Las corrientes políticas guineanas acaban de identificarse por nuevas siglas o gallardetes ideológicos: “LEGAL” e “ILEGAL”, “MENTIROSA” o “VERDERDADERA” “EXILIADO” Y “NO EXILIADO”. Parece que han apartado las diferencias ideológicas “izquierdistas” y “derechistas” ya no se dice PP, UP, CPDS, APD, ni socialdemócratas, ni democristianos, ni cratas ni itmos; sino que “soy legal” “estoy ilegalizado”, “estás en el exilio” “vivo aquí y conozco mejor la realidad” “tú mientes como un bellaco” “yo soy la verdad” “tú has destruido la P.O.C” “Yo defendía la POC” “yo odio a la dictadura” “yo amo a la dictadura”. Ahora todos se unen para dictadurizar la dictadura.

Menuda suerte de obstinación tienen estos merluzos políticos guineanos, que van vestidos de redundancia. Redundan cuando quieren traer la dictadura en un lugar donde la dictadura hormiguea, satura y ya ahoga sin necesidad de ir de paseo por Black Beach. Y aquí no valga la redundancia.

Estoy esperando a ver si la estrategia de estos finos guineanos les sale efectiva, pero al menos la pretensión parece clara, en este tiempo en que Severo Moto (PP) y Andres Esono (CPDS) demuelen la unión con un mañoso modo de hechos consumados, como fue la prescrita POC (disculpen, se dice de la Plataforma Oposición Conjunta o algo así).

Unos partidos políticos, cada uno a su modo, dan por hecho que sus problemas son otros, que los problemas de la sociedad que dicen quieren servir o salvar. Que sus contrincantes político son otros, que la dictadura. Que sus destino políticos son otros, que lo que los ciudadanos guineanos esperan de ellos. Que sus luchas son otras, que la lucha de derechos y libertades del pueblo guineano. Una y otra vez advierten a sus exiguos electores que el problema son los otros. Predican en sus liturgias que pertenecen a una casta única, especial, aislado y suficiente en todo.

Es muy difícil que a esto se considera política, o a que se les llamen políticos. Esa postura y estas alocuciones carecen de sensatez. No es necesario recorrer esta historia egocéntrica llena de vulgaridad y de cretina ignorancia. Por que la democracia no puede ser una democracia a la guineana, ni una dictadura a la guineana por cuanto que la base que afirma la una es negación de los derechos humanos y la que afirma la otra es el respeto de los mismos. Pero en Guinea Ecuatorial, resulta una deformación creíble. Parece que CPDS y PPGE se levantan por la mañana pensando en que el resto de los mortales se empeñan en destrozar lo que cada cual organiza. Señalar hoy que la política que está llevando la oposición guineana es una signo de desatino es considerado más que un agravio. Cualquier imbécil te puede acusar de “elemento del régimen” o soltarte una ristra de insultos.

Lo que ocurre es que, Guinea es un país de fanfarrones y por eso, nadie pide perdón. Todos insisten y redundan en lo mismo, en la dictadura. Soy muy escéptico a creer que los que salpican la carne en un otoño dictatorial, sabrán pedir perdón, en una primeva democrática. Parecía inevitable que las formaciones políticas tanto los “legales” y “los no legales” tengan la bondad de, al menos, escenificar un arrepentimiento público o a través de un escrito al pueblo de Guinea Ecuatorial de las tantas mentiras y juego sucio. No lo hacen, ni lo harán por que lo suyo es pretender dictadurizar la dictadura. Vienen y escenifican unas posturas de empecinamiento, para anticipar que serán autócratas como los que más. Pero aún así, todavía hay un reducto piadoso del fariseísmo que les silba las estulticias, sin ninguna mínima cordura para exigirles que dejen de redundar en la dictadura. Que dejen de ser políticos felones que desoyen cualquier reclamo de estas personas que ellos dicen luchar por ellos, incluso en el parlamento “multicolor”. ¡Qué país y qué gente!




Fuente: propia

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