Hace un par de semanas un macarilla de barrio se llevó las iras de media Malabo, exactamente por haber utilizado, en sus fantasías sexuales, los inmuebles y aparejos periodístico públicos. El singular y estólido ministro del ente donde trabajaba la susodicha figura, más preocupado por la deplorable imagen que proyecta su gobierno en el mundo mundial, puso el grito en el cielo. Las historias sociales atestiguan que siempre es preciso un chivo colectivo sobre el que descargar las irritaciones (que lo pregunten a Riochi o algo así); pero ¡qué mejor que un imbécil sátiro que exhibe su lascivia en las redes sociales que ve medio mundo. Pues que aguante.

El sandio y simplón ministro hace lo suyo y le echa la culpa a los ladrones del material publicado, a los que informaron del indecoroso affaire y las redes sociales que lo desplegaron. Algunos valedores suyos decían que todos cometemos errores, que la vida es así, qué se le va hacer, todos nos equivocamos y otras gaitas postmodernas.

Una ninfómana, cuyo nombre no arriesgo a pronunciar, probablemente perteneciente a este casino aclaraba , para nuestra tranquilidad, que el tipejo no es abusador, ni machista, sino que es macho, con los huevos llenos de amor. El grupito de pijos sin ninguna sustancia, envalentonan la actuación de este ruin presentador y zanjan el asunto consolando a todos sin regañarle a nadie. Mientras otras féminas se molestaban pidiendo querellarse contra ese pobre tonto; y los censores de la dictadura y sus excesos se frotan las manos porque ya han conseguido, que menguados como el ministro de información, dediquen su tiempo a los asuntos de su cartera y las miserias de la dictadura se destapen a los cuatro vientos. Objetivo cumplido

No deberían molestarse tanto aquellos que ven excesiva la critica al pobre presentador de la televisión guineana: el incontinente seguirá siendo incontinente y, previsiblemente, ganará algún que otro puesto exhibiendo su perfil sátiro. Los de la lucha seguirán obteniendo beneficios a cuenta de estas estulticias de funcionarios de perfil bajo, y dañando como nunca a la dictadura. El ministro Agustín seguirá preocupándose de todo menos de lo que corresponde. Y así damos un saltimbaqui hasta la democracia americana.

DEMOCRACIA: OBAMA Y SU REELECCIÓN
Cuando una legislatura se cambia en Occidente, algo muere y resucita en nosotros los Guineanos ávidos de la DEMOCRACIA. No es ninguna broma que se nos dividen los sentimiento cuando pierde las elecciones Zapatero y las gana Rajoy o Cuando Hollande y Zarkosy hacen lo suyo en Francia. Lo mismo cuando se vuelve a ganar las elecciones y el presidente es reelegido como lo ha sido Obama en los Estados Unidos. Tanto es así, que damos por bien muerta, o cómo no bien resucitada nuestra esperanza e ilusión de conseguir la democracia. Obama ha sido reelegido presidente de los Estados Unidos de América con una subida bursátil de alegría sintonizada en todos los africanos y en guineanos en particular.

Los golosos de la democracia cambian de sentimientos y euforias en cortos plazos; porque por lo visto, la democracia crea inflación y una suerte de sarpullido en la piel cuando vemos a otros seres humanos con las mismas categorías naturales disfrutándola en otras latitudes. América y Obama resucitan con el coro que suena en el despacho oval que cantan aquello de ”Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad”. La reelección de Obama es una reelección de esperanza que se encuentra en cada uno de los resortes de nuestra vida. Por que hemos coincidido en cuatro primeros años, en que África necesita instituciones fuertes y no dictadores exaltados.

Renace Obama, y curiosamente lo hace con la ayuda de las preces de su contrincant, el mormón Romney. Algo debe tener los yanquis que siendo tan sazonados y potentes tengan a Dios como la primera opción. La razón es sin duda, por la manumisión del comunismo de salón que engatusa al ateísmo decimonónico de la vieja Europa y sus colonias adyacentes.

Renace Obama y renace en nosotros este hálito de ilusión de quién aguarda la limpieza de las dictaduras en África como una necesidad urgente. En este inicio de su política hacía Guinea Ecuatorial con la llegada del nuevo embajador, Sr Aquino, debe prolongarse en defender los derechos humanos de nuestro país. Aguardamos con esperanza, mientras tanto volvemos a Guinea Ecuatorial, a eso que les trae “floja” a muchos.

NAZIONALISMO CENTRÍFUGA
Siento reincidir, una vez más, en determinados aspectos relacionados con este Separatismo paranoico guineano que está conmoviendo buena parte de las redes sociales durante la semana. Lo siento, pero creo que esto tiene la importancia y la trascendencia que los cibernéticos quieran darlo; no nos engañemos. Extrañarse a estas alturas que existe nacionalistas centrífugos, a esos mismos que ya conocemos desde cualquier distancias a la que situemos a este mundo de las minorías y mayorías étnicas es perder el tiempo. Mas cercanos, más lejanos, los fervientes, los seguidores y los indiferentes sabemos la tendencia y comportamiento de este señor y cuantos más, a los que curiosamente algunos dan mayor o menor crédito por diversos criterios de valoración.

La diferencia, más o menos, sutil de este casito, estriba en su publicitación calculada de situaciones y chifladuras personales de cuyo gran servicio al pueblo bubi o balengue, lo que sea, dudo mucho. Sinceramente la propensión intuitiva de cada quisque me tiene sin cuidado; bien sea el del cobrador de impuesto del ayuntamiento de Baney o el del cartero de Añisoc, siempre que su conducta se ciñe a las elementales normas de respeto colectivo y respeto escrupuloso a la ley.

Que los guineanos estemos necesitados de democracia y por consiguiente, la libertad de expresión, lo sabemos todos. La pregunta evidente viene dada al caso: ¿Hasta que punto es libertad de expresión quién apunta con el dedo homicida a otros? No todo es libertad de expresión, ella forma parte de los derechos humanos de las personas; esta libertad supone que todos los seres humanos tenemos derecho a expresarse sin ser hostigados debido a lo que uno opina, en cambio puede regularse a partir de la responsabilidad ulterior, es decir; aunque no se le puede impedir a una persona expresarse, pero sí se le puede penar por sus mensaje. Ya con eso, este derecho no es absoluto, la legislación prohíbe que una persona incite a la violencia, al delito, que haga apología de la discriminación y el odio o que estimule a la guerra, o que promueva el rechazo racial o incentivar los asesinatos u odios tribales. Que es lo que se ha dedicado y se dedica esta minoría fundamentalista y medieval guineana.

Tiempo habrá para que la ley diga lo que haya que decir a semejantes historicidas. Ya llegarán días repletos de estos relatos pormenorizados de testigos, aventuras y odios de unos a los otros para poner la justicia en el tapete. Pueda que estamos ante un extrañado calentón que habla desde la tirria de una dictadura que mata a todos, pero que suscita remedios específicos y muy peculiares. Veremos. Lo único que pueda inquietarme en este prolijo asunto es la postura que puedan adoptar los incriminados, sobre todo, si la reacción se vuelve inevitablemente duplicada. Veremos tambien, digo, porque menos mal, existen gente honrada que no caerán nunca en estas provocaciones y, sobre todo, existirá una carta magna que sustenta esta nación y voces que lo narran.

No quiero dejar de lado, lo que me sorprende de esa trama: la notablemente bajeza moral de sus protagonistas. No cuesta mucho saber de quienes se tratan, ya que los que piensan así no son precisamente un bosque espeso y abigarrado. No creo que las etnias que abanderan sean todos así, estoy más que seguro, ya que solo conozco las malas y buenas costumbres de la mía. Es muy útil las idioteces por que hacen ganar fama con suma facilidad. Pueda que se trate de miseria personal, de lo que me cabe poca duda, pero tal vez haya que considerar que estas manifestaciones vienen de lo que renace detrás de esta rabia contra la dictadura trastornada que no es poca.

¿Que cada cual llore a sus muertos, a su tierra y estas gaitas matando?. No. Pero tal vez estos cretinos, que más de una vez defienden derechos filoterroristas, vean que es lo mejor. Haya ellos, no es asunto mio. Siento mucho que el odio tribal de manual que padecen estos desclasados de la razón, puede más que su autocontrol y desborda varias veces la prudencia, la reflexión y la madurez. Por eso, para romper mi silencio, creo que hay que entenderle a estos señores, respetarles, incluso escuchar el fondo de sus mensajes, observando que el espanto de la dictadura les ha brotado el rencor, la nostalgia. Aunque personalmente no creo que con eso vale disfrazarse de terrorista justiciero.

Hasta ahora las consecuencias verbales que proporcionan las iras de quienes han abierto un icono antifang, no pasa por de momento de exabrupto dominguero. Intuyo que la cosa puede traspasar el umbral de las palabras a la acción si las bravuconadas de estos cretinos siga despertando animosidad entre las etnias. Aunque mi consejo gratuito es no darles cuerda en esa dirección. En resumen un homínido separatista de estas características siempre es necesario para establecer el límite que separa la estulticia de la pura idiocia. Y por que no para entretenernos.


Fuente: reflexiones

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