“La violencia es el miedo a los ideales de los demás y nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro”. Son frases de Gandhi gran pensador y político Indio que asumió que no había camino para la paz que la paz es el camino.
La pérdida de la esperanza política de un nutrido grupos ‘políticos guineanos’, no debería reducir a cenizas la histórica política guineana; ni puede ser motivo para convertir el cielo en nubarrones, ni llenar de cementerios de muertos, manando sangre y cieno como que impide el respirar.
La oposición guineana; los extremistas etnocéntricos, regionalistas, independentistas y todo ese tropel, están continuamente entrando en un túnel bastante largo y con una visión comprimida de que la violencia resuelve los problemas, con mensajes turbios y calientes que invitan continuamente al odio, al resentimiento, a la violencia y a la confusión.
Muchos acuden fácilmente a paralelas comparaciones que no tienen mucho que ver con la situación de guinea ecuatorial. Van de flor en flor asumiendo las políticas de por allí y de por acá.
Si el gobierno no sabe informar y orientar al pueblo detalladamente las visitas, los secuestros, las invasiones de mercenarios, terroristas, repugnante incapacidad; la oposición se luce en el enturbio, en las galimatías y en la invención. Por tanto todos iguales en la inopia. Y nosotros los que hace ya tiempo, no esperamos nada ni a nadie, nos morimos en el pecado mortal de haber nacido guineano.
Si de esta caterva se dice políticos guineanos, cosa que me antoja difícil concebir porque no son más que bandas de enemigos enemistados y resentidos que escenifican la parodia democrática en el gran teatro hispano guineano, tendremos los guineanos honrados que volver a empezar de nuevo una transición política. Sencillamente, porque los que dicen serlo, dejan mucho que desear.
El odio es un sentimiento humano, pero no es un sentimiento político y menos democrático, por tanto se debe de evitar en la contienda ‘política’. Entre los detractores del gobierno guineano y los ofensores de los litigantes, existe una enemistad acérrima en lo personal. La lucha fratricida entre (gobierno y los oponentes) en disputa de la ingente riqueza que emana del petróleo, se realiza en el territorio abonado de guinea ecuatorial que se está empezando a desquebrajar.
La llegada de la madrugada del día 17 de febrero de unos no se qué, mercenarios, invasores, MEND, atracadores de bancos, terroristas, guerrilleros; ha dejado en evidencia tanto al gobierno como a la oposición que están en un ring equivocado. La mentira, los inventos, los ataques están compartidos. ¡Esto no es hacer política!
Nuestros antepasados políticos tenían temple, rigor, talante, entrega, honradez, inteligencia; cosa que les falta a nuestros políticos de boquilla, enturbiadores que hoy dicen serlo. Se alistan a la política para arreglar sus vidas inmisericorde. Y esto no es comprometerse con la realidad histórica de Guinea Ecuatorial.
Por lo que ve uno entre líneas, es que hay mucho odio rencor y resentimiento entre la maraña política guineana, exiliados y no exiliados y una búsqueda demencial del enriquecimiento y es un mal profundo que necesita medicación, pero si no se toma de lleno su tratamiento, estaremos cambiando de nombres a lo mismo y a los mismos, porque concebir la libertad de manera abstracta e irrealista hace a uno que termine concibiendo de manera abstracta e irrealista la violencia.
Guinea Ecuatorial requiere una refundación política, debe empezar de nuevo, porque el camino recorrido es un camino muy equivocado y beber esa amargura es todavía peor. Las reformas que necesita Guinea requieren recobrar el buen juicio, la razón y desmarcarse cualquier acto violento porque los mecanismos violentos nos darán una libertad violenta.
Fuente: opinion