Estimado Alberto,
quisiera aprovechar esta oportunidad para señalarte que por el prestigio de la institución que representas o trabajas, no seíia conveniente que salgan al paso de una noticia a la que se ha evidenciado con realidades, dando una respuesta clara, catalogando a una persona que no merece el respeto que le acordáis por haber pasado por una universidad de prestigio como es la escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres y que no es más que un buscador de vida con los embustes que va poniendo a diario en los medios de comunicación escritos, pasándose de gran intelectual de prestigio internacional.
No forma parte de mi naturaleza tratar a las personas utilizando términos que, a la hora de la vedad, pueden resultar insultantes. Como se ha podido comprobar, ni falta que hacia que volviera a responder al acolito de Bigio, el “Doctor” Samuel Mbá Mombe, cuando sale al paso de mi respuesta al Señor Isaac, citando una serie de artículos leídos en periódicos que a la fecha de hoy se han vuelto obsoletos y sin fundamentos probatorios, solo porque, según él, el profesor José Carlos García Fajardo, haya escrito un artículo en el Diario 16, el 4 de noviembre, así como una declaración en Radio exterior de España en su Emisión para Guinea Ecuatorial, olvidando que él mismo nos dice que en su día se reunió con los médicos guineo ecuatorianos en Alemania a raíz de un Artículo que se publicó el 20 de junio de 1988 por la Revista Londinense West Africa y enviaron sendas cartas a los países fronterizos con Guinea Ecuatorial advirtiéndoles de un peligro, pero no hubo reacción, por ser que estos estados responsables, estudiaron el caso y vieron que era más que una falacia típica de personas que militan desesperadamente en Partidos que jurídicamente no se sostienen, por no haber cumplido con los requisitos que las leyes vigentes en su país de origen estipulan.
Pienso que estarás de acuerdo conmigo que las ratas no son animales inmunes a los productos radioactivos y tóxicos, y cuando una persona relaciona el aumento de las ratas con la existencia y presencia de vertido de esa naturaleza, no nos cabría mas que preguntarnos si, en realidad, nos encontramos ante un supuesto médico que sufre de paranoia y que no se debería dar crédito a todo lo que pudiera decir, y una persona del calibre intelectual de Isaac, que empiezo a poner ya en duda por tantas incongruencias, coge y lo saca a la luz, haciendo referencias como datos recopilados por el famoso médico guineo ecuatoriano que hasta la fecha no se ha identificado ofreciéndonos el nombre de la universidad en la que estudió y su número de carne de médico, nos resulta, por cierto, demencial.
Cuando digo que existe demasiadas incongruencias, es porque resulta inaudito pensar o creer que un civil pueda dar instrucciones a todo un ejercito reglado para ejecutar una acción de represalia con resultado de dos muertos, por toda la responsabilidad que pudiera ostentar, y es más, estando en Malabo y sin medio de comunicación que tantas veces han resaltado. Qué pena y qué tristeza, perder tantos años de estudio, si es que se hubiera dado para que, de la noche a la mañana, uno pierda el juicio. Lo que sí cabria preguntar a los dos amigos que tanto saben, que nos digan cuándo fue la fecha del primer vertido y cual fue el medio de transporte que se utilizó, con pelos y señales, sin los inventos ni embustes a los que tienen acostumbrados.
No existe mejor forma de probar algo que yendo al lugar de los hechos; existe vuelos hacia Annobón y se puede viajar con toda normalidad para constatar que todos los árboles y la fauna silvestre, tanto terrestre como marina, siguen intactos.
Si, después de dar lectura a las misivas que mi amigo Bigio y su acólito Samuel publican o publicarán, vieran que sigue conteniendo las mentirijillitas que van esparciendo para distraer a la opinión pública, no se molesten en enviármelos, ya que el tiempo es un factor determinante en la acción y programación de todo hombre; por lo tanto, perderlo se me hace cuesta arriba. Les quedaría sumamente agradecido por no perderme el tiempo, toda vez que he dado por zanjada esta historieta que nada nuevo pienso que fuera a aportar, salvo que vinieran a encontrarme en Annobón para constatarlo in situ.
Muchas gracias.
Fuente: NDES PABICHIL