cuando llegue ese momento.

- ¿Qué quiere decir? ¿El tiempo de Obiang podría estar llegando a su fin?

- Teodoro Obiang parece estar más fuerte que nunca. En primer lugar, controla todo el dinero del país. Él mismo ha dicho en varias ocasiones que en Guinea Ecuatorial no puede haber corrupción porque él controla personalmente todo el dinero del Estado. En segundo lugar, cuenta con el apoyo de todos los militares (a los que acaba de subir el sueldo un 100%). Además, está fuerte diplomáticamente, ha aprovechado muy bien la Presidencia de la Unión Africana, presidentes como Zuma (Sudáfrica) o Museveni (Uganda) le elogian públicamente, financia elecciones en países como Guinea Bissau o Santo Tomé y Príncipe y cuenta con los apoyos para entrar en la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP). Pero creo que esa apariencia muestra un declive. Si se ha visto en la necesidad de tomar estas medidas es porque nota que su poder está cayendo. De hecho, reformó la Constitución para designar único vicepresidente a su hijo Teodorín, pero no lo hizo, acabó creando dos vicepresidencias. Esto es porque ha notado que no todo el mundo está con él.

- ¿Pero eso significa que se puede producir un cambio inminente en Guinea Ecuatorial?

- Hay gente que lo cree, que piensa que el cambio está próximo. Pero yo no estoy muy convencido. Es evidente que Obiang va a morir y quizás lo haga pronto. Pero ascenderá al poder su hijo o alguien de su clan. Esto no es un cambio, es una transferencia de poder. Pienso que no hay bases para un cambio: no hay prensa independiente, no hay partidos de oposición sólidos con un mínimo apoyo del pueblo, no hay una sociedad civil organizada y cabreada.

- La reforma constitucional de la que habla la promueve el propio Obiang en medio del fervor mundial por la caída de Ben Ali y Mubarak en Túnez y Egipto, ¿cree que se sintió amenazado por un cierto contagio de la primavera árabe?

- Sí, Obiang tuvo miedo. Piensa que canceló el tradicional desfile del Primero de Mayo y hasta la Procesión de Viernes Santo. No quería ver a multitudes en la calle. Pero insisto, creo que su miedo no estaba justificado; en realidad, la oposición tiene más miedo que el propio Obiang.

- Desde el exterior tampoco parece que se ejerza mucha presión contra Obiang, los países e organismos internacionales miran más bien para otro lado.

- En Estados Unidos dicen una frase, “no tenemos aliados, tenemos intereses”. Esto está clarísimo. Es triste notar que la llegada de Obama al poder no ha cambiado las cosas. EEUU es el gran importador del petróleo guineoecuatoriano, al contrario de lo que ocurre en algunos países del Golfo Pérsico, aquí no hay conflictos, por eso le interesa. A veces EEUU hace un poco de ruido por los Derechos Humanos, pero no van a cambiar nada allí a no ser que los propios guineanos salgan a la calle.

- El régimen acaba de liberar al doctor Wenceslao Mansogo, ¿cree que esto es una buena o una mala señal?

- Antes de su detención, Obiang dijo a los miembros de un partido de la oposición que “inocente o no vamos a encarcelar a Mansogo. Pero no os preocupéis porque luego lo voy a indultar”. Todo lo que sucede lo controla Obiang y los Derechos Humanos siguen siendo violados con total impunidad.

- No se le ve muy optimista.

- Bueno, seguimos trabajando. Como dije, conseguimos algunos éxitos, estamos intentando reducir la movilidad de Obiang y su familia, que sientan el acoso. Pronto Teodorín no podrá viajar a Europa sin temor a ser detenido. Pero pongo el acento sobre lo que considero importante, que haya una fuerte sociedad civil. Necesitamos un grupo de artistas y creadores decididos a arriesgar al margen de las ideologías políticas.

- Imagino que no puede pisar Guinea, pero ¿no tiene miedo?

- No puedo volver. En octubre de 2010 el propio Obiang habló de mí durante un discurso que dio en Annobon, dijo “que venga Tutu Alicante a ver todas las cosas buenas que estamos haciendo”. Estoy señalado, pero no, no tengo miedo.



Fuente: ASODEGUE

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